Son muchos los mitos que rodean a los niños con altas capacidades, y en lo que respecta al área académica se tiende a creer que sus notas son siempre brillantes y que su mente inquieta les lleva a estar ideando continuamente nuevos retos, sin dar lugar al aburrimiento ni la desmotivación. Pero nada más lejos de la realidad.
Y es que es importante recalcar que los niños con altas capacidades tienen una forma de aprender diferente en cuanto a ritmo e intereses, por lo que si sus necesidades no son satisfechas pueden caer en la desgana y la desmotivación, además de experimentar desequilibrios emocionales y físicos.
"La adaptación curricular es clave para atender el desarrollo de la capacidad intelectual de estos alumnos", explica Maque Salcedo, docente, Coach Educativo especializada en altas capacidades y responsable del proyecto EducaPassion, donde realiza asesoramiento familiar, acompañamiento de adolescentes y formación a centros escolares.
Hemos hablado con Maque acerca de la adaptación curricular en los alumnos con altas capacidades, en qué consiste y qué tener en cuenta. Este y otros aspectos serán tratados por varios expertos en el I Congreso de Altas Capacidades y Talentos que se celebrará los días 18-19 de noviembre en Madrid.
Qué es la adaptación curricular
Para empezar a hablar de la adaptación curricular en los alumnos con altas capacidades, es necesario entender en primer lugar qué significa una adaptación curricular, en general.
La adaptación curricular es el conjunto de medidas educativas que se toman para individualizar el proceso de aprendizaje de un alumno, en función de sus necesidades específicas. Cualquier alumno podría requerir de una adaptación curricular a lo largo de toda su etapa académica.
Existen dos grandes tipos de adaptación curricular:
- No significativa o metodológica: hace referencia al conjunto de medidas que se adoptan y que no modifican el contenido del currículo. Por ejemplo: forma de presentar el contenido, material utilizado, tiempo, metodología...
- Significativa: el contenido oficial curricular se modifica para adaptarse a las necesidades del alumnos.
En el caso de los alumnos con altas capacidades, la adaptación curricular se denomina ACAI (adaptación curricular para alumnado con altas capacidades), y se puede llevar a cabo de múltiples formas (lo analizaremos más adelante).
En qué consiste la adaptación curricular del alumno con altas capacidades
Existe la creencia popular de que la adaptación curricular de los alumnos con altas capacidades pasaría simplemente por "saltarles de curso" o "darles más trabajo".
Pero es importante desterrar este mito y entender cómo se lleva a cabo realmente este proceso, que por otro lado, debería individualizarse siempre en función de las necesidades específicas de cada alumno (es decir, no existe una única forma de adaptación curricular, sino que va a depender de cada alumno).
Aceleración o salto de curso
En el artículo 5 del Real Decreto 943/2003, de 18 de julio, por el que se regulan las condiciones para flexibilizar la duración de los diversos niveles y etapas del sistema educativo para los alumnos superdotados intelectualmente, leemos lo siguiente:
"La decisión de flexibilizar la duración de los diversos niveles y etapas del sistema educativo para los alumnos superdotados intelectualmente se tomará cuando las medidas que el centro puede adoptar, dentro del proceso ordinario de escolarización, se consideren insuficientes para atender adecuadamente a las necesidades y al desarrollo integral de estos alumnos".
De este modo, según nos explica Maque Salcedo, la aceleración por sí sola, sin ningún tipo de preparación o acompañamiento, no sería una medida lógica, pues "saltar de curso implica un cambio brutal para cualquier alumno y ha de ser cuidadosamente planificado y llevado a cabo".
Por eso, es importante que este paso se de siempre que el alumno esté preparado cognitiva y madurativamente (previa valoración), y se lleve a cabo junto a otras medidas de enriquecimiento curricular (como veremos en el siguiente punto)
Enriquecimiento curricular
De acuerdo al Real Decreto arriba mencionado, se debería "procurar una configuración flexible, que se adapte a las diferencias individuales de aptitudes, necesidades, intereses y ritmos de maduración de las personas con altas capacidades".
Es decir, el sistema educativo contempla la necesidad de dar respuesta a los alumnos con altas capacidades, brindándoles la oportunidad de adaptar los contenidos curriculares a su desarrollo, forma y ritmo de aprendizaje.
"Hay muchas formas de adaptar el currículo al alumno con altas capacidades, pero siempre debe basarse en las necesidades y preferencias de aprendizaje de cada alumno; teniendo en cuenta lo que ya sabe para evitar que lo visto en clase suponga una constante repetición de contenidos" - explica la educadora experta en altas capacidades.
En este sentido, la adaptación curricular podría implicar el aprendizaje en profundidad de ciertos contenidos, la realización de trabajos de investigación por parte del alumno, desarrollo de destrezas como el pensamiento crítico, la resolución de conflictos, la creatividad o la lógica, entre otros, actividades dentro y fuera del aula...
Llegados a este punto, Maque Salcedo hace especial hincapié en la importancia de desterrar la creencia de que adaptar el currículo al alumno con altas capacidades supone "darle más trabajo de lo mismo".
"Si a un niño le están enseñando a sumar en el colegio, pero ya sabe sumar con destreza, la solución no pasaría por darle más sumas cuando termina su trabajo. Hacer eso es un castigo que desmotiva al niño; no es adaptación curricular"
"En este caso, la adaptación curricular podría ser por ejemplo, plantear al niño retos lógicos con sumas o pedirle que se invente problemas que deban resolverse con esta operación matemática".
¿Cómo solicitar la adaptación curricular del alumno con altas capacidades?
Para solicitar oficialmente una adaptación curricular es imprescindible que el alumno haya sido identificado con altas capacidades por el Departamento de Orientación del colegio. Después de la valoración será Inspección Educativa quien apruebe la aplicación de dichas medidas.
Pero la realidad no siempre es tan fácil, y demasiadas familias se topan a menudo con dos importantes escollos que impiden o retrasan el procedimiento:
- por un lado, la falta de conocimiento y concienciación por parte de muchos profesores acerca de las altas capacidades,
- y por otro, los problemas administrativos.
Esto hace que muchos padres acaben recurriendo a los gabinetes privados especializados en altas capacidades para valorar a sus hijos. De este modo se acorta el tiempo burocrático, pues el equipo de orientación ya solo tendrá que confirmar la valoración.
No obstante, como hemos comentado, la adaptación curricular va a depender del profesor/profesores del niño, y a pesar de que hay maestros muy concienciados con la importancia de adaptar el aprendizaje a las necesidades de cada alumno, no todos quieren o pueden hacerlo.
"En algunos casos, los profesores están atados de pies y manos por la propia dirección del colegio o por la inspección. Y en otros casos, se niegan a actuar hasta no tener la valoración oficial, algo que a mi modo de ver es completamente absurdo".
Y para demostrarlo, Maque nos pone un ejemplo muy esclarecedor:
"Si sospechamos que nuestro hijo no ve bien, pero todavía no hemos tenido la cita con el oftalmólogo para determinar qué problema de visión tiene en los ojos, es de agradecer que al notificárselo al profesor este haga lo que esté en sus manos para que el alumno vea bien hasta que le pongan las gafas. Por ejemplo, colocarle en primera fila".
"Pero, ¿y si el profesor se niega a cambiar de sitio a nuestro hijo hasta que le llevemos el certificado que acredite que realmente tiene un problema de visión? ¡Seguro que a cualquiera de nosotros esta situación le resultaría absurda e inverosímil! Pues ahora extrapolemos este ejemplo a las altas capacidades".
Y mientras tanto...¿qué podemos hacer los padres?
No cabe duda de que el colegio es un pilar fundamental en lo que se refiere a motivación y aprendizaje de los niños con altas capacidades intelectuales. Pero también en el seno familiar podemos hacer mucho por motivar a nuestros hijos y adaptarnos a sus necesidades.
Para empezar, es fundamental que los padres estemos bien informados sobre las altas capacidades, pues solo así podremos acompañarles adecuadamente y entender sus necesidades y peculiaridades. En este sentido es fundamental buscar apoyo en asociaciones y expertos en la materia, como Javier Touron (uno de los grandes investigadores y referentes en nuestro país en altas capacidades) y otros profesionales que trabajan día a día para visibilizar las demandas de estos alumnos.
En definitiva, los niños con altas capacidades necesitan apoyo para brillar y desarrollar todo su potencial, y lógicamente siempre será más fácil conseguirlo si familia y comunidad educativa reman juntos en la misma dirección.