En EEUU han realizado un estudio muy interesante en el que se ha valorado la cantidad de anestesia epidural que necesitan las madres de la manera más efectiva posible: cediendo el control de la cantidad de anestésico a las mismas madres.
Se ha observado con dicho experimento que las madres que controlan la cantidad de anestesia epidural que reciben durante el trabajo de parto y el mismo parto utilizan cerca de un 30% menos que si el anestesista aplica la dosis estándar.
En palabras de Michael Haydon, perinatólogo del Centro Médico Conmemorativo de Long Beach en California:
Examinamos la anestesia epidural controlada por las pacientes y hallamos que, básicamente, se sienten tan cómodas como las mujeres que están bajo una dosis continua. Además hubo una reducción de treinta por ciento en la cantidad de anestesia utilizada.
Para el estudio se utilizó una muestra de 270 mujeres en su primer embarazo. Se hicieron tres grupos al azar, a uno de ellos se le administraba la dosis estándar de anestésico en infusión continua, al segundo una dosis continua, con opción a aumentarla, controlando la dosis la paciente y un último grupo en el que toda la anestesia corría a cargo de la partera.
El primer grupo uso de media 74.9 mg de anestesia durante el parto, el segundo utilizó de media 95.9 mg y el grupo que tuvo el control absoluto utilizó una media de 52.8 mg.
El método de control por la paciente consistía en un botón que podían apretar cuando sintieran que necesitaban más. Evidentemente, por seguridad, son dispositivos programados para proporcionar una cantidad determinada de anestesia durante unos períodos controlados.
Evaluando el tipo de parto entre los tres grupos, no se evidenció diferencia en la duración del parto ni en el índice de cesáreas. Sin embargo, sí se observó una tendencia a menos partos que exigieron asistencia instrumental, como fórceps o ventosa, en el grupo de mamás que podían decidir por completo cuánta anestesia recibir.
Estas madres sí revelaron haber padecido más dolor en el momento de pujar, aunque a la hora de evaluar la eficiencia de la anestesia refirieron sentirse satisfechas con el alivio del dolor en general.
Parece que una vez más se demuestra que ofrecer el control de los procesos del parto a la mujer tiende a reportar beneficios. La epidural, según el momento en que se aplique, suele retrasar los partos y por esta razón, cuanta menos se utilice, mejor.
Parece lógico pensar que cuando la mujer es la que ha de aliviar su propio dolor utilice menos anestésico, ya que los anestesistas, por norma general, prefieren administrar un poco más para asegurarse de que no hay dolor.
Vía | Healthfinder
Foto | Madaise en Flickr
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