Por qué los niños necesitan el juego no estructurado para una mejor salud mental, según una profesora de Harvard

Por qué los niños necesitan el juego no estructurado para una mejor salud mental, según una profesora de Harvard
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La salud mental de niños y adolescentes es una de las mayores preocupaciones en la actualidad. Este declive podría deberse, al menos en parte, a la falta de oportunidades para deambular, jugar y actuar de forma independiente. ¿Le estamos protegiendo demasiado impidiéndoles explorar y jugar en libertad? ¿Estamos demasiado ocupados los padres para dejar que los niños jueguen?

Rebecca Rolland, profesora de Harvard, madre de dos niños y autora del libro 'El arte de hablar con niños', considera que cuando los niños tienen poco tiempo y estímulo para jugar, pierden su sentido de autonomía. No se les anima a pensar de forma independiente, a imaginar o soñar, o incluso a navegar por las complejidades del mundo que les rodea.

También tienen pocas oportunidades de abordar cuestiones que les interesen y de tener conversaciones que se desarrollen a partir de sus intereses auténticos. Es decir, no aprenden lo que les importa y por qué les importa.

Juego libre sin un adulto que controle

Un estudio observacional realizado con niños en 20 parques de Durham, Carolina del Norte, ha llegado a la conclusión que sin un adulto visiblemente presente, los niños eran mucho más propensos a participar en juegos vigorosos. El simple hecho de tener un adulto rondando parecía inhibir el juego de los niños, desde niños pequeños hasta adolescentes.

Además, cuando los niños no tienen la oportunidad de jugar juntos, sin la intervención constante de un adulto, sus conversaciones con nosotros suelen ser menos ricas.

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No tenemos la oportunidad de saber de ellos sobre sus exploraciones y colaboraciones, y ellos no tienen la oportunidad de contarnos historias. ¿Por qué crear historias y narraciones para nosotros, y describir sus puntos de vista, si siempre estamos ahí?, se pregunta Rolland.

Actividades estructuradas en detrimento del juego libre

En las familias más adineradas tener una agenda repleta de actividades extraescolares se ha convertido en la norma. Cuanto más complejas y originales, mayor símbolo de estatus.

Irónicamente, las familias que tienden a vivir en áreas con más espacios verdes y áreas seguras para jugar, el juego no estructurado se considera un lujo innecesario, incluso una pérdida de tiempo.

Si bien son actividades que pueden impulsar el desarrollo de los niños y encontrar en ellas nuevas habilidades, si se realizan a expensas del tiempo de inactividad y el tiempo no estructurado, pueden volverse contraproducentes, señala la experta.

Si les quitamos el tiempo de juego no estructurado, los niños tienen pocas oportunidades para el pensamiento interno, para tomar decisiones por sí mismos, o para practicar un lenguaje más complejo de negociación y colaboración.

Peor aún, según predice el Dr. Peter Gray, profesor de psicología y experto en juego infantil en un artículo, estas limitaciones están fuertemente relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión, debido a que los niños adquieren poca experiencia al esforzarse o desafiarse a sí mismos.

Sin las oportunidades para desarrollar habilidades, a menudo comienzan a perder la confianza en sí mismos. Les lleva a creer que no pueden asumir desafíos, ya que simplemente no lo hacen.

"Alentar a nuestra sociedad a priorizar estas actividades es fundamental, de cara al futuro, para apoyar la salud y el bienestar de los niños y adolescentes en nuestras vidas".

Esta es la invitación de la profesora Rolland que nos hace reflexionar sobre la importancia del juego libre en la infancia, que permite a los niños desarrollar habilidades que están perdiendo si se lo impedimos.

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