Uno de los primeros alimentos sólidos más recomendados para introducir en la dieta de los bebés y que forma parte ideal de una dieta equilibrada también cuando los pequeños crecen es el jamón cocido. En este alimento encontramos una buena presencia de hierro y un elevado contenido de proteínas, ricas en los aminoácidos imprescindibles para el organismo.
Además, es una carne de baja densidad calórica y bajo contenido en grasas saturadas, por lo que no contribuirá al aumento excesivo de peso, y lo que también aporta son los beneficios del omega 3. En el mercado existen variantes de jamón cocido bajo en sal, que también son recomendables.
En cuanto a si comprarlo envasado o al corte, siempre que exista la segunda opción es más recomendable, ya que eliminamos el exceso de conservantes y otros aditivos que emplean los productos envasados.
También es recomendable eliminar las partes grasas que la loncha de jamón pueda tener. Hemos de tener en cuenta que el jamón curado contiene el triple de sal que el cocido, por lo que su ingesta no es recomendable para los niños más pequeños.
Así que, gracias a todos estos beneficios, el jamón cocido resulta una buena opción, tanto para nuestros hijos como para las mujeres embarazadas, que con esta opción cocida evitan la toxoplasmosis. Incluso, se puede añadir el jamón cocido a deliciosas ensaladas para hacer una rica merienda nutritiva para mamás e hijos.
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