Hace unos días una maestra comprometida con el cambio educativo me preguntó que podría hacer desde su trabajo para realmente llevar a cabo su propia reforma en su aula. Quiero compartir con vosotros mis propuestas para cambiar la Educación.
Alguna puede parecer radical, pero realmente van a la raíz del problema y ofrecen alternativas para ayudar a que los niños aprendan de forma creativa, feliz y desarrollando su curiosidad natural y su pasión.
Desde mi trabajo como codirectora del programa de la Pedagogía Blanca ya estamos trabajando de forma directa con padres y profesores que están dispuestos a poner su grano de arena en esa gran montaña transformadora que debe ser el cambio educativo hacia un aprendizaje de calidad emocionalmente respetuoso y alentador.
Si sabemos que los niños aprenden lo que aman, lo que les interesa, lo que les apasiona, precisamente es en esto en lo que debemos poner todo nuestro esfuerzo, en permitirles disfrutar y tomar la iniciativa.
No bastan las buenas intenciones, hay que ser comprometido y tomar acción. Quizá en nuestras manos, individualmente, no tenemos la posibilidad de cambiar todo el sistema, pero si cambiar nuestra forma de enseñar, acompañar y motivar a los niños. Y os aseguro que un solo niño que disfrute de una nueva pedagogía va a ser ya un cambio real y él influirá en otras muchas personas a lo largo de su vida.
Podemos hacer algo. Y para ayudaros en los próximos días os contaré mis propuestas para cambiar la Educación desde lo individual. Os invito, además, a dejarnos vuestros comentarios con vuestras propias propuestas. Entre todos, podemos.
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