Sobre el neomachismo y la crianza con apego

Sobre el neomachismo y la crianza con apego
45 comentarios

Ronda por Internet desde hace unos días un artículo de opinión muy interesante acerca del neomachismo, que está generando (creo yo), bastante controversia por algunos de los puntos que toca.

Su autora, Amparo Rubiales, profesora de Universidad, abogada y consejera de Estado, define el neomachismo como el resurgir del machismo, la defensa de la sociedad patriarcal y la subordinación de las mujeres, sin realizar una crítica abierta a la igualdad (cualquier persona que criticara hoy en día la igualdad sería, con razón, señalada), pero luchando contra ella mediante el acoso y derribo de los “efectos secundarios” que genera:

Son manifestaciones de ese miedo a la igualdad que los neomachistas tratan de extender de diversas maneras: sacralizan, por ejemplo, la lactancia materna, culpabilizando a las madres que no pueden practicarla; hacen responsables a las mujeres de los problemas de los menores, con la teoría del "nido vacío"; y del aborto ni hablemos, parece que es un capricho de algunas.

Están todos los que son, pero no son todos los que están

Los neomachistas huyen, según comenta, de la igualdad, porque la temen. Es por ello que hacen crítica abierta a la inclusión de la mujer al mercado laboral, no desde el punto de vista de sus capacidades o incapacidades, sino entrando por la puerta de atrás, criticando la pérdida de su función de madre.

Y tiene razón Rubiales cuando saca a la palestra este tema, y acierta abriendo los ojos a muchos ciudadanos sobre las nuevas armas del machismo, sin embargo el artículo lleva implícito un doble sentido que provoca una mala interpretación: se interpreta de sus palabras que si los neomachistas defienden la lactancia materna y están de acuerdo con la teoría del nido vacío, las personas que defienden la lactancia materna y que están de acuerdo con la teoría del nido vacío son neomachistas. Y esto no es cierto.

Muchas madres que han optado por no amamantar a sus hijos con leche materna o que no han logrado hacerlo y muchas madres que han regresado a su puesto laboral tras las dieciséis ridículas semanas de baja por maternidad, pueden ver en este artículo una perfecta defensa del feminismo y la igualdad, quedando relagad@s a neomachistas, como digo, todo aquel hombre o mujer que les haya hecho sentir mal (directa o indirectamente) por no haber amamantado a sus hijos o por haberse separado de ellos con tan sólo 4 meses de edad.

Ojalá me equivoque y nadie haga esta lectura de este artículo, porque es un error.

Es criticable y detestable que haya personas que adulen la lactancia materna y que luchen porque las madres se queden en casa cuidando de sus hijos para que el hombre siga dominando el sistema (están todos los que son), sin embargo muchas madres y padres, defendemos la lactancia materna y el cuidado de los hijos durante los primeros años de vida, no pensando en el hombre y su reinado, sino pensando en los niños y su futuro (pero no son todos los que están).

La igualdad no es ser iguales

mama-trabajadora.jpg

Si las personas neomachistas son las que hablan del nido vacío, las personas que aceptan que la mujer se incorpore al trabajo cuando su hijo es aún bebé deben ser feministas, ya que luchan por no perder su puesto de trabajo y por seguir demostrando que son tan capaces o más que los hombres a la hora de desempeñar los mismos trabajos.

Muchas mujeres se reincorporan convencidas de que es lo que quieren/deben hacer, pero muchas otras lo hacen porque no tienen más remedio. Entonces, ¿se es feminista porque se quiere, o porque no hay otra opción?

La mala interpretación de este artículo ha llevado a que muchas mujeres que han optado por coger excedencias o dejar de trabajar para cuidar de sus hijos, por amamantar de manera prolongada pensando en el bienestar de ambos o simplemente para disfrutar de todo lo que rodea a la lactancia, se hayan sentido atacadas y heridas por sentir que les llama neomachistas y por dar la espalda, por lo tanto, al feminismo y a la igualdad.

Sin embargo la igualdad de la que habla la autora parece ser poco respetuosa también con las mujeres, ya que la lucha del feminismo no tiene que centrarse en ser iguales, sino en respetar las diferencias, que las hay.

Una mujer tiene que luchar para que se respete que es mujer, no para ser una mujer casi hombre. En la lucha por demostrar que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres, no sólo han demostrado que son capaces de hacerlo, sino que han llegado casi a serlo (y no todo lo que conlleva ser hombre es positivo).

De este modo se ha perdido el respeto a la diferencia entre hombres y mujeres y las mujeres que quieren ser madres con todas las consecuencias y que quieren dejar de trabajar para criar a sus hijos o amamantarles de manera prolongada, tengan que perder privilegios con respecto a los hombres, su trabajo e incluso su imagen de mujer ante la sociedad, porque criar a los hijos en casa no conlleva ningún beneficio en cuestión de estatus sino que, más bien, supone una pérdida del mismo.

Por eso creo que la lucha por la igualdad debería ser toda aquella que permitiera a una mujer poder ejercer de madre sin perder su puesto de trabajo. Que pudiera cuidar de sus hijos, criarlos y amamantarlos durante los años que hiciera falta sin perder su puesto de trabajo, su salario y su estatus social. Eso es decir “¡Eh!, yo soy mujer, soy así, soy diferente y quiero que me respeten por serlo”. Vamos, que la lucha debería ser para favorecer que cada mujer puediera elegir su camino.

No todos los discursos feministas vienen del feminismo

De igual manera que no somos machistas ni neomachistas todos los que trabajamos para fomentar la lactancia materna y que decimos, basándonos en las últimas investigaciones (y en el sentido común), que los niños deberían criarse en casa, con sus padres y sobretodo con su madre durante los primeros años, no todos los que llevan a cabo discursos a favor de la igualdad y el feminismo son personas feministas.

mama-e-hija.jpg

Si, como he comentado, ser feminista es luchar por la igualdad entre hombres y mujeres y es aceptar que le teoría del “nido vacío” no es más que palabrería, un empresario podría ser considerado también feminista.

“La mujer no puede andar con excedencias ni medias jornadas, porque pierde parte de su independencia económica con respecto al hombre y porque se anula también la posibilidad de crecer profesionalmente. Además, la madre que cuida de sus hijos los sobreprotege y los mima en exceso, creando finalmente personas con poca capacidad para recibir los reveses de la vida. Si tenemos en cuenta además que los bebés se espabilan mucho en la guardería y que así se fomenta su independencia, queda claro que lo ideal es que la mujer regrese al trabajo tan pronto acabe su baja maternal”, es un discurso que podría definirse como feminista (quizás algo exagerado por contener varias premisas en un solo párrafo muy concentrado), pero que en boca de un empresario pierde esa intención.

Resumiendo

El machismo, y por consiguiente el neomachismo, atentan contra la igualdad de derechos y oportunidades utilizando la maternidad, o el hecho de dejar en manos de terceros la crianza de nuestros hijos, como arma arrojadiza.

Los que creemos que esta sociedad tiene muchas cosas que mejorar y que el cambio vendrá, no de nosotros mismos, sino con el cambio de generación, luchamos para que las mujeres y madres cojan “al toro por los cuernos”, demuestren que “detrás de cada gran hombre (y cada gran mujer), hay una gran mujer, su madre” y que críen y eduquen, junto al hombre, a los futuros adultos del mañana desde una perspectiva más respetuosa, atendiendo a sus necesidades de afecto y de aprendizaje acompañándoles en el camino hasta que ellos sean capaces de tomar el suyo propio.

El mensaje es el mismo, pero no así el objetivo. Tacharnos a los segundos de machistas es un error como lo sería declarar a los empresarios feministas por querer que las mujeres sigan con sus carreras y trabajos tan pronto como les sea posible y puedan seguir “compitiendo” con los hombres.

La igualdad no debe ser equiparar el estilo de vida de todas las mujeres al estilo de vida de los hombres, sino aceptar que somos diferentes y permitir que aquella mujer que quiera dedicar su vida a su trabajo, como cualquier hombre, pueda hacerlo, que aquella mujer que quiera poder trabajar, pero quiera ser madre y no “morir en el intento”, pueda hacerlo sin perder nada y que aquella mujer que quiera dedicarse a ser madre, pueda hacerlo sin ser tachada de “machista” o “antigua”.

Fotos | Flickr (cauchisavona), Flickr (gcoldironjr2003), Flickr (milena mihaylova) En Bebés y más | La crianza con apego (Attachment parenting), La teoría del apego de John Bowlby, Los primeros seis años son vitales para el desarrollo emocional, según Punset

Temas
Comentarios cerrados
    • brillante

      Anajuanroch, no me malinterpretes por lo que voy a decir, que luego me explico mejor, pero es que, efectivamente, sois las responsables mediatas de no darle lo mejor al niño al renunciar a la lactancia materna. Así, sin más. Y quiero explicar que esto no tiene porqué ser machismo. Dejadme hacerlo antes de que me queméis en la hoguera. En mi primer comentario intentaba explicar que todos debemos tener los mismos derechos, y que eso no era incompatible con que tengamos naturalezas diferentes. Y en el caso de la mujer, su mayor diferenciación está, obviamente, en la procreación. Cuando dices: "(...)lleva implícitas ciertas ideas: "Tú, mujer, que eres las que amamantas, si no lo haces, pones a tu hijo ante estos riesgos". No es que nadie diga eso, así, con esas palabras, pero esto es como un silogismo: si no das de mamar, tu hijo tiene más riesgos de xxxx, como tú eres la que, por naturaleza, amamanta, tú, eres la responsable de no evitarle esos riesgo"; pues sí, efectivamente es así, nadie más tiene la capacidad para darle exactamente lo mejor a su hijo que una madre, por mucho que el hombre pueda y quiera tener ese rol; le es naturalmente imposible. Pero de esto no debe inferirse algo intrínsicamente negativo; la vida es escoger opciones, diferentes caminos. Actualmente, la mayoría de las mujeres, como la mía, ha optado por continuar con su vida laboral, como es su derecho y es lo que deidió libremente, en lugar de amamantar al niño más tiempo. Es responsable de ello y yo le apoyo y le aplaúdo. Y repito, decir esto no es machismo, es decir y saber que hay opciones, y escogemos líbremente. El no poder escogerlas libremente, eso sí es machismo. Pero lo que no se puede es equiparar con discursos políticamente correctos la igualdad social y jurídica con una realidad natural y fisiológica cuya desigualdad no nos atrevemos a ver, quizás para sentirnos más seguros con aquello que hacemos, a pesar de que el cuerpo nos esté diciendo otra cosa.

    • brillante

      No sé si erraré mucho al decir esto... pero lo haré de cualquier manera.

      ¿Será que hacemos lo correcto cuando de veras, con la mano en el corazón, hacemos lo que creemos que nos hace más felices, a nuestros hijos y a nosotros? Sea lo que sea la determinación que tomemos. Me refiero a, creer en conciencia íntima, para uno mismo, que lo que hace es sin duda lo mejor que puede hacer (o verdaderamente no le quede otra opción) y esté a gusto con ello. Ambas condiciones son necesarias. Porque si yo me quedo en casa, porque me dicen (yo no lo creo) que es lo mejor para mis hijos, yo seré una amargada y una infeliz, y haré a mis hijos igual de infelices. Si me reincorporo al trabajo porque no me queda otra (subsistencia pura y dura) o por miedo a que crean que soy una vaga y una mantenida, seré infeliz, y pasaré el día maldiciendo mi suerte de por qué no estaré con mis hijos, que es donde yo querría estar.

      Ahora, si yo estoy segura de que quedándome en casa con ellos o volviendo a mi trabajo TODOS seremos felices... TODOS. No yo o ellos. Entonces estaremos haciendo lo correcto. Y ahí jamás nos vamos a poner de acuerdo, porque para unos la presencia (real) es imprescindible, y para otros no. Independientemente de lo que a unos y a otros nos diga la lógica o el instinto, e incluso los estudios científicos (evidencias, por otro lado, que cada cual puede escoger para que se amolden a su manera de hacer)

      Algo en lo que estoy de acuerdo a medias con annajuanroch es que es cierto que se pone demasiado peso sobre los hombros sólo de las mujeres. Para mí, la responsabilidad recae en ambos padres, pero yo sí le doy mucha importancia al papel de la madre en los primeros tiempos, sobre todo por la lactancia. Pero una vez dejada atrás la lactancia sí que es verdad que muchos padres podrían implicarse más en la tarea de crianza de sus hijos, tanto en favor del desarrollo profesional de sus mujeres como en el suyo propio personal y el de sus hijos, y no lo hacen. Ni excedencias, ni dejar su trabajo, ni reducción de jornada, ni nada de nada. Y a ellos no se les cuestiona, y creo que deberíamos. Los niños de hoy en día no están "faltos de madre". Están "faltos de padres". Tenemos que ir mucho más allá...

      Y anna, debes vivir en un círculo privilegiado de hombres cabales y respetuosos, porque esa tampoco es mi experiencia... a mi marido nunca le han llamado calzonazos a la cara, pero ha tenido que soportar las risitas y los comentarios de muchos hombres cercanos a él. Que le llamen maliciosamente 'cocinillas' cuando hace la comida (qué, qué nos vas a preparar hoy, 'cocinillas'?), que le miren atónito cuando recoge la compra y sabe en qué armario va cada cosa (!!), cuando le cambia los pañales a Mateo o le portea, o cuando ven que la mayor parte del tiempo yo conduzco mientras él va atrás con el niño entreteniéndole.

      Afortunadamente, aún no he tenido que oir que yo soy una 'vaga' por quedarme en casa, pero sé que lo oiré (y por parte de quién). O no, porque los que me conocen saben que es mejor 'no tocarme las palmas, que me conocen....'

    • brillante

      Es la primera vez que me animo a participar aunque llevo un tiempo leyéndote a diario. He reído contigo y, también muchas otras veces, llorado. Esta vez me has tocado mucho la fibra sensible y no he podido por menos que manifestarme. Me temo que, quizás, mi comentario se aleje del enfoque de tu artículo. Bueno, en el fondo todo está relacionado. No, no es exagerado el discurso que expones aunque contenga varias premisas en pocas líneas. Ésa es mi realidad; al menos, la realidad que yo siento y contra la que me veo peleando día tras día. Llevo tres años de excedencia escuchando todo lo que dice ese discurso. Que he renunciando a mí misma, que sobreprotejo al niño, que le causaré un "grave" perjuicio futuro, que obstaculizo su desarrollo "normal", que soy un tanto vaga por no ir a trabajar fuera de casa y que estoy muy bien sin tener que madrugar –aunque cualquiera de ellos ha dormido diez veces más que yo en estos tres años-. “Bueno, te reincorporarás ya ¿no? ¡¡Qué bien vives!!” –son las típicas frases a las que ya se han acostumbrado mis oídos-. Todo este tipo de comentarios provienen de casi cualquier colectivo con el que hable. Incluido el colectivo dedicado a la educación; el mismo que considera como principal motivo del ambiente que se respira en las aulas, la falta de referentes en los alumnos y la poca o nula implicación de las familias en la educación de sus hijos. El mismo colectivo que afirma que la escuela se ha convertido en un “aparcadero” de hijos. ¿No te parece gracioso? Hasta ahora, era algo así como “Bueno, tú sabrás lo que haces; mientras puedas hacerlo por ley…..” Pero en pocos días se me acabará la excedencia por cuidado de hijo y he acordado con la empresa unos meses más de excedencia voluntaria. .Entonces, definitivamente, si es que me quedaba alguno, “perderé todos mis derechos”. Así es que aquí estoy, debatiéndome entre la vida y la muerte –en sentido figurado- como madre, como mujer, como trabajadora, incluso como conciudadana –porque si no trabajas no tienes derecho a la mitad de las ayudas económicas del Estado o las CCAA, además de la pérdida de otros derechos sociales-. Mi hijo es un niño muy “tozudo”, maravillosamente tozudo (con la acepción que recibe esta palabra en el libro “El niño tozudo” de Mary Sheedy Kurcinka; es decir, intenso, sensible, perspicaz, persistente y lleno de energía). Y me encanta estar a su lado. Y, aunque confieso que yo también me he preguntado alguna vez “dónde puedo pedir mi dimisión”, lo cierto es que estoy “orgullosa de ser madre”. Con gusto he cambiado las faldas y medias por vaqueros con los que poder jugar libremente con mi hijo. Con gusto he cambiado la decoración “estupenda” de mi casa por juguetes repartidos uniformemente por todas las habitaciones, dibujos pinchados en las paredes, una cama comunitaria, y dedos y dedos estampados por casi todas partes. Con gusto he cambiado las tareas profesionales por las propias de la crianza y las conversaciones adultas por la lengua de trapo de mi hijo. Pero la gente no acaba de entender cómo puede ser así. Y si ya la maternidad resulta dura y difícil, más aún se complica todo cuando desde fuera recibes continuamente mensajes de alerta. ¡¡Cuidado, si eres madre ya no podrás ser alguien!! Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo contigo en tu opinión sobre ese “neomachismo malinterpretado”. Mi hijo continúa con la lactancia, es un crío de altísima demanda –en todos los sentidos-, evoluciona a su ritmo y creo, como tú que el secreto está en ser respetuosos con las diferencias e incluso, apoyarlas. Se tiende más a estandarizar y eso puede hacer mucho daño. Su padre apoya nuestra lactancia materna y su todavía no escolarización y comparte nuestro estilo de crianza. Y ni él ni yo nos consideramos machistas o antifeministas. Cada uno puede criar a sus hijos como crea conveniente –o como buenamente pueda-, siempre que sea dentro del respeto y el cariño hacia ellos.

      Un saludo

    • interesante

      El problema es que algunas mujeres confunden la igualdad en derechos con el hombre, con el convertirse en hombres. Es decir, creen que la sacralización de la lactancia materna, al ser sólo ellas quienes pueden hacerlo, las hace menos que el hombre, no se ven igualadas con él, como podría ocurrir (erróneamente) con el uso del biberón, más "democrático". Sin embargo, a mi entender, es justo lo contrario, son superiores por tal concepto al hombre, y buscar el igualarse en esto, es rebajarse como ser. De todod modos, la naturaleza nos ha hecho diferentes por cuestiones de supervivencia. Confundir las cosas introduciendo ideas feministas o machistas en algo tan obvio e incuestionable, no se puede llamar neomachista o hembrista, es neobobo.

    • interesante

      He leído el artículo, y estoy de acuerdo, aunque me parece que lo de la lactancia materna y lo del aborto, se lo podía haber ahorrado, y su mensaje no habría perdido demasiado. De todas formas, lo que no entiendo es por qué una persona influyente como esta, no invierte sus energías en reclamar una igualdad real con medidas que permitan a las madres o padres conciliar realmente sin tener que renunciar a sus beneficios profesionales, como se hace en otros países (Finlandia, Suecia, Holanda...) Por cierto, yo no percibo que se esté culpabilizando a las madres por los problemas de educación (tal vez, casos particulares o aislados, pero no a nivel general), yo creo que se hace a ambos sexos, y no creo que sea sólo una cuestión de tiempo. Conozco a madres que no trabajan y que sus hijos no han recibido una atención adecuada, y a padres, que tienen las tardes libres, y tres cuartos de lo mismo, luego el problema es más profundo y más complejo que todo esto. En mi opinión, es un problema social de pérdida de valores, de principios, de orientación... No es sólo tener tiempo para los hijos, sino saber cómo emplear ese tiempo, y cómo proporcionarles recursos para su vida. Saludos a todos

    • interesante

      La verdad es que he descubierto hoy bebesymas.com y ya estoy enganchada. Me resultan tremendamente interesantes vuestras aportaciones, artículos y las opiniones vertidas en el foro en general. Hablando de igualdad, pienso que, tras leer todas las reflexiones, la verdadera igualdad consiste en poder ser, tanto hombres como mujeres, tan libres como sea posible, sin considerar sexo, raza o religión, para poder elegir el camino hacia la felicidad individual y colectiva en la vida. Y poder, porque así lo establezcan las instituciones pertinentes a través de los cauces que sean necesarios, ejercer esa libertad sin trabas, sin obstáculos, sin impedimento para llegar a una realización personal satisfactoria. Sé que suena muy utópico, pero así lo siento. A mí que fulanito o menganita me critiquen como mujer, como madre, como trabajadora, como española, como ser humano, [...] me da igual, mientras que yo en conciencia crea que actúo bien y que es lo mejor para mi felicidad, y por ende, porque repercute, para la felicidad de quienes me rodean y quiero/me quieren. Lo importante es que se me faciliten los medios para poder desempeñar o proyectar aquellos planes o actuaciones necesarios para tal fin. Cuando tenga si Dios quiere a mi bebé, procuraré estar el máximo tiempo posible con él/ella. Porque lo he decidido así, porque en mi caso, de la misma manera que estudié y me preparé para el mundo laboral dedicando parte de mi vida a ello, quiero ser madre y saborearlo al máximo. También me gusta trabajar. No tengo un puesto fijo ni fenomenalmente remunerado, al igual que mi pareja tampoco (lamentablemente, la situación actual es la que es y no hay vuelta de hoja) pero me encuentro bien asumiendo responsabilidades laborales, y no trabajaría por tener una mansión o muchos bienes materiales, sino porque intelectualmente y como persona me siento bien como mujer trabajadora. Encuentro muchas carencias al no poder disponer de un soporte social conciliador trabajo - familia adecuado, y ahí es donde veo mi capacidad de elección mermada. En el poder tener no cuatro meses de baja, sino el tiempo que estimase oportuno para criar si quiero a mi hijo/a sola o acompañada, con pareja, abuelos o con quien sea que le fueran a dar amor, sin que ello menoscabase mi futura incorporación al trabajo, sin que ello supusiera una "pega" a la hora de comenzar de nuevo a trabajar por falta de políticas de integración laboral. También está mermada mi capacidad de elección si, por otra parte, tras el tiempo que pueda estipular conveniente (pues me gustaría dar leche materna si me es posible) mi pareja quisiera reducir su horario laboral para estar más tiempo y a ser posible de calidad con su hijo y tuviera perjuicios/ prejuicios y objeciones laborales por ello. El tema es que desde mi punto de vista el niño requiere de dedicación y educación paterna y materna, en cantidad y en calidad, pero, ¿hasta qué punto se apoya esa opción o es viable en nuestra sociedad?. En cualquier caso, si llegado el momento veo que estoy entre la espada y la pared entre el trabajo y mi hijo, me volcaré en mi hijo, porque trabajos hay miles, pero hijos...NO. Y esto no es por ser mujer o por ser machista o feminista o historias, sino porque soy libre, y elijo lo que a mí entre todas las posibilidades la que más me hiciera feliz, que la vida es muy corta...

    • interesante

      Anna, contemplo como "lo que nuestros hijos necesitan o de buen gusto recibirían" es a una persona adulta que esté por él, que le de cariño, que le atienda, que le de seguridad, confianza y, cómo he comentado en el artículo de hoy, que se vincule con él.

      La persona idónea para esto es aquella que se haya convertido en su referente primario (aquella persona que el niño necesita cuando se siente inseguro o indefenso), que suele ser la madre, pero que a veces es la abuela si es ésta la que le cría, el padre si es el que ha decidido llevar el peso de la crianza del hijo o quien sea que haya creado ese vínculo desde pequeñito.

      Normalmente es la madre porque es la que lo gesta, lo pare, lo amamanta, la que pasa más horas con él y la que está 16 semanas a su cargo.

      Y si esto no pasa qué? Si un bebé no tiene a su madre después de 16 semanas qué pasa?

      Pues o mucho, o nada.

      Hay niños que lo llevarán fatal, que sentirán una pérdida y que demostrarán que los estudios y teorías de Piaget que dicen que los bebés tienen que estar con sus madres-padres al menos hasta los 3-4 años tienen razón.

      Y habrá niños que simplemente se acostumbrarán y vivirán con ello como si nada, porque no todos los bebés son iguales y muchos tienen lo que se denomina "resiliencia", que es algo así como la capacidad de sobreponerse a las adversidades de la vida y seguir siendo ellos mismos.

      Yo no sé qué niño es cuál, no sé si mi hijo sería igualmente feliz estando en una guardería desde los 5 meses (probablemente sí), pero sinceramente, nunca hemos visto la necesidad de llevarlo y en su momento decidimos apretarnos el cinturón y criarlo nosotros porque son nuestros hijos, tenemos una responsabilidad para con ellos desde que nacen, crecen muy deprisa y su infancia no la volveremos a vivir nunca (y esta es la elección que hicimos y la que consideramos mejor).

    • interesante

      roquena, no sé qué tiene que ver "estar perfecta" con amamantar. Mi amiga Susana amamanta a su niña de casi tres años, tiene otro de 5 y está estupenda. Además, has picado... ¿quién dice que lo que está en riesgo es estar bien de apariencia? Me parece una consideración más que neomachista, retromachista.

      Armando, a mi lo que me da rabia es esa lastimita, esa conmiseración por los niños que no se crían según las pautas de la presunta crianza natural. Y por consiguiente, la corresponidiente carga de culpa sobre sus padres.

      He leído en muchos comentarios aquello de "dejarlos con lo abuelos". Como si fuera dejarlos en consigna. Hay gente que lo hace porque no le queda más remedio. Pero yo creo que la relación con los abuelos, si tienen la suerte de tenerlos, es algo insustituible. Como le decía mi abuelo a mi madre "tú tienes muchas obligaciones con ellos, yo, sólo quererlos". He disfrutado de abuelo hasta hace 2 años. Yo no soy de la ciudad donde vivo. Me considero de la ciudad de mis abuelos, de mi infancia y ojalá hubiera pasado más tiempo, más veranos y más noches de cabaña en la cama con ellos.

    • interesante

      mamademateo, estoy completamente de acuerdo con tu reflexión. Con el rollo que yo tengo y esto no he podido explicarlo. Nuestros hijos son y deben ser el centro de todos, pero hay que buscar el equilibrio entre lo que es bueno para ellos, para nosotras, para nosotros como pareja etc... Como tú dices, para TODOS. Esa búsqueda es muy difícil, y cuando crees que has encontrado el equilibrio, a veces tampoco es la perfección, pero es lo que más beneficia a la mayoría. Será... la crianza relativa o algo así. Una mezcla entre lo que crees que es lo mejor y lo máximo que puedes hacer. Sin dogmas de fe. Sin culpas. Sin acusaciones.

      También estoy completamente de acuerdo en que los niños están faltos de padres. Hoy y antes. Pero, claro eso no tiene nada que ver con la igualdad, denostada por algunos. No oirás nunca "no más generaciones de niños abandonados por lo que ha pasado toda la vida", es decir, que los hombres trabajen.

      Y yo qué sé... leyendo algunas cosas, a veces si que pienso que vivo en un etorno privilegiado, pero es que tampoco creo que sea así... es un entorno, muy normalito sociológicamente hablando, seguro que por edad y por otras cuestiones, tampoco es muy diferente del tuyo. Y mi marido y todos nuestros amigos cambian los pañales de sus hijos, pasan la mopa cuando les toca, ponen lavadoras, entre ellos hablan de cocina, y hacen las camas. Algunos más y otros menos, pero nunca he oído en una reunión de amigos ese tipo de comentarios. Ahora, sí que te vuelvo a dar la razón en otra cosa: ellos hacen todas esas cosas como algo natural, pero las que salen pitando del trabajo si les llaman de la guardería porque el niño tiene fiebre, las que se piden días libres para quedarse en casa con el pequeño que está malito, esas somos nosotras. No creo que nadie les considerara calzonazos por hacerlo, pero es lo que hay.

      Armando, claro que no hace falta que los padres no estén para que haya una buena relación con abuelos/nietos. Pero yo creo, al menos es mi experiencia (de momento la mía, la de Anna, digo, no la de Sara y Marta todavía), que también es bueno que a veces nosotros no estemos ahí. Se desarrolla un nivel de complicidad entrañable. Yo me acuerdo cuando algún día de verano que estábamos en la casita de mis abuelos y mi padres se iban a cenar solos. Mi hermano, mi abuelo y yo... una juerga, mi abuela es (aún vive) más... formal... "ale, adiós papás, nosotros nos quedamos con los avis". Nosotros no salimos mucho, pero me encanta la cara que pone, sobre todo mi padre, cuando digo que estamos mirando a ver si el sábado vamos al teatro. A mi se me cae la baba de ver su reacción. Para ellos, para mis padres, es un día de fiesta y para Sara y Marta, una noche de "hacer el loco". Me gusta regalarles a mis padres/suegros esas ocasiones de estar a solas con sus nietas. Creo que eso también será bueno para ellas. No sé que consecuencias futuras tendrá, pero estoy segura de que tendrán un montón de buenos recuerdos el día de mañana.

      Creo que darles a nuestros hijos todo y lo mejor, en ocasiones, no tiene que pasar sólo por nosotros/as.

    • interesante

      Pues yo estoy totalmente deacuerdo con lo que comentas en el artículo, Armando. Yo soy de las que ha dejado su trabajo (pues no era fija para pedir excedencia) porque tenía muy claro que queria dedicarme por completo a mi hijo en esta etapa tan importante de su vida, como es la primera infancia. Mi marido y yo lo tenemos claro y lo que comenten aquellas personas que no entiendan nuestra postura nos da igual. No me parece neomachismo, en absoluto, el querer ser yo y no los abuelos, ni las educadoras en la escuela infantil, ni ninguna otra persona quien cuide a mi hijo. Por supuesto que el padre también podria dejar de trabajar y atender a sus hijos pero por algo la naturaleza nos ha dotado de pechos para amamantar a nuestros hijos, es algo que el hombre no puede hacer, y esa es una clarísima diferencia, como comentas en el artículo. Pienso que en esta primera etapa corresponde más a la madre el cuidado de sus hijos, sin quitar por ello valor al padre que lo tiene y mucho, sobre todo al principio en dar apoyo y afecto a la madre. En la naturaleza si nos fijamos es así, es la madre la que está al lado de sus crías mientras el padre va a "trabajar", es decir a buscar alimento o a proteger a su familia. Estoy a favor de los derechos humanos, sean hombres o mujeres, y pienso que este deberia ser un derecho el querer criar a tus hijos. Yo no me considero ama de casa, pues mi labor es atender correctamente a mi hijo. Mi pareja y yo nos repartimos las tareas de casa pues los dos tenemos dos ocupaciones muy importantes a las que dedicarnos gran parte del dia. Y con esto acabo, pienso que esta visión de ser neomachistas por querer dedicarnos a nuestros hijos es reflejo de una sociedad que valora más el TENER que el SER, al fin y al cabo se trata de ser felices y cada cual que decida libremente.

    • interesante

      Anna, tengo que matizarlo todo?

      Ya sé que eres madre a tiempo completo, y yo también soy padre a tiempo completo, pero no paso todo mi tiempo con mi hijo porque trabajo y mi mujer que sí es madre a tiempo completo, sí pasa todo el día con ellos.

      Digamos "madre a tiempo completo que no trabaja para cuidar ella de sus hijos y no otros", si te parece más correcto.

      Con respecto a los comentarios, saco la misma conclusión que tú. Hagas lo que hagas siempre habrá alguien que te señalará con el dedo.

      Yo por ejemplo, cada mañana antes de ir a trabajar paso la mopa y el plumero en casa. Cuando lo conté en el trabajo nadie se lo creía... tras insistir los hombres casi se reían de mí en plan "menudo calzonazos" y las mujeres casi me hacían la ola (un hombre que hace cosas en casa!!!).

      Con esto quiero decir que si eres un padre implicado las mujeres te aceptan y lo ven bien, sin embargo los hombres te miran en plan "no te pases y no lo cuentes, no sea que a nosotros nos lo hagan hacer también".

      Pues supongo que es cuando una mujer se queda en casa con sus hijos sucede algo similar, algunas preferirán ir a trabajar y otras decidirán hacerlo pero con la misma sensación de "tú que te quedas en casa, no me lo restriegues por la cara, porque me haces sentir mala madre, ya que no lo hago, y yo quiero a mis hijos lo mismo que tú a los tuyos".

      Donde quiero llegar? Pues a ningún sitio... simplemente digo todo esto para confirmar que cada uno ve la vida y la realidad a su manera, cada uno lo hace lo mejor que puede (supongo) aunque esto no va siempre en consonancia con lo que nuestros hijos necesitan o de buen gusto recibirían.

    • interesante

      Anna, es que los "ramalazos neomachistas" de tus amigas fundamentalistas, para mí, no lo son. Ellas no entienden que fulanita vuelva tan pronto a trabajar y otras mujeres no entienden que menganita se coja una excedencia, estas entonces, ¿qué tipo de ramalazo tienen? Yo creo que mientras se respeten las opciones no se puede hablar de machismos ni feminismos, sino de gustos.

      Yo por ejemplo veo bien que una mujer apure vacaciones, excedencias y mil historias para cuidar de sus hijos, si lo hace un hombre, también lo veo bien, claro, pero por lógica evolutiva, veo más lógico que lo haga la mujer. Si una mujer deja a su hijo a los cuatro meses, pues pensaré que no tiene otra opción o que sí la tiene pero prefiere hacerlo así. En este caso respetaré su decisión pese a no compartirla (porque yo no lo haría así). ¿Esto me hace tener un ramalazo neomachista?

      Acerca de las mujeres que quieren dedicarse a ser madres, me refiero a madres a tiempo completo... creo que se entiende.

      Evaval, magnífico comentario, me alegro de haberte hecho reír y espero que el llorar sea al menos de ternura... me alegro de que te hayas animado a expresarte porque es muy interesante lo que cuentas porque muchos vemos a nuestra familia representada en tus palabras y porque para muchos otros no será así, pero al menos verán la crianza desde otro prisma.

      Nosotros estamos un poco como tú en general, alucinando con cómo el mundo se ha olvidado por completo de los niños y de cómo ha creado instituciones y soluciones para apartarlos de sus padres sin que eso esté mal considerado. En fin, al menos podremos decir en el futuro un "que me quiten lo bailaooo".

      Semilla4, breve y concisa: "No necesitamos más generaciones de niños abandonados en nombre de la "igualdad", GRANDEEEE.

      Paranea, pues yo me quedo con tu párrafo del mundo creado por hombres... no lo había pensado desde ese punto de vista, pero es totalmente lógico. Una mujer debe perder mucho para poder ser igual que un hombre en un mundo creado por hombres, porque debe jugar a sus reglas (y lo que pierde es su maternidad).

      Como digo, las mujeres deberían luchar por crear su parcela y decir "aquí estoy YO y así soy".

    • interesante

      Annaroch, totalmente de acuerdo, pero, parafraseándote, cambia la palabra culpabilidad por la palabra DECISIÓN, y ése será exactamente lo que digo. El tema de la culpabilidad implica valoraciones subjetivas que, quizás, nazcan de las propias madres trabajadoras. Estamos en un mundo de cambios. El hombre y la mujer se han puesto a compartir roles que antes no tenían, y a veces nos sentimos, no se si denominarlos así, como fuera de sitio, y de ahí nace cierto sentimiento (irracional) de culpabilidad. Si el hombre cambia su rol de figura trabajadora para dedicarse al hijo, también hay acusaciones y sentimientos de culpabilidad, igual que la mujer al dejar al hijo e ir a trabajar. No creo que se pueda comparar en términos afectivos, pero sí en términos sociales. Cambio de roles, sentimientos de culpabilidad. Pero decisiones libres. A eso me refería.

    • interesante

      He estado leyendo el artículo de la Sra Rubiales y mi conclusión es que ella misma cae en el juego que está intentando denunciar, aunque en el otro lado de la balanza. Al igual que los machistas, neomachistas o postmachistas, como quieran llamarlos, están instalados en sus trasnochados argumentos, las feministas, también lo están. Dicen defender a la mujer, pero al igual que los machistas, nos quieren someter a sus idearios. La cuestión es que tanto machistas, como feministas, al final, son movimientos autoritarios que desean que las mujeres hagan lo que ellos predican. Unos quieren que estemos sometidos a los hombres, las otras, a la idea de libertad que ellas tienen. Por lo que para mí, ambas posturas son reprobables. ¿Qué tenemos que hacer? Pues ser libres y decidir lo mejor para nuestras hijas e hijos nosotros mismos, sin etiquetas, sin coacciones y sin órdenes. En mi blog tengo una entrada sobre la igualdad entre hombre y mujeres por si a alguien le interesa seguir leyendo sobre el tema. Mujeres y Hombres ¿de verdad somos iguales? http://www.mentelibre.es Un saludo, y felicidades por el artículo Armando, como siempre tienes el dardo en la palabra.

    • interesante

      Yo creo que este mismo comentario ya lo he hecho en otro hilo: no necesito que nadie me diga que puedo hacer lo mismo que un hombre, eso ya lo sé, NECESITO que la sociedad me valore como madre (a la que decida ser madre, por supuesto) y entienda lo que eso significa, igualmente al padre que decide ser una parte muy importante en la educación de sus hijos. Creo que es muy necesario que la sociedad se de cuenta de que hacen falta "criadores" para que las nuevas generaciones salgan adelante de manera próspera, y se deje de ver a la mujer que se dedica a criar a sus hijos como una marujona, y al padre como un calzonazos. Me parece que la igualdad hacia la que vamos es la de "a ver quien es más competitivo, más trepa, quien cede más espacio de su vida personal al trabajo, en definitiva, quién es más imbécil". Con esto no quiero decir que la mujer (o el hombre) que decidan volcarse en una carrera profesional hagan mal, sino que el /la que decida que no es eso lo quiere, tenga el respeto que se merece (que para mí es mucho).

      Saludos

      Eva P

    • interesante

      Que somos diferentes es incuestionable y que ello nos diferencia es una consecuencia... desde mi punto de vista todo se puede ver desde el lado que mejor te conviene... el problema es que no encontramos el punto medio, donde se haya la virtud; que es muy bueno para el niño la lactancia materna... es perfecto y si puedes, adelante, pero no pasa nada si no es posible ( en mi caso fue el mismo pediatra quien por la salud de mi hijo me indicó que dejara de darle el pecho, si no hay leche no come... y aún así me sentí en cierto modo desilusionada... igualmente me pasó con el parto, que fue cesárea, si no me la hacen se me muere, de hecho nació algo paradillo y estuvo dos días ingresados con oxígeno, y aún así se me quedó una espina clavada por no poder dar a luz...) El problema son los ideales que nos están haciendo intentar conseguir para ser iguales o mejores... y no siempre es posible. Creo que hace falta una ración de realismo, no se puede ser mujer y hombre a la vez. Seamos conscientes de lo que somos y busquemos las igualdades esenciales adaptándolas a nuestras diferencias.

    • interesante

      Me quedo sin dudas con esta frase: "La igualdad no es ser iguales".

      Creo que existen diferencias que deberían ser sin duda respetadas. Por el hecho de ser mujeres tenemos pechos con los que alimentar a nuestros hijos, por el hecho de ser mujeres nosotras parimos y pasamos por nueve meses de embarazo y por el hecho de ser mujeres tenemos algo más de vinculación con nuestros hijos.

      La pena es que tengamos que elegir entre el trabajo y los hijos. Pero no puedes equipararte en el mercado laboral con un hombre que no tenga cargas familiares siendo madre. El horario simplemente sería incompatible.

      Bajo mi punto de vista se ha perdido mucho con esto de la igualdad porque estamos inmersas en un mundo creado por hombres en el que la maternidad no tiene cabida. Se ha luchado mucho por ello pero creo que no de la manera correcta.

    • interesante

      Me ha gustado tu artículo, Armando. Y una vez más, estoy de acuerdo contigo.

      A mi el artículo de Amparo Rubiales no me gusta. Me parece ambiguo, y mete en el mismo saco a personas que no pueden ser más diferentes. Para mí es una muestra más de que el feminismo se ha estancado, y además, no da cabida a todos los que se consideran como tal. Según esta señora, yo también soy una neomachista, y eso no se lo consiento ni a ella ni a nadie. Efectivamente, yo lucho por mis derechos como mujer. Lucho por poder optar a las mismas cosas que los hombres, si quiero, pero también por mi derecho a disfrutar de las cosas que sólo yo por ser mujer puedo disfrutar. No lo hacemos sólo por el beneficio de los niños, que por supuesto y en primer lugar, pero yo desde luego también lo hago por el mío propio. Porque a mi me hace sentir bien. Y por el bien de la familia entera, o sea, nosotros tres por ahora.

      Yo no he dejado de trabajar para ser ama de casa, he dejado de trabajar para dedicarme a mi hijo todo el tiempo posible. Si resulta que estoy en casa y estoy todo el día fregando, barriendo, limpiando polvo y sacando brillo, poco beneficio iba a sacar mi hijo de mi presencia. El único que sacaría provecho sería mi marido, que así no tendría más que hacer que llegar a casa y espatarrarse. No señor.

      Yo no trabajo para poder disfrutar de este tiempo único de mi vida. Para no tener que levantar a mi hijo a horas intempestivas a que lo cuide no se quién, mientras yo me iba a alguno de mis trabajos mierdas, a cobrar un sueldo mierdoso, que caso de ser una guardería quien lo cuidase, se llevaría casi la mitad. Me levanto a la hora que quiero, generalmente temprano, desayuno tranquilamente, me dedico a mis cosas mientras mi hijo duerme... cuando se despierta, a la hora que sea, jugamos en la cama sin prisas, le doy algo de desayunar. Nos vestimos, nos vamos a la calle, vamos a ver los patos al parque, compramos si hay que comprar algo, y le preparo la comida. Y se la doy yo (bueno, mi marido la mayor parte de las veces! :)))). Jugamos, descasamos, y cuando tiene sueño, yo le acuno para que duerma la siesta. Le preparo la merienda, se la doy, vemos Barrio Sésamo o cantamos y bailamos, damos otro paseo, o lo que se nos tercie.

      Dejé de trabajar porque quería disfrutar todo el tiempo de mi hijo, así de claro. No quería que me lo cuidasen otros, quería cuidarlo yo. Y no sé si eso está mejor o peor, si es lo correcto o no, y poco me importa. Lo que me importa es que es lo que me hace feliz a mi y a él. A su padre también, que me ofreció y no descarta que nos cambiemos los papeles. Pero hemos consensuado que no por ahora, los principios (y aunque desafortunadamente nuestra lactancia no duró mucho) me los 'pedía' yo :)

      En ningún trabajo estaría más a gusto que aquí :))))) sí, claro, alguna vez también echo de menos tener alguna conversación más con adultos, pero eso se debe más a mi soledad en esta ciudad que a tener o no tener trabajo. ¿Que me estoy quitando oportunidades, que me estoy excluyendo del mercado laboral? Lo asumo. Eso sí que me parece una discriminación, pero lo asumo. No voy a esperar a que llegue la utopía para que me solucione los problemas. A mi también me gustaría que esto fuera Noruega, o Finlandia, pero no lo es, y yo tomo la determinación que mejor me parece. No tengo excedencia, ni paro, ni nada de nada. Pero el dinero, excepto el necesario para comer, no me interesa. No hay dinero para pagar la tranquilidad con la que vivo :)

      Evaval, me ha encantado tu testimonio :) en tres años me veo como tú ;)

    • interesante

      No, Gloria, que para ser político tendría que aprender a mentir...

    • Enhorabuena, Armando, ojalá "la armes" y este artículo lo lea mucha gente, porque yo, de lo que me canso, es de tener que explicar a muchas compañeras y madres también que yo me siento realizada en casa por las tardes con mi hijo de 20 meses, que no necesito más trabajo para sentirme realizada, ni pasarme las horas en gimnasios o con amigas para "liberarme". Mi hijo ya me libera de todo, porque soy feliz pasando las tardes con él, ya que por las mañanas no puedo. Como sigamos por este camino, ya mismo le dan a los padres 16 semanas de paternidad y nos lo reducen a nosotras a 15 días. Y seguro que los neomachistas y las neomachistas no han dado teta porque para ellos y ellas no son más que un elemento de decoración, y no una manera fabulosa de dar cariño, no una manera de que los hijos nos sometan. Prefiero darle pecho a mi hijo que estar estéticamente perfecta. Necesito estar perfecta para mi hijo, me da igual lo demás.

    • Bueno, me alegra que existan este tipo de debates y que muchas mujeres y hombres se cuestionen ciertas cosas. Yo a veces hablando me siento incomprendida, ahora no es políticamente correcto querer estar en casa cuidando de mis hijos. Cuantas veces se confunde nuestra labor como madres con la mera realización de las tareas domésticas. Cuantas mujeres que trabajan fuera de casa me han menospreciado por no haber ejercido mi licenciatura !qué desperdicio de carrera¡ dicen "siempre hay tiempo" digo yo "para el trabajo, no para mis hijos" Los hijos crecen y no hay marcha atrás. Mi marido y yo teníamos muy clara una cosa, al menos uno de los dos (los dos no , porque no podríamos mantenernos, jeje) cuidaría de nuestros hijos al menos los primeros años de vida. Fui yo por cuestiones laborales, pero veo estupendo los papás que dejan su trabajo para realizar su labor de padres. Mi marido lo hubiera hecho. Lo hubieran mirado mal como me miran a mí. Pero nuestros hijos y su bienestar son suficiente motivo. Cuantas mamás conozco que les encantaría hacerlo y no se lo pueden permitir! Muchísimas. Pero así está la sociedad y ahora hablan de "neomachismo" Me he quedado a cuadros con el comentario de la señora Rubiales, para mí de lo más desafortunado. ¿dónde está la posibilidad de elegir?¿se nos ofrece realmente? la dura realidad es que no. Saludos.

    • Armando, quizás necesite un poco más de tiempo para hacer un comentario profundo que esté al nivel, en extensión y en complejidad, de tus palabras. Pero, como primer apunte, y al hilo del título, yo pienso que se está poniendo TODA la responsabilidad en nosotras. Con el tema de la lactancia, es evidente que eso sólo lo pueden hacer las mujeres. Pero una cosa son las cuestiones "técnicas" y físicas y otra muy diferente es lo llevan implícitas ciertas ideas: "Tú, mujer, que eres las que amamantas, si no lo haces, pones a tu hijo ante estos riesgos". No es que nadie diga eso, así, con esas palabras, pero esto es como un silogismo: si no das de mamar, tu hijo tiene más riesgos de xxxx, como tú eres la que, por naturaleza, amamanta, tú, eres la responsable de no evitarle esos riesgo.

      A las mujeres de mi edad (casi 38), o bueno, por lo menos a mi, me educaron para ser independiente y lo soy, pero me topo con el neomachismo alguna que otra vez, cuando yo, como madre tengo preferencias a la hora de elegir horario o vacaciones. Compañeros y compañeras que no tienen hijos se preguntan por qué tienen que depender de esa circunstancia, cuando ellos han optado libremente por no tenerlos. ¿Cuántos hombres conoceis que hayan cogido una excedencia para criar a los hijos? Yo conozco a 1 entre un número muy amplio de amigos o conocidos.

      Y también encuentro ramalazos neomachistas en mis amigas fundamentalistas que no entienden que fulanita haya vuelto a trabajar tan pronto, que no se coja una reducción de jornada, que les dicen "a mi es que se me partiría el alma, cómo puedes irte de casa cada mañana pensando que no los vas a ver hasta la tarde..." Yo me considero de las personas más afortunadas del mundo por mi horario, pero tengo amigas que tiene turnos poco adecuados para la vida familiar, algunas porque quieren y otras porque no pueden evitarlo.

      ¿Por qué reservas el "dedicarse a ser madre" para las que no trabajan? En todo caso, se "dedicarán" a ser amas de casa. Yo "soy madre" las 24 horas del día, pero de me "dedico" a trabajar. Creo que también es neomachista considerar que la que trabaja "pierde algo" y la que no trabaja se dedica a "ser madre". ¿Ser o estar? Como siempre, todo el peso del mundo sobre nuestras espaldas. Será cosa del pecado original....

    • allaut, efectivamente, en la primera frase he desenvainado la espada, pero me la he vuelto a guardar al seguir leyendo. Estoy de acuerdo prácticamente en todo tu razonamiento, pero, sólo una cosa, cambiemos "responsabilidad" por "culpabilidad" y entenderemos frases lapidarias como la que escribe semilla4 y que asegura que "no necesitamos más generaciones de niños abandonados en nombre de la "igualdad". Como slogan, no está mal, pero creo que es sumamente machista, porque asocia la decisión de la mujer de trabajar al abandono de los hijos. Cuando es el padre el que trabaja, no hay hijos abandonados, ¿no?.

      Yo cité un párrafo del artículo que publicó Amparo Rubiales en "El País" hace unas semanas, porque que sí que creo es que están mitificados los beneficios de la LM. Ojo, y repito por enésima vez, los beneficios no cuantificables, esos que relacionan con el vínculo madre-hijo, el apego, el afecto, la protección...Claro que yo soy la reponsable de darle lo mejor a mis hijas, pero en mi opinión, dudo que el alimento que reciben los humanos durante un tiempo determinado y limitado de su vida, tenga el más mínimo efecto en su desarrollo social y afectivo. Y lo que yo quería decir al aportar esa cita del artículo, es que todo el peso de la responsabiidad, de la culpa si algo fuera mal, no puede caer del mismo lado sólo por amamantar o no. Yo no creo que la teoría de la crianza natural sea machista ni neomachista, creo que culpabiliza a la mujer y sólo a la mujer de no hacer lo que aseguran que es lo mejor para el bebé. Trabajas, luego ya no te dedicas a ser madres; no amamantas, ergo no le das lo mejor; das a luz según el protocolo médico imperante, luego no eres consciente de tu cuerpo, tu parto y no sé que cosas más. Evidentemente estas cosas sólo las podemos hacer nosotras, pero no es justo cargar siempre con un sombra de culpa. Lo que serán nuestro hijos no depende de estas cosas.

      Evaval, yo siento en el alma que siempre os encontréis con los mismos/as trogloditas. Los que te dicen esas cosa no es que sean neomachistas, son inquisidores que, ¿ves? también están cargando sobre tu espalda la culpa y los males del mundo.

    • allaut, no hablaba exactamente de tener un sentimiento de culpabilidad o un problema de conciencia, sino de ser señalada con el dedo. Son cosas matizables, pero bueno, tampoco quiero profundizar más, porque acabaremos cayendo en un diálodo de besugos filosóficos cuando creo que hemos llegado al mínimo común denominador y a unas posiciones muy parecidas. Y todo por una manzana, una serpiente y no sé que películas más, en fin...

      Armando, supongo que esto es caer en la pura demagogía e incluso puede ser una gracieta dialéctica, pero es que yo también soy madre a tiempo completo. Aunque esté trabajando, estoy pensando en qué vamos a hacer esta tarde, en qué haremos de cenar, en que no me acuerdo si quedan tomatitos de los que le gustan a Marta o si el baby de Sara tiene todos los botones en si sitio. Mi dedicación y mi devoción por ser madre llega a tal punto, que araño minutos de mi horario laboral para leer en esta web, sobre lo que desde hace tres años y medio centra y concentra todos mis esfuerzos, desvelos, alegrías y preocupaciones. Las mujeres que deciden dejar de trabajar para dedicarse sólo a cuidar de sus hijos hacen lo mismo que yo, con una distribución diferente del tiempo. Cantidad no es calidad.

      Y la verdad, leyendo todos los comentarios, confirmo mis sospechas. Hagamos lo que hagamos, siempre habrá alguien que tenga algo que decir. Y como dice allaut, siempre tendremos un sentimiento irracional de culpa o de duda por la decisión que hemos tomado. Esto último es humano. Se llama conciencia. Pero lo otro... ya lo ha dicho mucha gente en los comentarios anteriores (y seguramente en los que vendrán). La que se ha cogido una excedencia asegura que se ha tenido que oir de todo por parte de quien no piensa como ella. Y la que ha vuelto a trabajar sufre la incomprensión de quien nunca lo haría. Es lo que hay. División, polarización y falta de empatía.

      Yo creo que, entre otras cosas, las mujeres nos hemos incorporado al mercado laboral en plenas condiciones porque tenía que ser así. Nos hemos educado junto con los hombres, hemos ido a la facultad con ellos, trabajamos con ellos... somos distintos en las cuestiones más obvias, pero la búsqueda de la igualdad no es nada malo y es necesaria: poder trabajar en lo mismo, cobrar lo mismo, compartir tareas, responsabilidades... eso no tiene nada que ver con abandonar a nuestros hijos.

    • Anna, no es lastimita, es valorar qué es mejor para ellos y qué es menos mejor (que no quiere decir que sea malo) y obrar en consecuencia según las posibilidades de cada uno.

      Sobre los abuelos, estoy de acuerdo. La relación con los abuelos es algo muy, pero muy importante para los niños. Nosotros vamos cada fin de semana a verlos y ellos vienen a casa muy a menudo. Aran por ejemplo, se tira a los brazos de su Àvia en cuanto la ve.

      Lo cortés no quita lo valiente y por suerte podemos pasar tiempo juntos las tres generaciones. No hace falta que los padres no estén para que los nietos tengan una buena relación con los abuelos.

      Es como todo, hay abuelos con muchas ganas y energía que disfrutan de sus nietos mientras los papás trabajan porque no queda otra (poniéndome en el mejor de los casos) y hay abuelos de dominó (y abuelas de mil dolores) cuidando de sus nietos con la lengua fuera porque los papás tienen que trabajar para comprar la casa nueva que se han comprado porque es más bonito vivir ahí que en un piso (poniéndome en el peor de los casos).

      Como siempre, que cada cual haga lo que quiera. Yo, como editor de Bebés y más, me dedico a explicar lo que considero y creo que es mejor para los niños. A veces coincidirá con la manera de pensar de muchos padres y a veces irá en contra del sentir general, porque la sociedad es cada día menos niña, pero siempre hablaré pensando en qué es lo mejor para un niño, y si me preguntas qué creo que es mejor, si lo que la crianza natural predica o lo que no predica, diré que aquello que beneficie más a los niños y bajo mi punto de vista la mayoría de cosas que se habla en el mundo de la crianza natural les beneficia (por no decir todas).

    • Bueno, marguire, me alegro de haberte ofrecido otro punto de vista sobre este tema ;P

      Y lo de Carlos González, ya me gustaría a mí expresarme como él... aunque gracias por la comparación!

    • Bravo hope! Explicas perfectamente lo que muchos sentimos y pedimos: "El tema es que desde mi punto de vista el niño requiere de dedicación y educación paterna y materna, en cantidad y en calidad, pero, ¿hasta qué punto se apoya esa opción o es viable en nuestra sociedad?"

      En ningún punto se apoya, porque la dedicación y educación de los padres hacia los hijos es invisible. No se puede cuantificar, no hay números que lo avalen, no hay beneficio económico. Que así crearemos una sociedad más sana y con más futuro? Estoy de acuerdo, pero qué gobierno va a apostar por algo cuyos frutos se verán dentro de 20-30 años? Ninguno, porque las elecciones son cada 4 años...

      La lucha debe ser nuestra, de los padres y madres por vivir la vida que deseamos y por poder elegir. Esa es la clave.

    • Ese es el tema angela: ELEGIR! Poder elegir!

    • Aaaaaghj... hoy casi no he dormido, no tengo cuerpo ni cabeza para entrar en debate... :) cuando esté lista lo haré, que el tema lo merece. Saludos a todos! P.D.: me ha hecho mucha gracia lo de los 'neobobos'!

    • Uy, Calista! :) Muchas gracias por tus ánimos, pero yo prefiero delegar lo de 'president' en Armando. Él se expresa mucho mejor y es mucho más correcto. Yo soy demasiado visceral para ese trabajo XDDDDD

      Y te doy toda la razón en lo de los 'machismos enquistados', incluso la menos machista de nosotras puede tener un 'desliz'... fruto, supongo, de la educación que habremos recibido... grrrrrrr

      Jajajajaja lo de los hombres y la ropa daría para un post entero!! yo he intentado siempre que mi marido creara su gusto propio. Al principio le costó (venía de que su madre le comprara casi todo...), pero está hecho un experto.. Y el caso de mi hermano tiene mucha gracia... también dependía de mi madre para eso, claro, pero ahora, mayorcito, soltero y con un buen sueldo, va él solito a comprarse la ropa, y se deja aconsejar por las muchachas que trabajan allí... un truquito para ligar como otro cualquiera XDDDDDDD ligar no sé si ligará mucho, pero le veo yo mucho estililllo vistiendo :))))

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información