Viendo a los niños jugando esta tarde en la playa, corriendo, tirándose al agua, persiguiéndose e inventando aventuras me he dado cuenta del poco tiempo libre que tienen, durante el resto del año, lo niños. Y lo felices que son cuando lo disfrutan. De hecho, hasta aprenden tanto o más que durante el curso. Y crecen y rien como nunca.¿Tienen suficiente tiempo libre los niños?
Cuando comience el curso sus agendas se llenarán. Los más pequeños, en la escuela infantil pueden hacer actividades lúdicas, pero en espacios acotados y normalmente dirigidas. Si sus padres trabajan llegarán a casa ya tarde e incluso tendrán actividades extraescolares.
Al final disponen de poco tiempo de juego libre y al aire libre. Incluso su tiempo de juego está, muchas veces, planificado y se intenta que sean actividades “educativas” y que manchen poco y hagan poco ruido. Y al final, apenas creo que tienen tiempo libre.
Al comenzar el colegio las horas lectivas aumentan, el tiempo de juego disminuye, aparecen los deberes. Y normalmente las actividaes planificadas y las extraescolares van aumentando hasta que, me doy cuenta, que muchos niños no tienen tiempo de jugar, ni de ir a la calle, ni de aburrirse porque no hay ni un momento de soledad. La soledad, tan importante para el autoconocimento y la creatividad.
Me pregunto si la causa de esto es que los padres actuales están obsesionados con llenar el tiempo de sus hijos al minuto y hacerlo lo más productivo posible, como si la vida laboral fuera una carrera que hay que comenzar casi desde la cuna.
Hasta el tiempo de juego se planifica, y el de ocio como televisión, ordenador o lectura también. Es como si los niños no fueran nunca libres de elegir sus actividades. Y la calle, en las ciudades, es hostil.
También es cierto que los padres, a veces por los horarios tan largos de trabajo y a veces porque se sienten incapaces de acompañar juegos o confiar en la regulación de los niños quieren que tengan educadores y compañeros a todas horas. Eso les descarga, sea por necesidad o sea por gusto o incapacidad propia para ofrecer al niño experiencias más libres.
Pero viendo hoy a los niños jugar en la playa, con la esencia pura de los juegos de verano, horas y horas, sin aburrirse, solos o en grupo o cerca de sus familias, me doy cuenta de que lo que más necesitan es ese tipo de espacios: seguros, libres y naturales, pues es el entorno normal en el que los niños deberían crecer y aprender. ¿Vosotros creéis que los niños tienen poco tiempo libre?
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