La meditación es una práctica para entrenar la mente que tiene como objetivo lograr la calma y la tranquilidad, y donde la respiración consciente juega un papel fundamental para el conocimiento y el manejo del cuerpo.
Nunca es tarde para enseñar a los niños a practicar meditación. Además, cuando comiencen a practicar los ejercicios de forma regular, lo acabarán interiorizando y aplicando a cualquier situación de su vida cotidiana.
Con ayuda de los expertos de Stelii, marca líder en cuentacuentos, te contamos cuáles son los grandes beneficios que tiene le meditación para los niños y adolescente y cómo iniciarse en su práctica.
La importancia de tomarse tiempo y respirar
Vivimos en una sociedad en donde es fácil dejarse arrastrar por las prisas, la inmediatez y la multitarea. Con frecuencia, los adultos trasladamos este estilo de vida a los niños, sin ser conscientes de cómo esto influye negativamente en su desarrollo.
Por eso, es importante entender cómo nos beneficia tomarnos un ratito al día para conectar con nosotros mismos a través de la respiración. Básicamente, en esto consiste la meditación, una técnica del Mindfulness que podemos enseñar a los niños desde pequeños, tanto en el hogar como en las escuelas.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) se basan en diferentes estudios sobre los beneficios particulares de la meditación en niños y adolescentes para animar a padres y educadores a cultivar esta práctica.
Beneficios de la meditación en niños y adolescentes
1) Favorece la relajación
El primer e inmediato efecto de la meditación en los niños es la relajación. Gracias a la respiración y la concentración en ella, los músculos se relajan y los niños consiguen calmarse. Respirar de forma consciente es la mejor forma de aliviar tensiones ante situaciones de estrés, ansiedad o nervios.
2) Mejora la concentración y el aprendizaje
Los niños, al igual que los adultos, enfocan mejor su atención en lo que están haciendo cuando están calmados. En este sentido, según leemos en esta publicación de la AEP, los estudios han demostrado que practicar meditación ayuda a mejorar la concentración, la memoria de trabajo e incluso el rendimiento académico.
3) Ayuda a la autorregulación emocional y mejora el comportamiento
Es frecuente que los niños se desborden o estallen en rabietas, ya que carecen de las herramientas lingüísticas y mecanismos de afrontamiento para lidiar con sus emociones.
Se ha demostrado que la respiración consciente es una de las técnicas más efectivas para tranquilizar a los niños cuando se enfadan, se sienten tristes o pierden el control. No en vano, las escuelas que incorporan la meditación en sus jornadas escolares reportan un mejor comportamiento entre sus alumnos y mejores relaciones personales.
4) Mejora el patrón de la respiración
La meditación nos ayuda a tomar conciencia de la respiración. Focalizándose en la forma de respirar, los niños se concentran en sentir cómo entra el aire a través de las fosas nasales, llega a sus pulmones, se hincha su abdomen y sale lentamente a través de la exhalación.
Como vimos en este artículo, el correcto control en la función respiratoria también aporta importantes beneficios para la salud física de los niños.
5) Favorece la conciencia corporal
La respiración profunda y consciente también ayuda a tomar conciencia del cuerpo, la postura corporal y las sensaciones internas. Por eso, podemos decir que en conjunto, el ejercicio de respiración consciente resulta ser muy beneficioso para potenciar el propio autoconocimiento.
6) Favorece la conexión con uno mismo y con los demás
Relacionado con el punto anterior, la respiración consciente ayuda a los niños a conectar con su propia esencia y con el aquí y el ahora. Al mismo tiempo, cuando practicamos meditación en familia, estamos compartiendo tiempo de calidad con los hijos, favoreciendo la conexión y disfrutando juntos de una actividad que nos beneficia a todos.
7) Favorece la aceptación de experiencias difíciles
En la web En Familia de la AEPap, también se destaca que la práctica continuada de la meditación en niños favorece una mejor tolerancia de experiencias difíciles y dolorosas mejor experiencias difíciles y dolorosas, tanto físicas como emocionales.
Esto sucede porque durante la meditación, los niños aprenden a aceptar todo tipo de sensaciones que se suceden en su cuerpo, como dolor, picor, pensamientos negativos, emociones desagradables... "Al no oponer resistencia a lo que ocurre, la experiencia dolorosa se desvanece poco a poco", leemos.
8) Mejora el descanso
Practicar meditación antes de dormir ayuda a establecer una rutina que favorece la higiene del sueño, además de propiciar un estado de calma ante situaciones de sobrexcitación que puedan interferir en el descanso.
9) Enseña al niño la importancia del autocuidado
Enseñar a nuestros hijos a dedicarse un rato al día para conectar con uno mismo de forma consciente y plena es una excelente forma de inculcar la importancia del autocuidado diario desde la infancia.
Además, enseñar a los niños a cuidar su cuerpo y su mente mediante el entrenamiento de la atención plena y la respiración ayuda en la construcción de una autoestima positiva, cuya base se encontraría en el autoconocimiento
10) Otros beneficios de la meditación en los adolescentes
Los beneficios que la meditación tiene en los niños también se pueden aplicar a los adolescentes. Así, entre los efectos positivos más destacables en este colectivo estaría alcanzar el estado de calma, el equilibrio emocional, la mejora de la autoestima, la empatía y la mayor aceptación.
Por otro lado, según podemos leer en este artículo de la AAP, trabajar la conciencia plena o mindfulness también ha resultado ser beneficioso para mejorar los síntomas de salud mental entre los jóvenes, así como los procesos de afrontamiento y autorregulación. Asimismo, de acuerdo a un artículo publicado por pediatras de Atención Primaria, el mindfulness en los adolescentes también ayudaría a controlar ciertos problemas de salud.
Cómo iniciar a los niños en la práctica de la meditación
Hay varias formas de iniciarse en la meditación, pero lo importante es comenzar poco a poco, enseñando al niño a través del ejemplo y sin forzarlo. Al principio es normal que los niños se distraigan, hablen durante la meditación, se rían o pierdan el interés. Sin embargo, a base de ser constantes y repetir a diario este ejercicio acabarán interiorizando su práctica.
No obstante, si crees que a tu hijo le resulta difícil permanecer quieto durante unos minutos, en la web Healthy Children (AAP) recomiendan empezar con la meditación basada en movimientos, como el yoga infantil.
Te ofrecemos algunas pautas que pueden ayudarte a iniciar a tus hijos en la meditación:
- Escoged un lugar tranquilo para meditar.
- La postura ideal para meditar es sentado, pero quizá al principio, especialmente si los niños son pequeños, funcione mejor meditar tumbado.
- Los ojos deben permanecer cerrados.
- La respiración es la base fundamental de la meditación. Debemos enseñar a los niños a centrar toda su atención en la respiración, observando cómo entra el aire, llena los pulmones y vuelve a salir. Cada vez que surja algún pensamiento en la mente, le enseñaremos al niño a apartarlo amablemente y volver a centrarse en el proceso de inhalación y exhalación.
- Podemos ayudar a los niños a focalizar su atención en la respiración de diversas formas. Por ejemplo, podemos pedirles que cuenten las respiraciones o pongan su mano en el abdomen y noten cómo se hincha cada vez que respiran. Si están tumbados podemos colocarles un peluche sobre la tripa para que sientan cómo sube y baja con cada respiración.
También podemos echar mano de meditaciones guiadas en forma de audio o vídeo, especialmente planteadas para los niños. Contar con una voz que vaya indicando paso a paso qué hacer, dónde dirigir la atención o cómo conseguir una respiración profunda y consciente, resulta de gran ayuda para iniciarse en esta técnica.
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