Ayer hablábamos sobre cómo incidía la situación laboral en el aborto y mostrábamos las cifras que indicaban una cruda realidad, el trabajo influye a la hora de tomar la decisión de abortar.
Hoy leemos otra noticia que nos indigna y que pone claramente en relieve que las mujeres jóvenes que están embarazadas son discriminadas laboralmente. Al parecer, hasta el 25% de las jóvenes que esperan ser madres con edades comprendidas entre los 18 y 25 años son despedidas, es más, el embarazo se perfila como la primera causa de despido o de amenazas por parte de la empresa, el mobbing maternal es un hecho.
Quienes dirigen una empresa deberían replantearse la decisión de despedir a una futura mamá, como bien indica Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina, “El embarazo no debe ser visto como una enfermedad o una lacra sino como una oportunidad de autorrealización por parte de la mujer y de creación de riqueza para la empresa y nuestra sociedad”.
Es lamentable y triste que en la sociedad que nos encontramos donde se prodiga la igualdad y se protege la vida, donde existe un problema preocupante por la baja tasa de natalidad, se den estas situaciones de mobbing maternal. Al parecer nuestra sociedad vive todavía en la época medieval, ya sólo falta que se instaure nuevamente el derecho de pernada.
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