Vómitos en bebés y niños: por qué se producen, qué hacer y signos de alarma

Vómitos en bebés y niños: por qué se producen, qué hacer y signos de alarma
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Los vómitos son un motivo de consulta frecuente en pediatría. Se trata de la expulsión con fuerza del contenido del estómago por la boca. Además de restos de comida puede contener jugos gástricos o bilis. A los padres les asusta que los niños puedan deshidratarse y puede generar mucha angustia. Aunque la mayoría de los casos evolucionan favorablemente, algunos niños necesitan ingresar para rehidratarse. El riesgo de deshidratación es mayor cuanto más pequeño es el niño.

¿Cuáles son las causas de los vómitos?

El vómito de produce cuando se estimula el centro del vómito, que se encuentra en el cerebro. Entonces, el diafragma y los músculos abdominales se contraen y el estómago se relaja, expulsando su contenido por la boca. Las causas pueden ser muy diversas.

  • Infecciones: pasados los primeros meses de vida, lo más frecuente es que los vómitos se deban a una infección gastrointestinal. Las gastroenteritis (inflamación del aparato digestivo) cursan con vómitos y/o diarrea, a veces con fiebre; suelen deberse a virus. Tambien pueden aparecer vómitos en infecciones de otros órganos del cuerpo: catarro, infección de orina, otitis, anginas, meningitis...
  • Intoxicaciones: la ingesta de alimentos en mal estado puede originar vómitos. Es especialmente frecuente en verano, ya que las altas temperaturas favorecen que la comida se contamine.
  • Medicamentos: algunos fármacos pueden irritar el intestino y ocasionar vómitos.
  • Alergias: aunque la manifestación más frecuente de una alergia alimentaria son las manchas en la piel, también pueden aparecer síntomas digestivos (como vómitos) o respiratorios.
  • Regurgitaciones y reflujo gastroesofágico: el reflujo gastroesofágico es la vuelta del contenido del estómgao hacia el esófago. Es habitual que los recién nacidos y los lactantes de pocos meses regurgiten tras las tomas; en general explusan pequeñas cantidades de leche por la boca, sin fuerza, aunque a veces también vomitan. Lo habitual es que según van creciendo, los vómitos y regurgitaciones vayan desapareciendo.
  • Otras enfermedades del aparato digestivo: con menor frecuencia los vómitos se deben a otras enfermedades más graves. Algunas, como una apendicitis, una invaginación intestinal o una estenosis hipertrófica de píloro, requieren ser operadas.
  • Enfermedades metabólicas (afortunadamente menos frecuentes), renales o neurológicas, también pueden ser causa de vómitos.

¿Qué hacer en casa?

Lo fundamental en un niño que vomita es garantizar su hidratación. La mejor manera de rehidratar es vía oral (tomando líquidos por boca). Lo ideal es esperar 20-30 minutos tras el vómito sin tomar nada, y posteriormente reiniciar la tolerancia con líquidos azucarados en pequeñas cantidades (por ejemplo, una cucharada o un sorbito cada 5 minutos). Si se acompaña de diarrea, el suero de rehidratación oral (lo podéis encontrar en las farmacias) es el líqudo de elección ya que repone muy bien estas pérdidas; los refrescos o limonadas caseras no son recomendables en este caso. En cuanto a la dieta, no es necesario que los niños sigan una dieta astringente. Pueden tomar una alimentación normal para su edad, siempre sin forzar; es habitual que no quieran comer mucho y no debemos obligarles.

En el caso particular de los recién nacidos o pequeños lactantes que regurgitan, lo más eficaz son las medidas posturales. Darles la toma semiincorporados y mantenerles en esa posición al menos los 20-30 minutos posteriores. Elevar el cabecero de la cuna también puede ser de utilidad. Y el porteo es fantástico para estos casos.

¿Cuáles son los signos de alarma?

Aunque la mayoria de los casos de vómitos son leves y se resuelven en unas horas, debemos vigilar ciertos signos de alarma y en caso de que aparezcan, ir a Urgencias.

  • Si se trata de un bebé menor de 3 meses, especialmente si ha vomitado en más de 2 tomas. Ya hemos comentado que los más pequeños son los que tienen mayor riesgo de deshidratarse. Además en los más pequeños los vómitos pueden deberse a enfermedades graves.
  • Si el niño vomita continuamente y no tolera ni líquidos ni sólidos
  • Si el vómito es verdoso, con sangre o posos de café.
  • Si muestra signos de deshidratación: hace muy poco pis, está muy irritable o muy decaído, tiene los ojos y la boca muy secos o tiene mucha sed
  • Si los vómitos se acompañan de un dolor abdominal muy intenso, especialmente si el dolor es constante y va en aumento.
  • Si los vómitos se acompañan de dolor de cabeza intenso.

¿Se pueden prevenir?

Si nos fijamos en las causas de los vómitos, algunas de ellas no se pueden prevenir. Las infecciones son una de las causas más frecuentes y sabemos que las medidas de higiene ayudan a prevenirlas, muy especialmente el lavado de manos. Las vacunas son otro mecanismo importante de prevención de enfermedades. Las gastroenteritis están causdas por diferentes virus (y bacterias en algunos casos). Dentro de estos, el Rotavirus es muy frecuente (prácticamente todos los niños han tenido al menos un episodio de gastroenteritis por Rotavirus antes de los 2 años de vida) y sí tiene vacuna. Se trata de una vacuna oral (2 o 3 dosis dependiendo del preparado) que debe comenzar a administrarse en las primeras semanas de vida.

En cuanto a las intoxicaciones alimentarias, podemos prevenirlas mediante una correcta manipulación y conservación de los alimentos: adecuada higiene de manos antes de manipularlos, guardar en la nevera todos los alimentos que requierean frío para su conservación, no dejar a temperatura ambiente los alimentos mucho tiempo tras cocinarlos y evitar comer alimentos crudos o poco cocinados (muchas bacterias se destruyen tras cocinar los alimentos).

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