Ser madre soltera por elección es una opción de familia por la que cada vez más mujeres optan, sin embargo sigue siendo una gran desconocida para muchos de nosotros. ¿Cómo se toma una decisión así? ¿Cómo se cría en solitario? Para derribar mitos y ayudarnos a conocer esta opción familiar dos mujeres nos cuentan su experiencia como madres solteras por elección.
Andrea tiene un hijo de 3 años, y es la autora del blog “Las aventuras de bebé pingüino”.
¿Cómo fue el proceso de tomar la decisión de tener un hijo en solitario?
Andrea. Fue algo innato en mí. Desde que estaba en el instituto siempre comentaba con mis amigas que si llegado el día que sentía que quería ser madre y no había encontrado a la persona adecuada lo haría sola, con ayuda de un donante. Incluso lo comentaba con mis padres y ellos me apoyaban diciéndome que me ayudarían económicamente a que lo llevara a cabo.
Tuve pareja, pero la relación acabó. Entre mis prioridades estaba el ser madre y en mi familia había habido muchos antecedentes de menopausia precoz. Cuando cumplí los 25 años algo en mi me dijo “ya”. Empecé a curiosear por Internet y di con Masola, una web de una asociación de madres solteras. Entre su blog y su foro descubrí muchísimas cosas interesantes sobre cómo ser madre soltera a través de reproducción asistida. Seguí investigando y fue entonces cuando descubrí que la Seguridad Social cubría los tratamientos para madres solteras. No tuve que pensármelo más.
Andrea menciona a Masola, una web de referencia para madres solteras por elección que, entre otros reconocimientos, ha recibido el premio al mejor blog de concienciación de Madresfera 2018. Tras esta plataforma está Rosa, madre soltera de dos hijas, una de casi 16 y otra de 11 años, que también ha tenido la enorme amabilidad de contestar también a nuestras preguntas.
Hay diferentes vías para ser mamá soltera, ¿qué hizo que eligieras lo que elegiste?
Andrea. Elegí ser madre soltera por reproducción asistida porque quería formar una familia monoparental con todo lo que ello conlleva, y no quería quedarme embarazada de cualquier amigo/conocido que luego quisiera (y con derecho) hacerse cargo del bebé.
Rosa. Con casi 36 años estaba viviendo una relación de las que llaman tóxicas. Era consciente de que tenía que terminar esa relación y tomar la decisión de ser madre sin pareja porque no era muy hábil en relaciones. Fue un poco fruto de las circunstancias. Mi segunda maternidad, una adopción internacional, fue fruto del convencimiento de que quería volver a ser madre sin pareja.
¿Te encontraste con alguna traba que te complicó el camino?
Andrea. Principalmente temas médicos: reglas que se atrasan, tratamientos que hay que cancelar por distintos motivos... Pero lo más importante y que más dificultó el proceso fue que tras hacerme las pruebas ginecológicas descubrí que tenía problemas de fertilidad que lo complicarían todo. Fueron 3 años de proceso, 7 tratamientos para lograrlo y un aborto bioquímico de por medio.
Rosa. No, ninguna. Lo tuve fácil porque además tuve la gran suerte de embarazarme a la primera y como estuve muchos años meditando y acudiendo a terapia para saber que tomaba la decisión correcta, el día que acudí a la clínica lo tenía clarísimo.
Vivimos en un país en el que opinar y comentar es deporte nacional, así que seguramente habrás tenido que escuchar de todo. ¿Cuáles han sido los comentarios más frecuentes que te han hecho? ¿Y los que peor te han sentado?
Andrea. He he tenido la suerte de escuchar pocas cosas, pero por ejemplo una de mis mejores amigas, cuando le dije que iba a ser madre soltera y que mis padres me apoyaban, me dijo que ella si tuviera una hija en mi situación no lo permitiría, o una mujer me dijo que “Pero un niño siempre tiene que tener un padre”. Sin embargo sé de amigas monoparentales se han encontrado con situaciones mucho más feas.
Rosa: De todo, pero tampoco en exceso porque, supongo, yo no me he dejado y enseguida he parado. Pero cosas como “Qué valiente” hasta “Tú lo has elegido”, “No te quejes”, “Si no puedes sola, habértelo pensado antes porque ahora tienes que pedir ayuda”, “Esa hija no es fruto del amor”, etc.
Cuando se plantea el tema de ser madre en solitario muchos piensan en lo duro que debe ser, en lo complicado a nivel emocional y físico (noches sin dormir, agotamiento, etc.), pero cuando hablo con madres solteras por elección suelen decirme que una no echa de menos lo que no tiene (refiriéndose a compartir la maternidad con una pareja)... -Ni falta que hace, añado-. ¿Qué opinas tú? ¿Has echado de menos algo en esta línea en algún momento?
Andrea. Estoy muy de acuerdo en lo que comentas de que no se echa de menos lo que no se tiene. En mi caso ni lo echo de menos ni pienso en ello. Soy muy feliz con mi modelo familiar porque era lo que buscaba, y cuento con la ayuda permanente de mis padres, lo cual me ha hecho todo mucho más fácil. No me planteo cómo hubiese sido de haber tenido pareja. Lo que si se es que me gusta la comodidad que supone para mi el tener la responsabilidad de mi hijo al 100%, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
Rosa: Nunca. Es algo que yo también tuve en mente cuando hablaba con la terapeuta antes de tomar la decisión y sorprendentemente después de ser madre soltera me di cuenta de que, como todo en la vida, también tiene sus pros. Yo me acostaba igual de agotada que muchas pero me levantaba emocionalmente fuerte y me sentía tremendamente feliz con mis hijas y mi maternidad elegida. Eso no quita que no haya problemas y momentos muy duros que recaen en una sola persona, pero creo que es lo mismo que para muchas mujeres que viven o han vivido su maternidad en pareja.
Ser madre es maravilloso, pero también -a ratos- un camino lleno de miedos, dudas... ¿cuáles eran/son los tuyos?
Mi mayor miedo es el hecho de que mi hijo pueda quedarse solo: al no tener padre, la familia se reduce a la mitad.
Andrea. Miedos tengo muchos, aunque intento no pensar en ellos. Mi mayor miedo es el hecho de que mi hijo pueda quedarse solo: al no tener padre, la familia se reduce a la mitad. Mis padres son mayores y el resto de nuestra familia está dispersa por toda España. Donde vivimos estamos solo nosotros. Y si algún día me pasase algo...
Por otro lado, y como le ocurre a cualquier madre, me da miedo que sufra en exceso. No me gustaría que cuando crezca sus compañeros le hagan sentir mal por nuestro modelo familiar o por cualquier otra cosa.Pero por eso intento educarlo de la mejor manera que sé para que, llegado el momento, sea un niño fuerte y sepa defenderse por él mismo.
Rosa. Por supuesto. Hay momentos como te decía muy duros porque la maternidad no está valorada, se cree que como es algo intrínseco a nosotras lo vamos a saber hacer perfectamente y que no necesitamos ayuda. Y no es así… ser madre es complicado, difícil aunque gratificante. Educar a un hijo es lo más difícil que me he encontrado y más a medida que crecen: “Niños pequeños, problemas pequeños; niños mayores, problemas mayores”. Se cometen muchos errores y más en esta sociedad en la que el tiempo que queda para los hijos es mínimo, sobre todo para las que trabajan fuera de casa sin conciliación alguna porque eso es una falacia; pero también para que las que se quedan en casa, sin remuneración alguna, y menoscabando su autoestima día a día.
De madre que no le da la vida a madre, ¿cómo es tu día a día a la hora de organizarte y trabajar y... y todo lo que hacemos las mamis?
Andrea. Como he dicho antes, tengo la grandísima suerte de contar con el apoyo y ayuda de mis padres diariamente. Ademas, soy maestra y eso hace que mi hijo y yo tengamos los mismos horarios, incluso festivos, pero claro, tengo que estudiar para las oposiciones... así que intento hacer malabares y arañar tiempo al reloj, como hacemos todas.
Rosa. Muchos días son como buenamente se pueden. Es difícil encontrar tiempo hasta para organizar lo que se tiene que hacer. Como el de todas las madres de hoy en día: “Cómo ser madre y no morir en el intento”.
Cuándo y cómo hablar del tema con los hijos
Quizá uno de los aspectos que más curiosidad o dudas genera a muchos es qué, cómo y cuándo hablar con los hijos sobre cómo constituiste la familia. ¿Cómo lo estás abordando tú con tu hijo/a?
Andrea. Mi hijo aún es demasiado pequeño para entender por completo esta situación, pero desde que era aún más pequeño le hablo y le cuento nuestra historia. Le digo que él no tiene papá, que hay muchos modelos familiares y que el nuestro es así. Al principio él me decía que sí tenía papá: su abuelo. Y es que es su figura masculina de referencia. Además al oírme a mi llamarle “papá” ha hecho que él también lo hiciese durante mucho tiempo (también llamaba mamá a mi madre).
De un tiempo más reciente hasta ahora he visto un progreso en él en ese sentido. Cuando hablamos del tema parece entender que no tiene papá y punto. Supongo que ahora cuando empiece el cole y vaya conociendo más niños/as y aborden temas como la familia me irá preguntando más y tendrá más curiosidad. O no. Resulta que la mayoría de mis amigas monoparentales apenas tuvieron que abordar este tema con sus hijos porque ellos lo asumieron con la naturalidad con la que lo viven y no necesitaron demasiada explicación. En cualquier caso estoy preparada para cualquier pregunta y explicación.
La mayoría de mis amigas monoparentales apenas tuvieron que abordar este tema con sus hijos porque ellos lo asumieron con la naturalidad con la que lo viven
Rosa. No fue difícil desde el momento que te sientes orgullosa de tu decisión y modelo de familia. Eso se lo trasmites desde que está en el vientre. Y desde ese momento ya le hablaba a mi panza, y luego al bebé, y cuando tuvo tres años me inventé un cuento infantil para explicarle su historia y la mía; cuanto que luego escribí: “Cloe quiere ser mamá”. Creció sabiéndolo y queriendo a su familia; creció sabiendo que la felicidad no está en desear lo que otros tienen sino en disfrutar de lo que uno tiene, que es mucho.
Ahora tiene 16 años y su vida es como la de cualquier otro adolescente. Su preocupación está más por el vestido que va a llevar a la graduación que por la figura del donante. La pequeña que es adoptada también es conocedora desde el minuto uno de toda su historia y está plenamente integrada en su familia sin ningún síntoma de desapego. Pero claro, la vida es larga y cuando crezcan me imagino que tendrán más curiosidades sobre su origen, pero creo que se quedan en eso, curiosidad, como tengo yo ahora por mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, que quiero conocer todo de ellos.
Ayudas a familias monoparentales
Hablemos de ayudas, de las pocas ayudas que hay, de hecho, para familias monoparentales -aquí contaré lo poco que hay ahora mismo-. ¿Qué te parece la situación actual en España? ¿Qué ayudas crees que deberían implementarse?
Andrea. Me alegra mucho que hables de este tema porque creo que hay bastante desconocimiento al respecto y siempre se suele decir, de forma errónea, que las familias monoparentales recibimos muchísimas ayuda. ¡Todo lo contrario! Por suerte las asociaciones de monoparentales están luchando mucho al respecto. Una de las medidas que creo que debía implantarse es el carné de familia monoparental a nivel estatal.
Me consta que algunas comunidades lo tienen, ofreciendo ventajas y descuentos a estos modelos familiares, pero aún son más las que no. Otro aspecto que está trayendo cola es la equiparación con las familias numerosas. Creo que es muy necesario. Entre otros motivos porque hay muchas más familias monoparentales que familias numerosas. Yo no creo que pidamos nada exagerado pero el problema es que todavía falta mucho para concienciar a la sociedad, y con ello a los políticos, con respecto a nuestro modelo familiar.
Rosa. ¿Ayudas a monoparentales? No existen. Todas están enfocadas a las familias numerosas. Llevan años prometiendo (todos los políticos) y ninguno hace nada. Llevamos más de una década luchando por una Ley de Familias Monoparentales, pero solo se preocupan en mejorar la Ley de Familias Numerosas, que no digo que no tengan que tener sus protecciones y apoyos, pero los demás también somos familia.
Sin embargo, se han encargo de difundir bien por los medios de comunicación que recibimos todo tipo de ayudas y no es cierto. Por ponerte algún ejemplo: una familia biparental desgrava por hijo 3.450 euros en la declaración de la renta y una monoparental solo 2.150. ¿Por qué?; una familia biparental puede hacer la declaración de la renta en modo conjunta hasta los 26 años del hijo y una familia monoparental solo hasta los 18. ¿Por qué?; las viudas con dos hijos y con prestación económica por viudedad son familia numerosa, las solteras con dos hijos no. ¿Por qué?
Save the children en su informe “Más solas que nunca” señala que más de la mitad de las familias monoparentales encabezadas por mujeres se encuentran en un grave riesgo de pobreza o exclusión social, ya no sólo por su situación económica, sino también por factores como el empleo, la vivienda, la salud o la red de apoyo.
¿Cuál ha sido el momento más complicado o duro en este camino que has recorrido?
Andrea. Quizás uno de los peores para mi fue tras mis cuatro primeros tratamientos (inseminaciones artificiales) en la seguridad social, saber que tendría que estar en lista de espera al menos 15 meses para que me llamaran para el siguiente tratamiento (fecundación in vitro).
Puede parecer una tontería, pero cuando estás en reproducción asistida los tiempos se miden de otra forma y una semana puede ser una eternidad así que ¡imagina varios meses! Fue ahí cuando decidí no esperar más e intentarlo en una clínica privada. Allí tuve otro de los peores momentos cuando en mi primer tratamiento conseguí mi positivo pero la felicidad se esfumó enseguida al comprobar que era un embarazo bioquímico (el embrión no se había agarrado bien).
Yo soy una persona que tiende a ser positiva por naturaleza y he llevado el proceso bastante bien. Pero ahora lo pienso y me doy cuenta de que todo lo que he pasado ha sido realmente duro. Negativo tras negativo te planteas por qué no logras quedarte embarazada ni siquiera con ayuda de la ciencia. Se dan muchas vueltas a la cabeza, piensas muchas cosas y es un proceso que quema mucho.
Rosa. Ahora. La adolescencia es complicada física, emocionalmente y económicamente. Y esto se suma a los trastornos hormonales de una y los años encima que van cayendo.
¿Qué -o quién- ha sido lo más importante para ti en todo este proceso?
Andrea. Mis padres, sin ninguna duda. Porque sin su apoyo (económico y emocional) no hubiera podido con todo el proceso. Han sido fundamentales en mi vida en general y en mi maternidad en particular. Sé que sin ellos yo no me hubiera atrevido, o al menos me hubiera costado más, tomar la decisión tan en firme. Se puede decir que en cuanto supieron de mi idea ellos mismos me “empujaron” a que lo llevara a cabo. Ahora se desviven con mi hijo y yo no puedo estar más agradecida por tanto.
Rosa. Nadie, en mi época no se lo conté a nadie hasta que quedaban 20 días para la inseminación y se lo dije a mi madre. Podría decir que mi autoestima es la que me dijo lo mejor que me podía decir, me enseñó a quererme y no buscar la protección en otros que siempre nos inculcaron como mujeres – espero que las nuevas generaciones sepan quererse ya mejor – y fue la que me dijo que era dueña de mi vida y de vivirla como yo desease.
Para aquellas mujeres que se estén planteando ser madres solteras
En consulta veo cada vez más mujeres (no acuden por este motivo, ojo) que no descartan la posibilidad de ser madres solteras por elección. ¿Qué le dirías a una mujer que esté planteándose esta opción?
Andrea. Que si lo tienen claro que no duden más y vayan a por ello. Que hagan oídos sordos y no busquen la aprobación de los demás porque se trata de su vida y sus decisiones. Que solo se oigan a ellas. Que se informen mucho y busquen un buen centro donde llevarlo a cabo (más que el centro, lo importante son los profesionales). También es importante, al menos a mi me sirvió muchísimo, hacerse de una tribu de mamás con tu mismo modelo familiar. Para mi fueron soporte y guía antes, durante y después de todo el proceso. Ahora son familia y todo hubiera sido más complejo sin ese apoyo. Es muy necesario contar con una red de apoyo con tus mismas inquietudes para no sentirse tan sola.
Rosa. Que si lo tiene claro, no es por no quedarse sola, por suplir la carencia emocional de una pareja, y su situación económica se lo permite, que adelante…. Que sea dueña de su vida, que las parejas van y vienen, y que habrá tiempo nuevamente para el amor si ella lo desea, pero llega un momento que no habrá tiempo para tener hijos si ella lo desea. Que tenga en cuenta el reloj biológico y la caducidad ovárica y que aún así existen tratamientos alternativos o la vitrificación de óvulos. Sobre la adopción, hoy en día es una opción que han complicado mucho y por su dificultad no aconsejaría, pero aun así con ganas y tiempo, también se puede.
Y por último, porque sentirse entendidas, arropadas y comprendidas es taaaan importante: ¿qué te hubiera gustado que te dijeran a ti -en cualquier ámbito, ya sea familiar, médico, burocrático, etc.- cuando iniciaste el camino de la maternidad en solitario?
Andrea. Me hubiera gustado que me dijeran lo importante que era la paciencia cuando inicias un camino en reproducción asistida, que no siempre era llegar y lograrlo. Es importante tener los pies en la tierra. Lo tuve que aprender a golpe de negativos. Y es que en este proceso uno sabe cuando empieza pero no cuando termina. Es importante mantenerse fuerte y con la mente fría en muchos momentos en que una siente que no puede más con todo. Porque hay procesos que, por suerte, son sencillos. Pero hay otros mucho más complejos y no podemos controlarlo todo. Y sobre todo y lo más importante ¡siempre hacia delante!
Rosa. En mi caso nada porque me lo dije todo a mí misma y la opinión de los demás no me importo, pero sí creo que es importante sentirnos arropadas por las políticas sociales y económicas que nos tienen profundamente olvidadas, ninguneadas y en estos momentos con tanta lucha por la igualdad de la mujer me cuesta comprender como TODOS y digo TODOS los partidos políticos siguen dando largas a este modelo familiar.
Muchísimas gracias a las dos, Andrea, Rosa, por vuestro tiempo y por ayudarnos a conocer más de vosotras, mamis.
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