Enfrentar un embarazo con un peso corporal elevado supone hacer cara también a algunos riesgos. Como ya han probado numerosas investigaciones y ratifica un nuevo estudio, el sobrepeso y la obesidad de la madre trae complicaciones en el embarazo y el parto.
Entre las complicaciones más frecuentes que desarrollan las embarazadas con sobrepeso u obesidad está la posibilidad de tener un bebé demasiado grande.
El parto de un bebé macrosómico (demasiado grande) tiene más riesgos que los de un bebé de tamaño normal, corriendo el riesgo de que éste sufra alguna lesión como la dislocación de hombro, de acabar en un parto instrumental o en una cesárea.
La diabetes gestacional también está relacionada con el sobrepeso e influye en el riesgo de tener un bebé demasiado grande. Pero el estudio del que hablábamos antes, realizado por investigadores de Chicago, constató que aún independientemente de la diabetes las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen más riesgos de que el bebé sea demasiado grande.
Las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) de 42 o más, es decir bastante elevado, tenían tres veces más posibilidades de tener un bebé extremadamente grande que las mujeres más delgadas.
Por su parte, la obesidad de la madre también está relacionada con la preeclampsia, una subida de tensión provocada por el embarazo potencialmente peligrosa para la madre y para el bebé. Concretamente hallaron que el riesgo de desarrollarla fue un 14 por ciento mayor que en las mujeres más delgadas.
También ha sido vinculada con malformaciones congénitas del bebé como espina bífida, ciertas hernias o defectos en las extremidades e incluso con un mayor riesgo de muerte fetal.
Por todo ello, los entendidos recomiendan no tanto controlar la ganancia de peso durante el embarazo (que también), sino que la mujer encare el embarazo con un peso saludable para evitar complicaciones durante la gestación y el parto.
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