¿Es mejor la jornada continua en el colegio? Valencia vota estos días para tomar la decisión
Que el modelo educativo español está aún anclado en el pasado en muchos aspectos es algo que creo que hoy en día nadie puede rebatir. El elevado fracaso escolar es una clara muestra de ello, y por eso desde hace unos años se está intentando mejorar desde muchos frentes para que los niños no solo aprendan, sino que lo hagan con interés y motivación; y para que, en definitiva, crezcan felices, capaces y bien preparados para intentar que el mundo en el que vivimos, que pronto será suyo (porque ellos serán quienes lo gobiernen), sea mejor.
Uno de esos aspectos que está cambiando en muchas ciudades españolas es el tema del horario, que está pasando de la jornada partida que todos conocemos a una jornada continua que podría ser beneficiosa en muchos aspectos, pero perjudicial quizás en otros. Estos días se debate este tema en Valencia, donde ayer los padres de 315 colegios votaron al respecto. Mientras se conocen los resultados hemos querido hablar sobre ello con Alberto Soler, psicólogo, y Alma García, psicopedagoga, para ver qué opinan sobre la jornada continua.
¿Qué horario sería?
Antes de entrar a mostraros sus opiniones os explicamos de qué hablamos, para que vosotros podáis también formaros vuestra propia opinión al respecto. La jornada continua en los colegios de Valencia consistiría en no partir la jornada escolar, de manera que los niños entraran al colegio a las 9 de la mañana y salieran de él a las 14 horas.
Tal y como leemos en la Ser, para que se apruebe, los resultados deben ser favorables a la jornada continua con un porcentaje del 55% de votos. De ser así, los centros obtendrán la autorización pertinente para poder aplicarla.
Esto hará que los niños salgan del colegio a las 14 horas para irse con el adulto que los recoja, a las 15:30 si se quedan a comer en el colegio, o bien a las 17 horas si después del comedor se quedan a hacer extraescolares en el colegio.
¿Es mejor la jornada partida o la jornada continua?
Para poder dar respuesta a esta pregunta, y dado que hay mucha controversia porque parece que ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, hemos preguntado al psicólogo Alberto Soler, quien nos dice que en realidad ninguna de las dos opciones es eminentemente buena o mala:
No hay opción buena o mala por defecto, depende de la organización de cada familia. Mientras se respete un tiempo de descanso entre materias, tiempo de recreo, etc., la jornada continua no tiene por qué ser negativa. Si las familias disponen de margen para conciliar después de la salida del cole, es una muy buena opción. Para las que no, deberán seguir recurriendo a otro tipo de recursos (familia, extraescolares, etc.).
La psicopedagoga Alma García, por su parte, sugiere algo similar, que podría ser beneficioso para los niños, pero complicado si solo se modifica el horario a ellos:
A mi entender los niños salen ganando y al fin y al cabo es lo que cuenta. Hay muchos estudios sobre si favorece o no la concentración (y por ende las notas) y eso no es lo importante. Lo importante es que tendrán horarios de niños y no de adultos en miniatura. Sin embargo, en España nunca se piensa en el colegio a la hora de planificar los horarios de trabajo y seguirá siendo así con la jornada continua: no creo que a los padres se les modifique el horario para adaptarlo a la nueva situación. La jornada continua favorece mucho a los que trabajen a turnos, por ejemplo, pero no será útil para el resto.
Por otra parte, una de las dudas que tienen muchos padres no va dirigida tanto al tiempo que pasan en el colegio, sino al tiempo que se quedan en casa. Yendo por la mañana y por la tarde parece que estudian más y que eso será de más provecho que si solo van por la mañana, que parece que trabajarán menos. Vamos, que el estar toda la tarde sin ir al colegio puede hacerles pensar (a los padres) que no están haciendo nada de provecho, y sobre esto también les hemos preguntado.
En este sentido Soler es claro al explicarnos que el juego y las posibles interacciones con otros niños que sucedan fuera del colegio pueden llegar a ser tan o más valiosas que las que mantienen en los horarios lectivos:
Respecto a las tardes, quizás ahí empieza la jornada importante: tiempo para relacionarse de un modo diferente (no estructurado) con sus compañeros, tiempo de parque, de juego, de actividades menos dirigidas. Todo eso les puede llegar a aportar tanto o más que el resto de actividades académicas.
Y es que el juego libre, al que cada vez damos menos importancia los adultos porque no sabemos en realidad qué hacen (no tiene un plan creado por adultos para conseguir un fin concreto), es en realidad el tipo de juego que más aporta a los niños, y que más deberíamos respetar para que pudieran llevarlo a cabo.
Por su parte, García sugiere algo similar, que el tiempo libre, si ofrece libertad de movimiento y juego, puede ser de lo mejor:
Si miramos hacia atrás, hacia las primeras escuelas, se parecen mucho más a esta opción continua que a la de "todo el día en el cole" de ahora. Con la jornada continua pueden quedarse más tiempo por el comedor y las extraescolares, pero desde las dos ya no hay presiones ni exámenes, solo ocio y más tiempo para hacer "el indio" y moverse. Y sabemos que el movimiento es muy útil para desarrollar la inteligencia.
Quizás ya es hora de que cambiemos como sociedad
Pensando en los niños, quizás es un buen momento de que toda la sociedad cambie. Si resulta que modificamos los horarios de los niños porque así tienen más tiempo libre, pueden jugar y correr más y ser más felices, los padres deberíamos poder conciliar con esos horarios, porque igual nos supone un verdadero problema a nosotros y de paso, en cierto modo, también a los niños. ¿Es que nadie se acuerda de los niños llave? ¿Esos que salen del colegio con las llaves de casa en la mochila para entrar solos y pasar así el resto de la tarde?
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