Halloween es una de las noches más especiales y divertidas del año para los más pequeños. Disfrazarse es, sin duda, la parte más entretenida, pero la polémica ha llegado incluso a algo tan inocente como un disfraz infantil.
Sachi Feris, una madre de Nueva York y activista por una educación "consciente", publicó hace pocos días en su blog raceconscious.org un post advirtiendo que dos disfraces muy populares entre las niñas como son el de Moana, la princesa polinesia de Disney, y Elsa de Frozen, la princesa escandinava.
Lo hizo a partir de que su hija de cinco años le expresara su deseo de disfrazarse este año de Moana y el próximo, de Elsa. Pero a la madre no le gusta la idea.
Considera que vestir a las niñas como Moana es una apropiación cultural, una burla a otras culturas:
“Moana se basa en una historia real y un verdadero grupo de personas… si vamos a disfrazar a una persona, tenemos que asegurarnos de que lo hacemos de una manera respetuosa. De lo contrario, es como si nos estuviéramos burlando de la cultura de otra persona, dijo la madre.
Con respecto a Elsa, cree que fomenta unos estándares de belleza con los que no está de acuerdo:
"Existe algo que no me gusta de Elsa. Siento que como Elsa es una princesa Blanca, y vemos tantas princesas Blancas, su personaje manda el mensaje de que debes ser de cierta manera para ser hermosa o para ser princesa. Que debes tener piel Blanca, larga y rubia cabellera y ojos azules. Y no me gusta el mensaje".
¿Ridículo o sensato?
Al final, ni Moana ni Elsa. Su hija irá disfrazada de Mickey Mouse. "Es una gran solución puesto que no tenemos que preocuparnos de burlarnos de nadie o vestirnos como una cultura diferente a la nuestra, porque Mickey es un ratón de fantasía”.
Sin embargo, lejos de zanjar el asunto, ha conseguido levantar una polémica que muchos considera absurda en torno a los disfraces infantiles, pero que a la vez, otros defienden.
Hay padres que coinciden en que hay un punto de apropiación cultural, pero la mayoría defiende que los niños deberían poder elegir el disfraz que deseen llevar, y que ellos no ven nada problemático.
Además, aseguran que es contradictorio que les hagamos ver las diferencias culturales y por otro lado, se les diga que no importan las diferencias y que deben ser tolerantes con otras culturas.
Vía | NY Post
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