Hace un tiempo nos quedábamos boquiabiertos con el bebé de dos meses que dice "Te quiero", pero desde luego eso no es lo normal. No empecéis a hacer comparaciones que es una de las peores cosas que podemos hacer los padres. De hecho, es a raíz de comparar a nuestros hijos con otros niños cuando surgen las preocupaciones sobre si podrá hacer tal o cual cosa.
El desarrollo del lenguaje es una de las más frecuentes, especialmente cuando nos encontramos con niños de la misma edad de nuestros hijos capaces de pronunciar un discurso mientras que el nuestro no articula palabra. La pregunta es inevitable, mi bebé todavía no habla ¿debo preocuparme?
Cada niño tiene su ritmo
Como en cualquier aspecto del desarrollo, en la adquisición del lenguaje cada niño tiene su propio ritmo. Así como no todos los niños empiezan a andar a la misma edad, tampoco todos empiezan a hablar a una edad determinada. Todo depende de la maduración del niño, de cuando su cerebro esté biológicamente preparado para adquirir el lenguaje.
Se puede hablar de retraso simple del habla cuando se produce un desfase en la aparición del habla y en el desarrollo de la expresión respecto a la edad cronológica del niño. Es un desarrollo del lenguaje lento que no corresponde a su edad.
¿Cuándo empieza a hablar el bebé?
El bebé comienza a pronunciar sus primeras palabras entre los 10 y los 13 meses. Al principio habla de personas (papá, mamá, nene), animales (perro, gato, pato…), alimentos (agua, pan, manzana…), partes del cuerpo (ojos, boca, mano…), prendas de vestir (pantalón, camiseta, zapato…), vehículos (coche, barco, avión…), juguetes (pelota, puzzle, muñeca…) u objetos que se encuentran en la casa (cuchara, televisión, teléfono…), pero también de la localización en el espacio (arriba, abajo, al lado…) y de ciertas rutinas (hola, gracias, por favor…).
Hacia los 18 meses ha adquirido entre 50 y 100 palabras, hacia los 20 meses 200 palabras, hacia los 2 años entre 400 y 600 palabras, y hacia los 3 años unas 1.500 palabras y es capaz de utilizar frases de tres elementos con una estructura de nombre+verbo+nombre (por ejemplo, "nene come pan").
Por supuesto que no vamos contando las palabras que pronuncia, pero nos sirve para tener una idea aproximada. Tampoco significa que el niño tenga un retraso del habla si no dice 50 palabras a los 18 meses.
¿Cuándo se puede decir que hay un retraso del habla?
Se puede decir que el niño tarda en empezar a hablar cuando a los 2 años no produce enunciados de dos palabras.
También hay otros síntomas que pueden alertar sobre un retraso del habla si a partir de los 3 años el niño presenta los siguientes signos:
Tiene una alteración en la organización del lenguaje. Es decir, es capaz de pronunciar sonidos aislados y grupos de sonidos, pero presenta dificultades para formar con ellos las palabras.
Muestra un retraso en la adquisición del juego simbólico.
Reduce al mínimo el uso de proposiciones, de nexos y utiliza muchas simplificaciones fonológicas.
Imita pero no pronuncia frases de forma espontánea.
Hay que decir que la mayoría de los bebés que empiezan a hablar tarde se normalizan después y también hay que aclarar que los prematuros pueden tardar algo más en comenzar a hablar.
¿Cómo podemos ayudarle?
Los padres podemos ayudar a nuestros hijos a estimular la adquisición del lenguaje con sencillas técnicas, como por ejemplo:
Leerles y contarles cuentos con frecuencia, incluso desde antes de que comiencen a hablar, para que vayan familiarizándose con nuevos sonidos y palabras.
Usar frases sencillas adaptadas a la edad y nivel de comprensión del niño.
Ir nombrando las acciones que vamos a haciendo ("nos ponemos los calcetines", "te limpio la cara")
Repetir varias veces palabras cotidianas que aún no pronuncia (coche, casa, libro, etc)
Destinar un rato del día a juegos en los que intervenga el habla (flashcards, dibujar y preguntarle qué ha dibujado, dibuja el objeto que él te nombre, etc)
Usar preguntas de respuesta abierta (¿y ahora qué hacemos? ¿cómo funciona esto?) para motivar al niño a participar.
Problemas que debemos descartar
Si notamos que el niño no progresa en la adquisición del lenguaje es necesario acudir a un especialista para descartar algún problema que pudiera estar interfiriendo, como por ejemplo: problemas de audición, un trastorno del habla (disglosia, disartria, tartamudez) o algún otro problema del desarrollo.