Vuelta al cole: así es un aula Montessori
El inicio del cole está a la vuelta de la esquina y son muchas las familias que optan por el método Montessori para la educación de sus hijos en las escuelas, lejos del método de enseñanza tradicional.
La metodología Montessori se basa en el respeto hacia el niño y su capacidad de aprender, dándole libertad e independencia para hacerlo y poniendo a su alcance todo lo necesario. Por eso, es fundamental cuidar el ambiente en el que se mueve el niño y concretamente en este caso, el aula. ¿Cómo es un aula Montessori y qué requisitos debe tener?
Características del aula Montessori
El ambiente Montessori es un ambiente relajado y adaptado a las necesidades del niño, en donde pueda aprender de manera independiente y descubrir cosas por sí mismo fomentando su autonomía, libertad y responsabilidad.
- La decoración del aula
El aula debe ser un espacio amplio y despejado, que invite a la tranquilidad, la relajación y la concentración del alumno; por ello es muy importante que tenga luz natural y colores suaves que fomenten el bienestar físico y emocional.
Debe haber áreas destinadas tanto al trabajo en grupo, que inviten a la interacción con los compañeros, como al trabajo individual, y espacios amplios donde el alumno pueda realizar distintas actividades de forma cómoda.
Las estanterías que albergan los materiales de trabajo y los libros no pueden estar sobrecargadas, y deben ser visibles y accesibles a los niños para que, sin la ayuda de un adulto, puedan disponer libremente de todo lo que necesitan para aprender y volverlo a dejar en su sitio cuando hayan terminado.
En un aula Montessori habrá también mesas para que los niños puedan trabajar, aunque si lo prefieren también deberían poderlo hacer en el suelo de forma cómoda, por lo que es importante que esté acondicionado con alfombras o espacios destinados a tal efecto.
- Las áreas del aula Montessori
Un aula Montessori no se rige por horarios sino por áreas de trabajo a las que el alumno accede libremente en función de sus inquietudes personales, ritmos de aprendizaje y necesidades.
Las áreas de aprendizaje en las que se suelen dividir las aulas Montessori hacen referencia al lenguaje, las matemáticas, la vida práctica (cuidado de uno mismo, del medio ambiente, concentración, independencia...), la vida sensorial (entrenamiento de los sentidos) y aspectos culturales o arte.
Todos los materiales de aprendizaje de cada área están especialmente diseñados para que los alumnos puedan manipularlos libremente y con independencia, con el fin de saciar su curiosidad y aprender mediante la observación, la manipulación y la práctica.
Conviene además que el aula tenga un espacio que fomente la lectura, la relajación, la reflexión y el silencio, con el fin de que el niño pueda estar tranquilo y concentrarse cuando lo necesite. Igualmente, es fundamental un área circular donde los alumnos puedan realizar determinadas actividades grupales.
La labor del guía (maestro) Montessori
Ya hemos visto que los pilares fundamentales sobre los que se asienta la educación Montessori son la autonomía e iniciativa del niño, la independencia, su capacidad de elección, autodisciplina y el respeto propio y ajeno.
El adulto o guía Montessori deberá velar por todo esto, respetar los ritmos del niño, no dar lecciones y no intervenir hasta que ellos lo requieran. Igualmente, tendrá que especificiar unos límites y normas, proponer actividades grupales y proteger y renovar el material cuando fuera necesario.
Los premios y los castigos no existen en la metodología Montessori, por lo que serán los propios alumnos quienes se den cuenta de los errores a través de las consecuencias que estos puedan tener. De esta forma, el niño se sentirá motivado, feliz con sus logros y se favorecerá su auto-disciplina.