"Mamá, ¿cuándo vamos a decorar la casa para la Navidad?", me preguntaron mis hijos el viernes pasado, mientras recogíamos los restos de la decoración de la fiesta de Halloween que habíamos celebrado la tarde anterior. Lo cierto es que su pregunta no me sorprendió, pues la práctica totalidad de los comercios ya lucen sus galas navideñas, y los turrones y polvorones empiezan a ser colocados de manera estatégica en los supermercados.
Pero si eres de los que piensa que aún es demasiado pronto para sucumbir a la magia de la Navidad, debes saber que según algunos estudios publicados, adornar tu hogar antes de tiempo para la Navidad nos hace más felices y sociables... y si además tienes niños, ¡te lo agradecerán enormemente!
¿Hay un momento concreto para comenzar con la decoración navideña?
Cuando hablamos de poner el árbol de Navidad o el Belén, hacer nuestros propios adornos, cantar villancicos o colocar luces de colores en la fachada de nuestra casa, las opiniones de la gente se dividen:
Hay quien cree que el fin de la celebración de Halloween, es el pistoletazo de salida para comenzar con la decoración navideña, y todo lo que ello conlleva.
Para otras personas, este momento se situa a principios del mes de diciembre, y en nuestro país mucha gente lo hace coincidir con el puente de la Constitución (del 6 al 9 de diciembre).
Pero, a pesar de lo que unos y otros consideren "apropiado", lo cierto es que no hay una fecha estipulada socialmente para comenzar con la decoración de Navidad, por lo que, durante el mes noviembre, es frecuente que convivan las personas invadidas por el espíritu navideño, con aquellas que se avergüenzan al ver los "papás noeles" colgando de las terrazas de sus vecinos.
Las personas que decoran antes sus casas son más felices y sociables
Si formas parte del primer grupo, y estás deseando desempolvar la caja de adornos navideños y poder cantar a pleno pulmón el famoso villancico de Mariah Carey, debes saber que, según los estudios, eres una persona feliz, sociable y nostálgica.
El psicoanalista inglés, Steve McKeown, lo explicaba de este modo en el diario Unilad:
"Las razones más comunes que explicarían por qué la gente decora para la Navidad de forma temprana son las nostálgicas, ya sea para revivir la magia o para compensar el abandono del pasado. En una sociedad llena de estrés y ansiedad, a las personas les gusta asociarse con cosas que los hagan felices, y en este sentido, las decoraciones navideñas evocan esos fuertes sentimientos de la infancia".
"Los adornos navideños son simplemente un ancla o una forma de revivir esas emociones mágicas de la infancia. ¡Así que poner la decoración de manera anticipada mantiene viva la emoción durante más tiempo!"
Pero dentro de la decoración navideña existen distintos grados, y los hay que engalanan sus casas de puertas para dentro, y los que iluminan el exterior como si se tratara de un mágico parque de atracciones.
En este sentido, según un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology, las personas que engalanan las fachadas y jardines de sus casas, son más sociables y accesibles, y sus vecinos tienden a percibirlos como amigos.
Esta misma lógica es la que aplican los niños cuando celebran la noche de Halloween al grito de truco o trato. Y si no, pensemos: ¿qué casas son sus preferidas a la hora de pedir caramelos? Sin duda, las que presentan la decoración más terroríficamente llamativa.
Pero... ¿y si soy el Grinch de la Navidad?
Si no necesitas motivos para engalanar tu casa antes que la mayoría de la gente, ¡enhorabuena! Aparte de vivir estas fechas con plena felicidad e ilusión, tus hijos te lo agradecerán enormemente, pues no hay nada más divertido, emocionante y mágico para un niño como la Navidad.
Pero si sientes que cada año que pasa el espíritu del Grinch se va apoderando de ti, trata de echarle a un lado y dejarte invadir por la nostalgia de tu infancia en esta época del año. La ilusión de los niños es contagiosa y realmente la Navidad tiene magia si la vives a través sus ojos
Colocar las luces de colores en el árbol, ver las entrañables películas que comenzarán a proyectar en estas fechas, colgar una preciosa guirnalda en la puerta, sentir el calor de la chimenea, leer cuentos navideños, esperar con ansiedad la llegada de los Reyes Magos... ¿No sentís un cosquilleo de emoción al recordar todas estas vivencias de vuestra infancia?
Por eso, si tú mismo crees que eres el Grinch de la Navidad, te animo a detener unos minutos la vorágine de obligaciones de tu día a día y rescatar lo que es probable que sintieras cuando eras pequeño.