"No existen emociones positivas o negativas, todas son legítimas para nuestra supervivencia": Tania García, educadora social

"No existen emociones positivas o negativas, todas son legítimas para nuestra supervivencia": Tania García, educadora social
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Muchas veces, a partir de la inocente pregunta de un niño surgen cosas maravillosas. Es lo que le ha pasado a Tania García, precursora de la filosofía educativa Educación Real, quien en un momento de cuento con sus hijos, surgió el que sería el título de su nuevo libro: '¿De qué está hecho el amor?'.

A raíz de esa conversación en la que intentó responder esa compleja pregunta, tuvo la inspiración necesaria para escribir una historia y plasmarla en un cuento precioso, en el que engloba todo aquello que rodea el sentimiento más importante que podemos sentir, incluidos esos matices no tan bonitos que podemos experimentar en el día a día con las personas que amamos.

Hoy hablamos con Tania García, Educadora Social e Investigadora en Neurociencia y Socioeducación, quien nos ha contado cuestiones realmente interesantes sobre la autoestima, las emociones y nuestra voz interior.

¿De qué está hecho el amor? (HarperKids)

¿De qué está hecho el amor? (HarperKids)

El amor se compone de muchas cosas, como diversión y amistades, pero también de aquellos momentos de dolor y dificultades

familia

BYM. ¿En qué te inspiraste para escribir 'De qué está hecho el amor' y por qué elegiste a dragones como protagonistas?

T.G. La verdad es que es un cuento muy especial para mí. Tal y como relato en él, todo surgió una noche con mis hijos, a partir de una de sus maravillosas preguntas. Sin lugar a duda, las más complejas siempre me las hacen ellos.
En una ocasión, me preguntaron: “Mami, ¿de qué está hecho el amor?” Las respuestas que sucedieron, y los aprendizajes que todos adquirimos tras la pregunta, dejaron una huella de vínculo, seguridad, autoestima... para siempre en nosotros. Y allí nació mi nuevo cuento. Una fábula para toda la familia, que nos inspira y nos enseña, desde la ciencia, la investigación y la efectividad, a amar la vida. Un cuento imprescindible en todos los hogares.
Los dragones son personajes fantásticos que les encantan a los niños y niñas y mis hijos eligieron los personajes, de la misma forma que me ayudan a decidir cada uno de los colores, formas, expresiones…

BYM. En tu libro, el amor es una herramienta para entender y validar emociones tanto positivas como otras más "difíciles" como el miedo, el sufrimiento o la rabia y me parece un punto de partida muy interesante para dialogar con nuestros hijos sobre estos temas. ¿Cómo crees que debemos abordar con ellos estas situaciones que suelen ser tan complicadas de gestionar?

T.G. Todas las emociones son válidas en sí mismas, por tanto, nadie debe validárnoslas, ya lo son. Como bien dices, no existen emociones positivas o negativas, ya que todas son legítimas y fundamentales para nuestra supervivencia. En mi cuento, abordo diversas emociones porque así es la vida en sí misma y nuestra naturaleza.
El libro ofrece una excelente oportunidad para conversar con naturalidad y sin tabúes sobre eso precisamente, sobre todo, y sobre lo más importante en la vida. En realidad, no deberían ser situaciones complejas para los adultos, lo son porque nos han enseñado a reprimir nuestras emociones y a intentar cambiar los estados emocionales de niños, niñas y adolescentes, y por ello, sufrimos y sufren.
"Este cuento nos enseña a mostrarles la vida tal cual es, sin esconder nada, de una manera natural, aceptándola como viene. Supone una oportunidad para abrirnos al mundo emocional real".

BYM. Hay partes del libro que hacen referencia a situaciones que nuestros hijos pueden estar viviendo en el colegio (como el acoso escolar), y de los cuales no somos plenamente conscientes. ¿Qué señales deberían ponernos en alerta?

El tema del acoso escolar es un tema complejo que merece de una formación muy completa y libre de violencia. Podemos detectar posibles señales de acoso escolar en nuestros hijos e hijas por cambios como tristeza o irritabilidad constantes, rechazo a ir a la escuela, cambios en el apetito o el sueño, enuresis nocturna, daños en sus pertenencias, apatía, miedos, cambios en la alimentación, un estado de alerta constante que podría manifestarse en tics nerviosos o ansiedad, etc.

Trabajar en la confianza desde el primer momento, aceptándoles como son, con incondicionalidad, sin esperar nada a cambio, es el primer paso para evitar que sufran acoso escolar, o lo profesen.

BYM. También haces referencia a nuestra voz interior e invitas a "aprender a escucharla". ¿Cómo recomiendas explicar a un niño pequeño de qué se trata y por qué es importante empezar a hablar de ella, incluso a edades muy tempranas?

T.G. En primer lugar, lo más importante es desechar las relaciones de poder en el hogar, ya que el adultocentrismo genera una relación asimétrica (de superioridad) con nuestros hijos e hijas, impidiéndoles oír su propia voz interior, que ya tienen y les pertenece.
Esto sucede porque están acostumbrados a que se les indique constantemente qué hacer, cómo y cuándo, y si no es como el adulto quiere o necesita, entonces fallan de alguna forma. Por lo tanto, la voz que prevalece es la de los demás. Este debería ser el primer paso para que nuestros niños, niñas y adolescentes aprendan a reconocer su voz interior, llevándolos, en cada situación de la vida cotidiana, a escucharse y decidir
por sí mismos. A través de un respeto REAL.
Y, en segundo lugar, es crucial que nosotros como adultos seamos ejemplo de esto que queremos para ellos, escuchándonos a nosotros mismos y tomando decisiones basadas en nuestra voz interior, no en influencias externas o en preocupaciones por lo que los demás puedan pensar.

BYM. Por último, tengo que preguntarte por la referencia al polvo de estrellas con el que concluyes el libro.

T.G. Es un guiño a nuestra conexión cósmica y un hecho astronómico fascinante. La conclusión de que somos, en esencia, polvo de estrellas, no es solo poética, sino también científicamente exacta. Al hacer esta analogía, enfatizo la idea de que todos estamos interconectados y que formamos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos. Así, el libro cierra con un recordatorio de nuestro origen estelar, señalando que, en lo más profundo de nuestro ser, llevamos el legado de las estrellas.
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