Hoy volvemos con una curiosidad sobre una de las golosinas favoritas de los niños, después de haber hablado de las gominolas y el regaliz. Veamos cómo se hace la goma de mascar, el chicle que tantos adeptos tiene entre niños y mayores.
El vídeo nos habla de los orígenes de la goma de mascar, que se remonta a los antiguos griegos, aunque podríamos hablar también de los mayas, y su evolución hasta el proceso de fabricación en la actualidad de esos chicles perfectos para hacer globos.
Se empieza utilizando una base de goma, lo que permite que el chicle sea elástico, y aunque antiguamente se empleaba resina de árboles, en la actualidad se utiliza una resina sintética, elaborada de plástico y caucho. A ea base de goma se le agrega colorante, sabor y se mezcla con jarabe de glucosa. Después se le añade dextrosa, endulzante en polvo.
La masa resultante se comprime hasta formar largas tiras de chicle que más tarde, tras un proceso de enfriamiento, se cortarán para darle el tamaño final y se envolverán. Las máquinas pueden procesar hasta 900 chicles por minuto.
Ahora que sabemos cómo se hacen los chicles, solo nos queda recordar que no es bueno que los niños abusen de la goma de mascar, que será mejor optar por las variedades sin azúcar, y que solo podrán masticar chicle cuando sean lo suficientemente mayores como para no tragárselos.
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