Practicar ejercicio es un hábito fundamental en todas las etapas de la vida, la clave está en encontrar el más adecuado para cada uno de nosotros, aquel que nos haga bien, tanto por fuera como por dentro. Una de las prácticas más recomendables durante el embarazo es el yoga, una disciplina en la que cuerpo, mente y espíritu se conectan.
Es ideal por ser una práctica relajada con la que la embarazada no debe realizar esfuerzos más allá de sus posibilidades. Uno de los falsos mitos en torno al yoga, precisamente por ser una práctica tranquila, es que no "hace" demasiado, pero esto es totalmente falso. Os contamos por qué es tan bueno practicar yoga en el embarazo.
Entre los beneficios de esta práctica milenaria encontramos que:
Contribuye a aumentar el tono y la potencia muscular: el buen estado físico durante el embarazo es muy importante para prevenir dolores posturales. Los músculos están fuertes para soportar el exceso de peso, a la vez que se fortalecen las articulaciones. Además, como sabéis el parto supone un gran esfuerzo físico, es muy bueno estar bien preparada.
Mejora la postura corporal y ayuda a prevenir dolores de espalda: la espalda es una de las partes que más se ve afectada durante el embarazo. Casi todas las posturas de Yoga se centran en aliviar la tensión en esa parte del cuerpo para conseguir una espalda más sana y descansada. Además, alivia el dolor en el parte baja de la espalda, una de las zonas más afectadas por el aumento de peso.
Ayuda a combatir molestias típicas del embarazo como hemorroides, dolor de cabeza, cansancio y vómitos.
Favorece la oxigenación del feto: el propio ejercicio combinado con las técnicas de respiración profunda que se dan en el yoga contribuyen a una mayor oxigenación de la sangre y por ende aumenta el flujo de oxígeno y nutrientes que llegan al bebé a través de la placenta.
Contribuye a eliminar la tensión nerviosa: es una práctica muy relajante que te ayudará a reducir el estrés de la vida cotidiana.
Se establece una comunicación muy especial con el bebé. El yoga es una práctica que nos ayuda a ser más conscientes de nuestro cuerpo. Tanto durante la práctica de las posturas (llamadas asanas) como durante la relajación se produce una introspección de sensaciones, lo que te ayuda a conectar con tu bebé en tu interior y a favorecer el vínculo prenatal entre los dos.
Dormirás mejor: el dormir por las noches puede ser algo complicado en algunas etapas del embarazo, pero el yoga contribuye a relajar los músculos y a sentirnos más tranquilos, el estado ideal para dormir bien.
Foto | Wonderlane en Flickr CC En Bebés y más | ¿Cuáles son los ejercicios más adecuados durante el embarazo?
En Vitónica | Cinco beneficios del Yoga