Los partos prematuros, aquellos que se producen antes de la semana 37 de gestación, han aumentado notablemente en la última década. Aunque sólo representan un 10 por ciento de los nacimientos, la tasa de mortalidad es elevada, así como las complicaciones que puede suponer para el bebé nacer antes de tiempo.
Muchas parejas creen que el parto prematuro es sólo cuestión de suerte (o de mala suerte), que simplemente “toca”. Si bien es cierto que no siempre se puede evitar un parto prematuro, existen factores de riesgo que conociéndolos se pueden tomar las medidas necesarias para disminuir las probabilidades de sufrirlo.
En un post anterior hemos hablado de las señales de alarma del parto prematuro. Ahora nos ocuparemos de los factores de riesgo relacionados al parto prematuro, la mayoría improbables de evitar, pero también de qué puede hacer la futura mamá para evitar, o al menos minimizar, los riesgos de un nacimiento antes de término.
Factores de riesgo de parto prematuro
Hay ciertas situaciones que aumentan el riesgo de que el embarazo no llegue a término, como por ejemplo:
Preeclampsia: es un trastorno de la gestación que se desarrolla en la segunda mitad del embarazo caracterizado por un aumento de la presión sanguínea.
Enfermedades de la madre: enfermedades renales, diabetes, enfermedades cardiacas o infecciones.
Embarazo múltiple: la mayoría de los embarazos gemelares resultan en trabajo de parto a pretérmino.
Complicaciones de la placenta como placenta previa o desprendimiento de la placenta.
Problemas en el útero como defectos estructurales.
Haber tenido una amenaza de parto prematuro o un parto prematuro anterior.
Poca diferencia de tiempo (menos de un año) entre embarazos.
La edad de la madre: ser menor de 18 o mayor de 40 años durante el embarazo.
Técnicas de reproducción asistida: están relacionadas a mayor riesgo de parto múltiple
Factores genéticos: las mujeres que tienen una madre, hermana o media hermana (de la misma madre) que hayan tenido un parto prematuro son un 60 por ciento más propensas a tener un bebé prematuramente.
Cómo evitar el parto prematuro
Llevar un embarazo sano.
Practicar ejercicio moderado antes y durante el embarazo: las mujeres físicamente activas reducen el riesgo de dar a luz de forma prematura.
Cuidar la alimentación durante la gestación: evitar la cafeína, los alimentos ricos en azúcares y grasas, aumentar el consumo de frutas y verduras, mantenerse hidratada.
No consumir alcohol, ni drogas, ni medicamentos, ni fumar.
Acudir a todas las consultas prenatales, aunque te encuentres bien.
Controlar el aumento de peso: una subida de peso excesiva durante el embarazo está relacionada con mayor riesgo de parto prematuro
Evitar, dentro de lo posible, las situaciones de estrés en el trabajo y en casa: lo importante en este momento es tu bebé. El estrés y la ansiedad de la madre repercuten negativamente en el desarrollo del feto.
Cuidar el entorno ambiental de la embarazada: evitar lo máximo posible la exposición a contaminantes.
Infórmate sobre cuáles son los signos de alarma del parto prematuro para saber reconocerlos en caso de que se presenten. Identificarlos a tiempo puede evitar que el parto se produzca.
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