Teniendo móviles, portátiles y tablets para anotarlo todo, es fácil que descartemos el escribir a mano. Y es que eso de tener un teclado literalmente al alcance nuestras manos todo el tiempo es muy conveniente: escribimos más rápido y no hay cabida a perder las notas, como cuando anotábamos en un papel que después no sabíamos dónde había quedado.
Sin embargo, escribir a mano es algo que no deberíamos abandonar. Al menos en mi experiencia, hacerlo no sólo me ha ayudado a ser más organizada: también ha mejorado mi memoria.
Dejando mi móvil y regresando al papel
Soy de esas personas que ama la tecnología y aprovecha cada una de sus opciones y herramientas para facilitarme la vida, tanto en lo personal como en lo laboral. Pero aunque eso de tener siempre donde anotar las cosas es una maravilla, también tiene sus desventajas.
En principio no había sido consciente de ello. Fue hasta que volví a utilizar mi agenda física y mis cuadernos y libretas de forma regular que observé un cambio notorio en mi memoria y mi capacidad para recordar las cosas. Desde la lista de la compra hasta los pendientes de trabajo, dejé de tener pequeños olvidos a los que ya me había habituado.
Gracias a esto no solo logré organizarme y recordar mejor, pues mi productividad también aumentó por el simple hecho de tener más presente en mi mente las tareas a realizar, ayudándome a priorizar y ordenar de forma más eficiente.
¿Pero por qué con el móvil no sucedía lo mismo? La ciencia lo explica.
Escribir a mano para recordar mejor
Son diversos los estudios que se han realizado para analizar las diferencias entre escribir de forma manual o utilizando un teclado, especialmente en cuanto a la memorización de información. Coincidentemente, varios llegan a la misma conclusión: recordamos mejor cuando escribimos a mano.
En uno de ellos se comparaba el recuerdo a corto y mediano plazo del aprendizaje de palabras nuevas, escribiéndolas a mano y con ayuda de un teclado, se encontró que el recuerdo era mejor cuando las anotábamos de forma manual, especialmente con las listas más largas de palabras.
Otro estudio reciente explica que cuando escribimos a mano, los patrones de conectividad cerebral -que son cruciales para la formación de la memoria y la codificación de nueva información- son mucho más elaborados que al escribir en un teclado.
Una investigación más, realizada con estudiantes universitarios, puso a prueba tres estudios que arrojaron el mismo resultado: los estudiantes que tomaron notas en sus portátiles tuvieron un desempeño más bajo en preguntas conceptuales, comparados con los que tomaron notas de forma manual.
En general, éstos y otros estudios demuestran que escribir a mano es mejor para la memoria y no debemos dejarlo, pues cuando tomamos notas con un lápiz o bolígrafo se involucran procesos sensomotores más complejos que al hacerlo con un teclado, lo que nos ayuda a recordar mejor lo que hemos escrito.
Foto de portada | Katrin Bolovtsova en Pexels