Con la llegada del otoño, parece que muchos planes de fin de semana se ven siempre condicionados por la climatología propia de esta estación. Pues, yo me niego a quedarme en casa un solo día, al menos en la ciudad. Si tengo que pasar mi tiempo libre en un espacio limitado, que sea con mi familia y en un entorno rural.
Para los que tenéis bebés muy pequeños, puede que aún os parezca temprano para este tipo de aventuras. Es cierto que viajar con un bebé de corta edad requiere un despliegue de medios que tal vez veáis desproporcionado para un fin de semana largo, pero si os animáis, que sepáis que es factible.
La idea es disfrutar de excursiones al aire libre mientras, sobre todo los niños que residen en grandes urbes, conocemos un estilo de vida diferente, más sosegado, en un entorno natural, muy ligado al trabajo en el campo y al cuidado de animales.
Una aventura fascinante
Un estilo de vida que muchos peques desconocen y cuyo descubrimiento les va a parecer fascinante y les va a aportar unos conocimientos y unos valores que puede que sean decisivos en su futura relación con la naturaleza y el medio ambiente.
Tan importante es elegir bien la casa como el entorno. Asegúrate de que el lugar dispone de las comodidades necesarias para atender las demandas de un niño de esa edad y que el entorno es lo más seguro posible. Olvídate de casas a los pies de un acantilado, al borde de un arroyo sin cerca o junto a una carretera, por ejemplo.
Yo personalmente otro aspecto que tengo en cuenta es que el lugar sea lo más 'rural' posible pero con servicios básicos cercanos. Se trata de participar de un entorno natural pero sin aislarse totalmente, ya que viajar con niños te obliga a tomar ciertas precauciones.
Actividades rurales para urbanitas
Infórmate también sobre la posibilidad de visitas a granjas cercanas o si hay rutas de monte adecuadas a niños de corta edad. La verdad que solo el hecho de viajar con peques ya te facilita la relación con la gente local y es muy probable que no tengas problemas para que los niños disfruten del contacto con animales domésticos o puedan aprender cosas de la huerta.
Realiza actividades relacionadas con el lugar. Aparca la TV, el iPad o el móvil y organiza una salida a recoger hojas de árboles, observar la fauna local, participar en alguna tarea ligada al cuidado de los animales o en la huerta, cocinar con productos autóctonos o pasear en barca por el río (si es factible y seguro).
En definitiva, disfruta de un fin de semana que impregnará de preciosos recuerdos a toda la familia y que servirá para regresar oxigenados, cargados de energía y seguramente con alguna lección nueva aprendida.
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