"La competitividad de este tipo de programas no es apta para los niños", hablamos con una psicóloga sobre Masterchef Junior

"La competitividad de este tipo de programas no es apta para los niños", hablamos con una psicóloga sobre Masterchef Junior
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Ayer tuvo lugar la final de MasterChef Junior, un programa de televisión en el que varios niños con edades comprendidas entre los ocho y los 12 años, compiten por ser el mejor cocinero de España. El reality, que ya cuenta con seis ediciones, es un clásico en la pequeña pantalla y uno de los programas preferidos de un gran número niños de nuestro país.

Sin embargo, son muchos los psicólogos, pedagogos y educadores que se muestran contrarios a este formato, por considerar que los niños se sienten presionados y en ocasiones frustrados, llegando a protagonizar escenas de auténtica tensión y nervios delante de las cámaras.

Hemos hablado con Laura Ayuso, psicóloga infantil del Centro ARIS sobre este tema, y su opinión al respecto nos ha hecho reflexionar.

"Deberíamos proteger a los niños de la exposición mediática"

El primer punto que destaca Laura es la exposición mediática a la que son sometidos los niños, un hecho del que hemos hablado en varias ocasiones y que los adultos debemos proteger, pues los menores no tienen la suficiente comprensión como para llegar a conocer el alcance que tiene su exposición en redes o su paso por televisión.

"Estoy absolutamente en contra de la participación de menores en programas de televisión, o cualquier tipo de exposición en redes sociales. Considero que los niños no tienen edad suficiente como para decidir participar en un programa con millones de espectadores. Obviamente, quieren hacerlo porque de formatos así salen sus ídolos, pero en ningún caso son conscientes de la repercusión que tendrá y todo lo que conlleva" - asegura Laura.

"Esa competitividad no es adecuada para su edad"

Es un hecho. Nos movemos en un mundo competitivo, en el que los adultos debemos mostrar nuestras cualidades para, por ejemplo, acceder a un puesto de trabajo, conseguir una beca en la universidad o ese ansiado ascenso laboral. Pero además de mostrar lo mejor de nosotros mismos, debemos ser mejor que el compañero que tenemos al lado, porque en eso consiste competir.

Los concursos de televisión fomentan la competitividad entre los participantes, y en concreto, los programas infantiles de este estilo incitan a competir a los niños. ¿Pero se trata de una competitividad sana? La psicóloga lo tiene claro:

"La competitividad que se vive en este tipo de programas no es adecuada para la edad de los niños. Debería primar la recompensa por el esfuerzo por encima del resultado, y en los concursos televisivos no siempre sucede así, por no hablar de la ansiedad tan grande que los niños experimentan".

"Cuando los niños tienen que competir en un programa de televisión pueden terminar creyendo que es necesario "pisar" al contrario para ganar, además de pensar que el esfuerzo no siempre es importante si tienes la suerte de tu lado"

La competitividad sana es buena para los niños, porque les motiva, les ayuda a superarse en cada reto y a aprender de las dificultades que se van encontrando en el camino. Pero competir por ser el mejor y ganar a todos tus compañeros, puede llegar a desgastar a los niños, lastrar su autotestima si no lo consiguen, estresarles y llevarles a vivir situaciones de gran fustración cuando no logran su objetivo.

Son muchos los educadores que comienzan a ser conscientes de los problemas que puede acarrear la competitividad entre iguales durante la infancia. No en vano, cada vez hay más escuelas que están desterrando de su planteamiento educativo la competitividad entre los alumnos, en pos de un aprendizaje cooperativo en donde todos los niños sumen y se ayuden para alcanzar una meta común, fomentando la empatía y el respeto.

"El niño podría sentir que solo es válido, si gana"

Es fundamental educar al niño para que desarrolle una autoestima positiva, que le ayude a enfrentarse a los conflictos y las presiones negativas de la vida. Pero esta educación se lleva a cabo poco a poco y desde que son pequeños, practicando una crianza positiva y empática.

Así que, cuando de pronto el niño se enfrenta a una situación desconocida y estresante, en la que compite por ser el mejor y su trabajo es juzgado ante millones de espectadores, puede suponer un duro golpe a su autoestima, aún en formación. Así lo explica la psicóloga consultada:

"En programas de televisión de este estilo, el niño podría sentir que solo es válido si gana, y esto nos llevaría de nuevo al punto que acabamos de mencionar sobre la necesidad que tendría de competir contra sus iguales, al tiempo que su autoestima podría verse afectada si no logra ser mejor que ellos"

¿Están los niños preparados para soportar tanto estrés?

El estrés es una respuesta del cuerpo ante cualquier estímulo que la persona percibe como angustioso, desagradable o con dificultad para adaptarse a ello. Aunque cada uno de nosotros reaccionamos ante el estrés de una manera distinta, lo cierto es que todos coincidimos en afirmar que el estrés no es precisamente un sentimiento agradable.

En mayor o menor medida, los adultos disponemos de herramientas que nos ayudan a combatir el estrés, pero los niños son especialmente vulnerables a ello, por lo que necesitan de nuestro apoyo para enfrentarse a ciertas situaciones cotidianas que pueden alterarles especialmente.

Para la mayoría de nosotros, el solo hecho de pisar un plató de televisión y enfrentarnos a unas cámaras nos generaría una gran ansiedad. Pero si además, el objetivo es demostrar que eres el mejor en algo enfrentándote a un cronómetro, a varios compañeros y a la valoración de un jurado, es más que probable que el estrés esté servido.

Y ante una situación de estrés es normal que el niño se bloquee, llore o no sepa cómo reaccionar, como claramente se ve en este vídeo protagonizado por una concursante de esta edición:

"Los niños deben aprender a frustrarse de manera natural"

Cuando a un niño le ocurre algo que no le gusta o le desagrada, es normal que se queje y llore. Y si algo hemos visto a lo largo de las varias ediciones de este programa de televisión en su versión infantil, son lágrimas.

Lágrimas de niños que sufren impotencia y frustración al ver que el plato que están cocinando no les sale como desearían, que su trabajo no es valorado por el jurado como ellos esperaban, o que son obligados a abandonar el concurso de sus sueños.

Y aunque los propios conductores del programe traten de acompañar y consolar a los pequeños en esos duros momentos, es inevitable sufrir con ellos y por ellos. Y para muestra, este vídeo de Jefferson, uno de los concursantes que pasó por la cuarta edición del programa, y que nos emocionó a todos con sus lágrimas y su "lo he hecho fatal":

Es cierto que los adultos debemos enseñar a los niños a tolerar la frustración, porque en la vida a veces se fracasa, además de que no siempre se puede tener lo que uno desea. Pero esto es algo que poco a poco vamos trabajando, a medida que los niños se van encontrando con problemas o situaciones que hay que solucionar o relativizar.

"Los niños deben aprender a frustrarse y a experimentar todo tipo de sensaciones y sentimientos de manera natural. Tan perjudicial es evitarles la frustración, como provocársela fomentando situaciones de gran ansiedad para ellos"

"A modo de ejemplo: los padres no podemos hacer los deberes escolares de nuestros hijos por ellos o subsanar un error que hayan cometido. Pero tampoco podemos pedirles que se enfrenten a situaciones de adultos, como el hecho de participar en un programa de televisión y ser juzgado y valorado por tu trabajo ante millones de personas" - sentencia Laura.

Además, ante situaciones de frustración es importante que el adulto acompañe al niño, proporcionándole las herramientas necesarias para enfrentarse a este estado emocional.

"Estas situaciones son emocionalmente tan fuertes, que necesitan un buen acompañamiento para evitar problemas en su futuro, tanto a medio como a largo plazo. No olvidemos que a través de las experiencias vividas durante la infancia vamos formando nuestra personalidad, por lo que si estas experiencias son demasiado intensas e irreales, como ocurre en un programa de televisión, las consecuencias puede ser graves"

Como psicóloga, Laura ha manifestado una opinión que muchos espectadores también sentimos. Y es que, aunque en general, parece que los niños disfrutan con la experiencia y están arropados por el jurado ante situaciones desagradables, no dejan de ser solo niños sometidos a un gran nivel de estrés y a una potente exposición pública. Y vosotros, ¿qué opinais al respecto?

Foto | GTres

Agradecimientos | Laura Ayuso García, Centro de Psicología ARIS

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