Dada la necesidad de succión de los bebés, existen en el mercado multitud de diseños con materiales variados, pero no existe “el mejor chupete”, será el bebé quien decidirá cual es el chupete que más se adecua a él.
Los chupetes pueden ser de una pieza o de varias ensambladas que generalmente son más bonitos, pero menos recomendables que los de una pieza, mucho más sencillos de limpiar y sin riesgos de que se separen los componentes provocando algún accidente.
Además de esto, puedes elegir entre los chupetes fisiológicos, éstos están adaptados a la cavidad bucal del bebé, favoreciendo la formación natural del paladar ejerciendo una mínima presión sobre él, siempre se coloca en el mismo sentido en la boca del bebé.
Los chupetes anatómicos imitan la forma del pezón materno durante la succión y también se adapta perfectamente a la boca del bebé y favorecen el correcto desarrollo del paladar.
Además podemos encontrar los chupetes "todo goma" que son completamente fabricados en látex, éstos son ideales para dormir pues son blanditos y no ejercerán ningún tipo de presión en la carita del bebé.
En general, un chupete seguro debe cumplir las normas fijadas por AENOR, debe tener bordes redondeados, con una base lo suficientemente grande para que el niño no pueda introducirse todo el chupete en la boca, con una anilla que permita retirarlo de la boca, la tetina no puede ser superior a 3,3 cm y siempre debe utilizar un chupete adecuado para su edad.
Los chupetes del bebé hay que lavarlos con frecuencia y esterilizarlos de vez en cuando, más aún los primeros meses y siempre que estrene uno. No se lo ates al cuello, pues esto podría traer graves riesgos, tampoco se lo untes con alimentos dulces, podría padecer caries de biberón. Y no olvides cambiarlo en cuanto empiece a deteriorarse.
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