El citomegalovirus (CMV) es una infección congénita de la familia de los herpes virus que no suele causar síntomas ni peligros, mucha gente que la padece, ni siquiera lo sabe. Es común encontrarla en los niños, como decimos, sin causar problemas, donde realmente se encuentra el riesgo es cuando una mujer embarazada contrae la infección y puede transmitir el virus al bebé causándole serias patologías, incapacidades e incluso peores consecuencias como la muerte.
Un estudio publicado en BMC Infectious Diseases muestra que el CMV es una de las infecciones que frecuentemente afectan en el embarazo, estiman que en Estados Unidos, cada año se infectan 27.000 embarazadas, afectando en mayor grado a las mujeres de raza negra seguidas de las mexicanas y las blancas no hispánicas.
Para prevenir esta infección durante el embarazo, es conveniente mantener una higiene adecuada siempre que se entre en contacto con saliva u orina de niños pequeños, lavarse las manos siempre que se recojan sus juguetes, se cambien pañales, pañuelos, etc. También es conveniente no compartir con los niños vasos, cubiertos o cualquier utensilio que pueda haber entrado en contacto con su saliva, ya que es el medio de contagio. También lo es la sangre, la orina, el semen o la leche materna.
En caso de trabajar con niños, si se desea quedar embarazada, es conveniente realizarse primero la prueba para comprobar si tiene el CMV y si antes del embarazo ya se ha tenido la infección, las defensas ya están preparadas para proteger de nuevo si se produjera una nueva exposición al riesgo. Pero nunca está de más consultar al especialista.