Voy a confesar que cada mañana que siento a mi niña en su sillita del coche para llevarla a la guardería se me cruza por la cabeza “bah, si apenas son tres minutos”.
Son sólo cinco calles de distancia, pero la cordura gana a la pereza y acabo atándola en apenas medio segundo. Es un acto que tardamos más en pensarlo que en hacerlo.
Pero a muchos padres les gana la pereza.
Así lo pudo comprobar la Asociación para la Defensa e Integración del Accidentado (DIA), que ha detectado que alrededor de un 40 por ciento de los padres que transportan a sus hijos al colegio en coche en la Comunitat Valenciana los llevan mal atados o directamente los llevan sueltos en el vehículo.
En otras comunidades el porcentaje será similar. Las prisas al salir de casa juegan una mala pasada. Muchas veces se cree que pasarles los brazos por las correas del asiento de seguridad ya es suficiente.
Creas que no, la policía está en todas partes. Y si llevas al niño mal atado seguro que te la cruzas.
Pero además de la multa, que a esas horas de la mañana no es buena forma de comenzar el día, aunque sea en apenas cien metros puedes jugarte la vida, y lo que es más trágico, la vida de tu hijo.
No es un tema para tomárselo a broma. Desde que comenzó el carnet por puntos se redujeron las muertes en accidentes, menos en el tramo de menores de 14 años debido a la falta de conciencia de los padres al pensar cosas como “bah, apenas son tres minutos”.
Vía | Panorama Actual En Bebés y más | Sillas infantiles: seguridad para nuestros hijos