¿Qué cosas les puedes pedir a las visitas del postparto para que sean llevaderas? Te damos tres ideas que seguro que os van a ser más útiles que muchos cachivaches con los que pueden presentarse.
Llegada a casa es el momento en el que empieza a sonar el teléfono y amigos y familiares quieren venir a conocer a tu hijo, aunque, es de cajón, el niño no necesita conocer a nadie en este momento más que a su mamá y a su papá. Pero como no siempre se pueden evitar, pídeles a las visitas del postparto cosas que te vayan a ayudar de verdad. Hay una forma de hacer que sean útiles.
Sales de la clínica y llegas a casa. Normalmente agotada, a veces con puntos, puede que emocionalmente desbordada. Necesitas estar con tu bebé, asentar la lactancia o alimentarlo, si es el caso, con biberón de forma lo más cercana posible.
En el puerperio estás necesitada de cuidados, cansada, con las emociones a flor de piel y deseosa de disfrutar del vínculo de enamoramiento con tu bebé. Pero las visitas están dispuestas a aparecer con regalos, para coger al pequeño y quizá, marearte con consejos y obligándote a estar medioarreglada y atendiéndolas.
Aquí te dejamos tres ideas de cosas que les puedes pedir a las visitas en tu postparto, que te ayudarán a que estos días sean más fáciles para todos.
Respeto a los horarios y rutinas de tu hijo
Es casi una broma. Un recién nacido no tiene horarios. Comerá y dormirá a su propio ritmo y posiblemente la que necesita horarios seas tu. Como tus horarios dependerán de las necesidades del niño y estas son imprevisibles, es conveniente aclararlo: la visita deberá adaptarse a los horarios y rutinas que marque tu hijo.
Necesitas descansar y tus horarios de descanso son los que el bebé tenga. Cuando el niño se duerma es posible que los despidas y te vayas a la cama, incluso si han llegado hace cinco minutos.
Además, si el niño demuestra cualquier disconformidad también te retirarás, además de hacerlo para las tomas o los biberones si sientes que estáis ambos más cómodos en soledad. No se negocia, no se admiten críticas. Se asertiva, informa, no pidas permiso.
Comida
Vaya, pues si. Necesitas comida. Ir a la compra y prepararte la comida, incluso si tu pareja está en casa, es algo para lo que se dispone de poco tiempo. Tu vas a estar centrada en el bebé y él en atenderos.
Así que una visita maravillosa es la que llegue con un cargamento de comida fresca, una cesta de frutas y verdura ecológica por ejemplo.
Y mejor, que vengan con un buen montón de tarteras de ricos alimentos ya cocinados: cocido, lasagna, lentejas, albóndigas, pisto, marmitako, caldo, estofado, mero en salsa, gazpacho, tortilla de patatas, espinacas rehogadas con jamón y pasas, calabacines rellenos...
Comidita rica y apetitosa, recién hecha, en tarteras listas para congelar si es preciso y en porciones individuales. Que compren las fiambreras también. Te aseguro que una semana sin tener que preocuparte más que de calentar el plato del día se agradece, y mucho.
Labores del hogar
Otro regalazo que pueden traer las visitas es estar dispuestas a arremangarse y hacer las labores del hogar. No coger al niño ni querer alimentarlo, de no ser que realmente necesites eso, no.
Lo que te va a ayudar de verdad es que se lleven la ropa sucia y te la devuelvan lavada, planchada y doblada. O que te pregunte a que hora quieres que pasen a limpiar la casa o se ocupen de hacer recados que sean necesarios.
Sinceramente, la mayoría de las visitas de postparto que no cumplan el primer punto y que no estén dispuestas a colaborar en los otros dos, pueden esperar. Tu hijo lo agradecerá y tu seguro que también.
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