Si tu bebé no te ve, no te huele, no te oye y no te siente, no sabe que existes

Si tu bebé no te ve, no te huele, no te oye y no te siente, no sabe que existes
9 comentarios

A menudo os decimos que un ejercicio muy recomendable a la hora de criar y educar a los niños es tratar de entenderles. Ser empáticos y ponernos en su lugar para saber qué están viviendo y, de ese modo, acercarnos un poco más a su aflicción o molestia y saber así el porqué de su comportamiento.

Hablando de bebés, hay muchos padres que no acaban de entender cómo puede ser que al dejar al bebé solo en la cuna o el moisés se eche a llorar, o que duerma cinco o diez minutos y se despierte de nuevo, cuando parecía que estaba traspuesto para horas, o por qué si se queda solo un momento, llora también, si está seguro entre las cuatro paredes de su habitación.

Pues la respuesta es bastante simple, pero pocos padres la conocen o la interiorizan: si tu bebé no te ve, no te huele y no te siente, no sabe que existes.

El moisés junto a la cama

Siempre se dice que el problema es cuando no te ve, y es cierto, pero hay algo más. Es decir, si no te ve, si te pierde de su campo visual, si desapareces, para él ya no existes. Y mientras esté distraído con algún juguete, color o cacharro en movimiento se olvidará de pensar en que no existes, pero como esas cosas tienen una diversión limitada, enseguida se dará cuenta de que está solo y echará a llorar.

Hay madres que se preguntan cómo es posible que teniéndolo al lado en la cama, sin tocarle, duerma medio bien y teniéndolo en el moisés, pegado a la cama, en teoría no mucho más lejos, duerma fatal.

Pues lo dicho, es posible que ahí, al lado de la cama, con la mínima luz de las lamparitas que ponemos de noche para verle ellos puedan abrir un momento los ojos, ver que estamos a su lado y seguir durmiendo tan tranquilos. Pero casi me decanto más por una cuestión de olor, de ruido y de reconocimiento de la presencia.

En el moisés, aunque está abierto, imposible que te vea. En el moisés, por tener cuatro paredes y quedar un poco hundido dentro nuestras respiraciones le llegan con menor fuerza, y posiblemente nos oiga muy lejanos. En el moisés, por tener cuatro paredes, podemos estar a su lado, incluso tocando el moisés, pero para él estaremos muy lejos.

En la cama, sin embargo, nos puede ver, nos puede oler sin problema, nos puede oír mucho más cerca y puede notar nuestra cercana presencia. Y si no la notan, pueden mover un brazo o una pierna para lograr el contacto. Y puede parecer mentira, pero esa piernita encima de nuestro cuerpo, esa manita que contacta con nuestra piel, son suficientes para hacerle sentir acompañado.

Las paredes que les protegen

Pasa algo parecido cuando es de día y ponemos al niño en una cunita, en un gimnasio o en un parque y salimos de la habitación para cualquier cosa (que ya sabemos que a veces hay que hacer la comida, contestar al teléfono, ducharse y cosas así). En cuestión de minutos, o segundos, el niño empieza a quejarse por estar solo. Tú crees que se queja por otra cosa, que se habrá hecho caca, que tendrá hambre o lo que sea, pero no, es cogerlo y dejar de llorar, soltarlo y volver a hacerlo, cogerlo y de nuevo calmarse.

Tú crees que es absurdo, que no hay ningún peligro, que está en casa, cobijado por un techo, unas paredes y protegido por mamá, papá o por ambos, que ahí no hay animales que puedan atacarle, ni lluvia que pueda mojarle, ni frío que hiele su delicada piel, ni un suelo lleno de piedras y huecos en los que pueda estar incómodo. No hay nada de eso y, sin embargo, no acepta estar ahí.

¿Por qué? Pues porque eso lo sabemos nosotros, papá y mamá, pero ellos no lo saben. Ellos no saben nada de techos, paredes, lluvias ni piedras. De hecho ni siquiera saben nada de animales y peligros. Ellos sólo sienten que estando solos no están bien y por eso piden contacto y cuidados. Ellos sólo saben que si no te ven, si no te huelen, si no te oyen y si no te sienten, no existes, y quieren que existas. Necesitan que existas.

Foto | cookie_studio - Freepik

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Comentarios cerrados
    • interesante

      No deja nunca de sorprenderme la fragilidad del ser humano. La inmadurez con la que nace esta especie y la inmensa necesidad de contacto que nos imprime el instinto de supervivencia...No nacemos con ninguna de las capacidades que nos pueden ayudar a seguir viviendo, sólo contamos con el reflejo de succión y la necesidad de contacto humano.

      La naturaleza es increíble, como siempre.

    • Una vez más, qué bien explicado... Estoy segura de que mi bebé sentía justo eso, pero como no pueden hablar... Me lo guardo para que lo lea alguna amiga cuando vaya a ser madre, creo que merece la máxima difusión por el bien de los niños. ¡Gracias!

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    • Avatar de iskandervv Respondiendo a iskandervv

      Yo creo que el mío, casi con dos años que tiene sigue sientiéndolo igual. Porque me busca por toda la casa a todas horas en cuanto salgo de su campo visual. Necesita tenerme localizada aunque esté jugando o haciendo otra cosa. La única diferencia respecto a cuando era un recién nacido es que ahora me llama y antes solamente lloraba. Porque cuando estamos durmiendo siempre necesita agarrarme del pelo, tocarme la cara o colocarme una pierna encima para sentir que sigo ahí. Porque por las mañanas cuando me suena el despertador y me voy a la ducha, en cuanto salgo de la cama tiene un radar que le avisa de que ya no estoy y se despierta inmediatamente (últimamente, cuando me voy, le tapo con mi bata porque siente mi olor y eso le hace dormir un ratito más, por lo menos para darme tiempo a ducharme). Porque ya no le doy pecho porque tuvimos una lacancia problemática que terminó antes de tiempo, pero a la hora de ir a dormir hacemos la misma rutina que cuando tomaba teta: habitación en penumbra, silencio total, brazos y abrazos de su madre, besitos, calorcito humano, biberón, meter las manitas por mi camiseta para tocarme los pechos (lo que le tranquiliza eso. La mayor con 6 años todavía me lo hace) y por fin, dormirse plácidamente.

      Creo que estas cosas quedan grabadas a fuego en sus pequeños cerebritos.

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    • Avatar de madrealacarga Respondiendo a madrealacarga

      Ahh y por supuesto pedir que le coja en brazos continuamente. Me ha salido codo de tenista a cuenta de que pesa ya 13 kilazos...

    • Dímelo a mi, que me subía a mi niña a la mochila y así iba haciendo la casa... y ha sido la que mejor adaptación ha hecho al cole, qué digo adaptación si desde el primer día me dijo adios, me dio un beso y me dijo, luego vienes a buscarme.

    • Cuando yo aún no había parido, decía que lo iba a acostumbrar a dormir en su cuna y en su habitación desde los 3-4 meses, que no iria corriendo cuando llorase etc. Me comí cada una de mis frases con patatas.
      Y eso que no me puedo quejar por que duerme mucho y muy bien, pero le ha cogido odio a la cuna, es ponerlo ahi y ponerse a llorar desconsolado.Puedes pasarlo una vez que se ha dormido pero en cuanto se gira y pega con una pared se despierta y ya no se duerme. Así que para dormir mal ambos,el y yo, prefiero directamente que duerma con nosotros en la cama y así dormimos los 3 muy agustito y sin desvelos.
      Habra quien piense que lo estoy mal acostumbrando pero bueno..yo también pensaba eso de los niños de los demás hasta que me he visto haciéndolo yo.
      A mi me encanta dormir con él, a mi marido también, y el duerme super agustito en medio hasta las 11 de la mañana así que cualquier "consejo" que me den sobre ponerlo en su cuna ,le hago oídos sordos.

    • Yo antes de tener a mi hijo tambien pensaba...su cuna, en pocos meses a su habitacion, cochecito y a la guarde...
      Como cambia la vida cuando llegan y ves que te necesitan , que solo necesitan sentirte y son felices y se relajan...y que hermoso compartir esos momentos...
      Yo duermo con mi niño y lo llevo todo el dia colgado, y la gente siempre opina y opina..yo digo : si, si... Y a otra cosa. Paso de discutir.
      A mi hijo no lo voy a hacer sentir solo, es un gran esfuerzo, y hay dias duros...pero tuve un hijo para darle todo mi amor.
      Ira creciendo, madurando y sus necesidades cambiaran, de momento me necesita.

    • Me parece tan lógico, tan evidente. Está claro que yo también he pensado "madre mía, si es que no puedo hacer nada, tengo que estar todo el día al lado, no puedo ducharme, no puedo recoger la casa, no puedo trabajar...", pero en cuanto me relajo y pienso racionalmente las cosas, se entiende perfectamente su comportamiento. Y yo soy de las que le da lo que pide, no hay necesidad de hacerle sufrir... Qué curiosa la conducta humana... Parece que siempre estamos pidiendo que nos quieran, que nos necesiten y cuando tenemos un hijo que lo hace a todas horas, incondicionalmente, ya agobia y a ver cómo lo hago para que duerma en su cuna, que YA tiene 3 meses, YA tiene 3 meses... ¡Esos comentarios me ponen nerviosa! Pero bueno, que cada pareja, padre, madre se informe y haga las cosas como mejor crea por el bien de toda la familia... Yo creo que lo mejor es seguir nuestro instinto, tan adormecido y hacer lo que nos nazca y haga más felices. ¡Gracias por el artículo!

    • yo uso de cuna muchas veces este carrito de bebe.

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