Nos encontramos inmersos en una dinámica de sobrediagnóstico de TDAH, tal y como ha ocurrido en EE. UU. y Canadá en la última década, y existe una necesidad científica y ética de evitar ese sobrediagnóstico.
Esto es lo que afirman dos profesionales del Servicio de pediatría en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en un trabajo titulado ‘¿Existe un sobrediagnóstico del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?’ El objetivo del artículo, publicado en Evidencias en Pediatría, es analizar las posibles causas de un sobrediagnóstico actual de TDAH en nuestro medio y conocer cómo se puede evitar.
Parece ser que el TDAH es la patología neurocomportamental infantojuvenil más frecuente. Se debe tener en cuenta la alta prevalencia (en algunos estudios hasta un 17%), pero indican los autores que en caso de patologías del neurodesarrollo, las cifras de prevalencia mórbida por encima del cinco por ciento deben interpretarse con mucho cuidado.
El sobrediagnóstico es diagnosticar una "enfermedad" que nunca causará síntomas potencialmente graves o la muerte del paciente. Se trata de un problema importante, ya que convierte a las personas en “enfermos” sin necesidad de serlo y conduce a tratamientos que solo pueden causar daño, al no aportar ningún beneficio a su salud. No es un proceso inocuo, porque origina numerosos problemas tanto para el paciente que lo sufre, como por los costes añadidos que implican para el sistema sanitario
El impacto del diagnóstico en la vida de los pacientes
Los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen un gran impacto en el desarrollo del individuo e interfieren en su funcionamiento social, emocional y cognitivo, causando una importante morbilidad y disfunción no solo en el niño, sino también en el grupo de compañeros escolares y en su familia.
Hablamos de un trastorno que afecta a un número cada vez mayor de niños y adultos. Si se analiza críticamente estas cifras progresivamente crecientes, casi “epidémicas”, es fácil que surja la pregunta: ¿existe dicho trastorno o es una “invención” que origina muchos beneficios económicos al tratar y medicar a personas sanas? Hoy por hoy es casi imposible demostrar que el TDAH no es una enfermedad, dados los avances neuropsicológicos y neurobiológicos en el estudio de este trastorno. Y por otra parte, es todavía imposible demostrar con certeza que sí lo es, al carecer aún de una prueba diagnóstica específica y emplear solamente instrumentos de valoración clínica.
Es tal la dimensión creciente del problema que, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han llamado la atención al detectar el incremento, escasamente justificado por criterios clínicos.
Son estas organizaciones las que recomiendan a profesionales de la salud mental de niños y jóvenes, que además de poner más interés en realizar un correcto y estricto diagnóstico de los TDAH, se establezca tratamiento con medicamentos sólo después de la tentativa de otros de carácter psicopedagógicos y conductuales.
Las causas del TDAH
Al analizar el incremento ‘explosivo’ de casos diagnosticados, se plantea la concurrencia de factores: mayor conocimiento, detección precoz, diagnóstico eficaz, mejor coordinación.
Pero ¿existen otros motivos que justifiquen el aumento?, debemos preguntarnos si (como en otras alteraciones del neurodesarrollo) hay alguna relación con factores ‘epidémicos’ como los aditivos alimentarios, los metales pesados, los procesos infecciosos recurrentes.
Quizás (sólo quizás) también podrían tener algo que ver los cambios psicosociales de nuestra sociedad tecnológica intoxicada por un exceso de información. No se ha establecido relación de causa efecto entre los modos de vida y el TDH, pero nuestra sociedad actual puede intervenir en una mayor disfuncionalidad del trastorno.
La sociedad de consumo y el cambio hacia una mentalidad materialista, presentan pocas oportunidades para favorecer y entrenar la atención sostenida, la cultura del esfuerzo, la demora de recompensa, el empleo de estrategias reflexivas y el desarrollo de un autocontrol mental eficaz
El establecimiento de límites y modelos de conducta organizada suponen un importante esfuerzo educativo y requiere inversión de tiempo por parte de los padres, elemento que cada vez es más escaso en los países industrializados y que se encuentra además influenciado por el cambio de modelos de familia (familias uniparentales, padres divorciados, etc.).
El diagnóstico del TDAH tiene límites
Y tras analizar una serie de datos, los autores del artículo han visto que no es tan “fácil” como se pensaba el diagnosticar un TDAH. En un estudio multicéntrico realizado entre paidopsiquiatras, neuropediatras y pediatras belgas e ingleses, todos los clínicos coincidieron en describir este proceso diagnóstico como complicado y muy ligado a la necesidad de contar con un adecuado tiempo de consulta y una suficiente experiencia clínica previa.
Con todos los instrumentos de que disponen los responsables de servicios de pediatría y salud mental infantil, es importante reseñar que se deben conocer los criterios de inclusión, pero también los de exclusión, dado que el diagnóstico diferencial de un posible TDAH es amplio y heterogéneo, con múltiples causas neurológicas, pediátricas y psicosociales.
El diagnóstico debe realizarse siempre de forma rigurosa por un equipo multidisciplinar. Además, se integraran siempre los datos clínicos y contextuales del paciente individual (incluidas las características de la etapa del desarrollo que consideremos).
‘Con esto, puede que podamos evitar diagnósticos y tratamientos farmacológicos inadecuados y desterrar la política de crear un alarmismo injustificado con nuestras informaciones profesionales, tanto en el seno de la población general como en el de la comunidad educativa y entre la clase médica’.
Creo que es un trabajo muy completo e interesante que aporta datos que al menos yo no conocía, para todos los que estéis interesados en ampliar la información, podéis consultar el artículo original.
Imagen | jenny818 Fuente | García Peñas JJ, Domínguez Carral J. ¿Existe un sobrediagnóstico del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)? Evid Pediatr. 2012;8:51. En Peques y Más | La hiperactividad tiene una causa u origen genético, TDAH: trastorno por déficit de atención y/o hiperactividad