El humor es esencial en nuestra vida. Las risas, las palabras divertidas, los chistes, los chascarrillos anecdóticos en clave de humor... nos ayudan a relajarnos, aliviar tensiones y mostrar nuestra cara más divertida.
Pero además, el humor aplicado a la comunicación acerca a las personas y mejora su conexión, por lo que es muy sano y beneficioso utilizarlo en el día a día con nuestros hijos. ¡Te explicamos cómo hacerlo!
Los grandes beneficios del humor aplicado a la comunicación
Entre los muchos beneficios que aporta tener un buen sentido del humor destaca el fomento del aprendizaje, el impacto positivo en la autoestima o los beneficios en la socialización.
Pero cuando ese sentido del humor lo empleamos de forma cotidiana para relacionarnos y comunicarnos con nuestros hijos, estaremos favoreciendo además los siguientes aspectos:
1) Ayuda a relativizar los problemas
El humor puede ayudar en un momento dado a relativizar los problemas o situaciones complicadas de la vida. Pero es importante entender que no nos referimos a negar los problemas que nuestros hijos nos cuenten, sino a ayudarle a aceptar lo ocurrido sin dramas e incluso a reírse de la situación siempre que proceda.
2) Suaviza los mensajes serios
Cuando se trata de mantener una comunicación seria con nuestros hijos acerca de un tema que nos preocupe, echar mano en un momento dado de un chiste o gastar una broma ayuda a suavizar el ambiente y crear un clima de complicidad.
Esto no significa que por meter una puntilla en clave de humor estemos restando importancia al tema, sino que estaremos transmitiendo la idea de que a pesar de la seriedad del contexto o situación, somos una familia unida y que buscamos la conexión emocional.
3) Potencia la memoria
Recordamos mejor aquello que nos hace reír, por lo que el humor es un excelente recurso a la hora de repasar con nuestros hijos aquellos límites que no pueden saltarse. Sin duda, ¡mucho mejor que sermonearles sobre lo que pueden o no pueden hacer!
4) Predispone a escuchar
A todos nos gusta rodearnos de gente divertida y con un buen sentido del humor. Su presencia nos hace sentir bien, nos ayuda a liberar estrés y nos aporta positivismo.
Los padres debemos ser esas personas para nuestros hijos, pues solo así conseguiremos que disfruten de estar con nosotros, que nos escuchen y que se sientan bien a nuestro lado.
Claves y ejemplos para aplicar el humor a la comunicación con los hijos
Utiliza los juegos de palabras
Los juegos de palabras son fuente inagotable de risas. Podemos ponerlo en práctica con nuestros hijos a partir de los años, ya que a esa edad ya empiezan a tener un lenguaje más desarrollado y a comprender el humor.
Pero los juegos de palabras o rimas graciosas no son exclusivos de la infancia, sino que también suponen un excelente recurso para acercarnos a nuestros hijos adolescentes y fomentar momentos de conexión.
Usa el humor escatológico
Entre los tres y cinco años muchos niños atraviesan una fase de humor escatológico en donde la caca, el pedo y el pis se convierten en palabras protagonistas de muchos de sus discursos.
Utilizar de vez en cuando este tipo de humor te ayudará a mejora la conexión con tu peque, además de favorecer la aceptación por su parte de un límite en un momento dado.
- Por ejemplo: si llega el momento del baño y tu hijo no se quiere duchar, en lugar de darle la orden prueba a usar este tipo de humor para incentivarle, diciéndole algo así como: "¡por aquí me huele a caca grande de vaca! Algo habrá que hacer para remediarlo!"
Emplea emoticonos
Los emojis representan un lenguaje universal y en muchas ocasiones, su empleo en el lenguaje escrito ayuda a interiorizar mensajes, a "quitar hierro" a un asunto o a ser más cercanos.
- Por ejemplo: si tu hijo adolescente tiene móvil y utilizáis los mensajes para comunicaros cuando está fuera de casa, no olvides incluir emoticonos divertidos o caritas sonrientes que fomenten la cercanía.
Otra idea divertida es recurrir al uso de carteles con emojis para recordar a los niños tareas que deben hacer. Por ejemplo, podemos poner el emoji de las manos juntas o del pulgar hacia arriba para recordarles que deben lavarse las manos después de ir al baño.
Conecta con sus aficiones a través del lenguaje
Muchos niños (y adultos) muestran auténtica pasión hacia una afición o hobby en particular. Por ejemplo, puede que tu hijo sea un enamorado de los dinosaurios, del universo Star Wars o de Harry Potter.
Si es el caso, no dudes en utilizar tu ingenio en un momento dado y dar la vuelta a una situación complicada echando mano de ese hobby suyo tan especial.
- Por ejemplo: si tu hijo es un gran aficionado a las películas de Star Wars, seguro que aceptará de muy buen grado que le des un consejo o le recuerdes un límite si finges hablar como lo hace el maestro Yoda.
Evidentemente, no se trata de que te conviertas en este personaje y solo te comuniques con tu hijo de esta forma, pero seguro que en un momento de tensión, hablar de esta forma tan especial os sacará una carcajada y ayudará a conectar.
Usa el sarcasmo y la ironía
Siempre que tu hijo ya comprenda en qué consiste el sarcasmo y la ironía en el lenguaje, puedes utilizarlo para comunicar una idea en un momento dado y así aliviar tensión. Pero insistimos en la importancia de emplear estos recursos con humor y de forma positiva, y siempre que el niño lo entienda, pues de lo contrario puede resultar muy confuso para él.
- Por ejemplo: si nuestro hijo tiende a aislarse en su habitación podemos emplear el humor como una forma de acercamiento para romper el hielo antes de comenzar a hablar. Para ello, podemos probar a decir algo como "Tierra llamando a Marte, ¿se me escucha? ¿Hay algún Marciano que quiera comunicarse con este Terrícola?"
Fotos | Portada (iStock) Foto (Pexels - Anastasia Shuraeva)
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