La asfixia postural o posicional: por qué los bebés no deberían dormir en las sillitas de coche
Estos días se está hablando mucho de los Dodd, una pareja que en enero tuvo a su segundo hijo, un bebé que en abril perdió la vida por culpa de una asfixia postural, también conocida como asfixia posicional.
No había cumplido aún tres meses y su familia supo, de la peor manera posible, lo peligroso que es poner a dormir a los bebés en las sillitas de coche, tanto dentro del coche como fuera, una costumbre que muchos padres llevan a cabo en sus propias casas. Para que no vuelva a pasar, os vamos a explicar qué es la asfixia postural o posicional.
La historia de Shepard Dodd
Como leemos en La voz del muro, el hijo pequeño, de nombre Shepard, estaba siendo cuidado en una guardería cuando uno de los trabajadores lo puso a dormir en una sillita de seguridad, en vez de en una cunita o superficie plana.
Dos horas después no había ya nada que hacer. El pequeño había fallecido por una asfixia postural. A partir de entonces, decidieron armarse de valor, aparecer en televisión y contar su historia para informar a las familias e intentar que no vuelva a pasar:
Qué es la asfixia postural o posicional
En el momento en que un bebé nace pasa de un medio líquido, flotando (el líquido amniótico), a nuestro medio, seco, en el que vivimos bajo la fuerza de la gravedad. Los bebés no tienen fuerza suficiente para mantenerse sentados y por eso deben dormir y permanecer tumbados.
En el momento en que lo sentamos en una sillita, si no está bien puesto, su propio cuerpo (por la fuerza de la gravedad) se flexiona sobre sí mismo, haciendo una "C" demasiado pronunciada que dificulta que puedan expandir el tórax y el abdomen para respirar. Si la cabeza cae además hacia adelante, con la barbilla en el pecho, la dificultad para coger aire es mucho mayor hasta el punto de cortarse el flujo de aire. Si no se remedia esa posición, la muerte es inminente.
Solo para el coche y no durante más de una hora y media
Hace un año lo explicamos: las sillitas del cochecito destinadas para el coche solo deben utilizarse en el coche, donde los bebés deben estar bien ubicados y no por más de una hora y media.
Cuando decimos bien ubicados es con el arnés de sujeción adaptado al volumen del cuerpo del bebé de manera que sujete sus hombros pegados a la silla, para evitar que caigan hacia adelante. De igual modo, la cabeza debe quedar alineada con el cuerpo, no hacia adelante.
Es más, ahora ya hay alternativas, como las sillas a contramarcha, en que el bebé va sentado pero en posición más reclinada y evita que la cabeza vaya hacia adelante. Esto hace que las típicas maxi-cosi tengan cada vez menos sentido.
Pediatrics publicó en 2001 un estudio en el que observaron a 50 recién nacidos a término y 50 prematuros de 36 semanas sentados durante 60 minutos en una silla de coche homologada. En promedio, la saturación de oxígeno de todos los bebés bajó del 97% al 94%, pero 7 de los bebés (3 prematuros y 4 a término) llegaron a tener una saturación de oxígeno inferior a 90% durante 20 minutos. El 12% de los bebés prematuros sufrieron apneas (el bebé deja de respirar unos segundos) o bradicardias (el corazón va más despacio de lo que debiera). Para que tengáis un indicador, la saturación de oxígeno de un bebé debe estar entre el 96% y el 100%.
En 2002 otro estudio evaluó el estado de 15 recién nacidos cuando estaban tumbados en una cuna o sentados en una silla. La media de saturación de oxígeno cuando estaban sentados fue de 95,8% por un 98,8% cuando se tumbaban.
Otro estudio publicado en el 2007 comparó las consecuencias de tener al bebé en una silla de coche con el cuco o capazo para el coche y en una cuna del hospital, para tener la referencia. Controlaron a los bebés en la cuna durante 30 minutos y en los dispositivos para el coche durante 60 minutos. Vieron que la media de saturación de oxígeno fue de un 97,9% cuando estuvieron en la cuna del hospital, de 96,3% en el capazo y de 95,7% en la silla. Concluyeron que el uso de los dispositivos para el coche debía limitarse solo al coche, y que no debían ser utilizados como sustitutos de la cuna.
Ante esta situación los investigadores están buscando soluciones que puedan ayudar a evitar los episodios de desaturaciones y apneas: en el año 2013 un estudio demostró que el uso de una espuma que sujeta la cabeza en posición neutral (sin que pueda caer hacia delante) disminuía las bajadas de saturación graves y las apneas, pero no las leves. Y este año otros investigadores han presentado un cinturón con sensores de presión para ir controlando la respiración y sensores para monitorizar la frecuencia cardíaca.
Ante esta evidencia, los bebés no deberían dormir la siesta, ni de noche, en las sillitas de coche, ni en hamacas, pues sentados respiran peor que tumbados. Dichos dispositivos de retención deben utilizarse solo en el coche, donde han de posicionarse de manera que ni la cabeza ni los hombros caigan hacia delante y no permanecer en esa posición por más de una hora y media. Si vamos a hacer un viaje más largo, lo recomendable es ir parando de manera periódica para sacar al bebé de la silla y permitirle que recupere oxígeno, que respire bien de nuevo, que coma un poco si lo necesita y, después de un rato, seguir con el viaje.
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