Una docena de preguntas complicadas de tus hijos para las que deberías estar preparado

Sabemos que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, también sabemos que probablemente tus hijos te pongan, más de una vez, en ese tipo de situaciones en las que te gustaría que la tierra te tragara. Que le vamos a hacer, son gajes del oficio, un día te pasará y probablemente será en el momento más inoportuno posible, pues es algo que ni lo veremos venir.

Pero hay otro tipo de preguntas que tus hijos te harán tarde o temprano, son una docena de preguntas complicadas para las que deberías estar preparado. Ninguna es fácil de responder, incluso algunas es posible que no tengamos la respuesta que a ellos les gustaría, pero aún así debemos responder.

¿Os vais a morir?

Empezamos por una de las preguntas más duras que le pueden hacer a un padre, sobre todo porque sabes que la respuesta no es ni fácil, ni agradable (suponiendo que no quieras mentir, claro). Hay aún una variante aún más dura que es cuando tu hijo te pregunta "y yo, ¿me voy a morir algún día?" A la dificultad de responder a algo tan duro hay que sumarle que la comprensión de la respuesta va a depender de la edad de nuestro hijo.

¿A quien quieres más...?

A mi hermano o a mi, a papá o a mí, al abuelo o a la abuela...hay un sin fin de combinaciones posibles. Está claro que si la pregunta es si queremos más a un hermano o al otro la respuesta será que no hay diferencia, que les queremos por igual, pero esta pregunta debería ponernos en guardia, porque probablemente encierra detrás un "siento que no me haces suficiente caso" y quizás parte de nuestra respuesta debería buscar esa segunda pregunta y digo que debería porque también creo que es importante que sea ella o él mismo quienes se den cuenta de sus sentimientos.

¿Por qué los niños tienen colita y las niñas no?

Un clásico del cuestionario infantil, ¿por qué no somos todos iguales? Con lo sencillo que sería ser todo el mundo igual y de repente, resulta que desnudos tenemos cosas distintas.

¿Cómo se hacen los niños?

Si te han hecho la pregunta anterior, dependiendo de la explicación que des, es muy probable que esta venga detrás.

Pues eso, que cada uno aplique el grado de realidad que quiera y según vea la madurez de sus hijos, pero pensad que lo de las flores y las abejas termina por sostenerse muy mal.

¿Cuánto dinero tenemos? ¿Somos pobres?

Llega un momento en que los niños entienden que el dinero no crece por generación espontanea y que papá y mamá tienen que trabajar para conseguir dinero, pero lo que les cuesta entender es el por qué hay cosas que se pueden comprar y otras que no. les llama la atención que nos padres les compren ciertas cosas a sus amigos y los suyos no o viceversa y se empiezan a hacer preguntas, muchas veces promovidas por lo que ven y oyen en su entorno, sobre los niños pobres y la situación de ellos mismos.

A ciertas edades los niños tienden a ser bastante egoístas y su fase del "yo" y de su egocentrismo puede marcar la pregunta de forma en que no comprenda demasiado bien que el dinero no esté siempre a su disposición para que le compremos todo aquello que desea o para que nos pasemos en el parque de atracciones todo el mes o de vacaciones todo el año.

¿Qué pasará si papá y mamá se dejan de querer?

Uno de los mayores miedos de un niño es el de perder a su familia. Es lógico, pues hasta cierta edad su mundo gira entorno a ella, sobre todo entorno a sus padres. También cada día son más comunes los divorcios entre parejas y los niños que no tienen a sus padres juntos en casa, esas cosas terminan por comentarse en el colegio, o se ven en la tele y harán que nuestros hijos se pregunten qué pasará si eso mismo les sucede a ellos.

Ninguno de nosotros podemos poner la mano en el fuego y asegurar que papá y mamá siempre estarán juntos y en estos casos lo mejor es siempre dejarle claro que aunque sus padres dejen de estar juntos, el no perderá a ninguno de los dos y por favor, no se os ocurra decirle eso de que tendrá doble cantidad de regalos.

¿Quién es Dios?

En nuestro país, la religión sigue estando muy presente en la vida de nuestros hijos y no debemos olvidar que nuestra sociedad es mayoritariamente creyente, en un dios u otro, por eso cada uno deberá estar dispuesto para contestar a la pregunta con conceptos sencillos, adaptados para la edad e nuestro hijo. También, aunque nosotros seamos ateos, habrá que explicarle que hay quien cree en ellos.

¿Por qué la gente hace cosas malas?

A medida que nuestro hijo vaya creciendo, se dará cuenta que hay personas que comenten actos que no son buenos, que hay gente que mata a otros, guerras, que hay papás que pegan a las mamás, que hay quien te puede robar las cosas cuando te despistas o que hay gente que se les puede llevar lejos de su familia. Esto va a hacer que nos pregunte por qué y bueno, no siempre tenemos que conocer la respuesta.

¿Qué significa "joder"?¿Por qué ese señor se caga en ...?

Tarde o temprano, vuestros hijos entrarán de lleno en el mundo de los tacos, me refiero a entrar de una manera consciente y no a repetir las palabras que oyen y que los abuelos les hacen tanta gracia. En ese momento os vais a dar cuenta de lo raro que suenan muchos tacos cuando realmente se analiza lo que estamos diciendo.

¿Has tomado drogas alguna vez? ¿Por qué no puedo tomar cerveza/fumar?

Llegamos al maravilloso mundo de los estupefacientes varios o lo que yo llamo "quiero tomar lo mismo que toman los mayores, porque quiero ser mayor. Ser mayor mola".

En el tema de las drogas, la verdad es que dudo que vuestro hijo de cinco o seis años no va a hacer esa pregunta a no se que os pille viendo "resacón en las vegas" o algo así, pero si que es muy probable que en una terraza, mientras disfrutas de tu cerveza o cigarro el te pregunte por qué no puede hacerlo.

Si fumar es tan malo y mata, ¿por qué fumas?

Me vais a perdonar, pero si fumáis os habéis ganado la pregunta a pulso, si, lo sé, es complicado y mucho más complicado es darle una respuesta convincente a tus hijos. Puedes aprovechar la ocasión para intentar dejarlo y que ellos te ayuden, créeme pueden ser terriblemente eficaces en ese aspecto, vamos, que ni el KGB en sus buenos tiempos vigilaba con tanta eficacia.

¿Por qué los mayores siempre están mandando y los pequeños tenemos que obedecer?

Vaya, parece que nuestra hija nos ha salido revolucionaria. Mi hijo me lo pregunta cada vez que toca irse a bañar y sí, no es justo, pero alguna ventaja tendría que tener esto de ser padres, ¿no?

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