Una vez vemos asomar los primeros dientes de leche, hemos de estar más pendientes de la higiene bucal del niño. Incluso antes de que salgan los dientes podemos limpiar suavemente las encías del bebé, esto hará que se acostumbren a la manipulación y a instaurar el hábito precozmente. Pero, ¿cómo han de cepillarse los dientes los niños?
Lo primero que hemos de decir es que, aunque ellos tomen parte del cepillado, en realidad "la voz cantante" hemos de llevarla los padres: los niños no han de lavarse los dientes solos sino bajo nuestra supervisión y con nuestra ayuda, por lo menos hasta los siete años.
La limpieza bucodental ha de ser al menos dos veces al día, preferiblemente tres (después las comidas más fuertes: desayuno, comida y cena) y haciendo especial hincapié en el cepillado antes de acostarse a dormir por la noche, ya que pasan muchas horas durmiendo y en la boca pueden proliferar bacterias y favorecer la caries.
Hay que utilizar un cepillo dental específico para niños, pequeño y suave, sobre todo cuando empiezan a salir los primeros molares, alrededor de los 18 meses. El cepillo debe presentar un mango recto y largo, una empuñadura gruesa para la mejor manipulación por parte del niño y cerdas suaves con las puntas redondeadas.
La pasta de dientes también ha de ser infantil, con bajo contenido el flúor. Recordemos que la utilización de dentífricos fluorados es el método más recomendado para la prevención de la caries dental.
Entre los seis meses y los dos años, la Academia Europea de Odontología Pediátrica recomienda el cepillado dos veces al día con una pasta de dientes con 500ppm de flúor mientras que a partir de los dos años ya se puede usar una pasta con 1000 ppm. de flúor.
Técnica de cepillado dental para niños
La técnica del cepillado es sencilla para los padres, que se han de colocar de manera que vean bien la boca del niño y que la posición de su cabeza sea estable y cómoda:
Se recomienda limpiar las superficies dentales laterales de molares y premolares (linguales y vestibulares) con movimientos circulares.
Las superficies masticatorias se limpian mejor con movimientos antero-posteriores.
Los dientes incisivos se limpian siguiendo su eje, sin forzar la encía y sin desplazamientos horizontales, tanto en la cara exterior como en la interior.
Se debe limpiar al final, con suavidad, la lengua.
Por último, hay que enjuagarse un par de veces para eliminar restos de comida y de pasta de dientes.
En cualquier caso, es más importante la minuciosidad en el cepillado que el tipo de técnica que empleemos, pues el fin es que no queden restos de comida en la boca. Por ello, podemos empezar nosotros el cepillado, dejar que continúen ellos y finalmente hacer un "repaso" para terminar de cepillarles los dientes nosotros.
Es importante que expliquemos a los niños la técnica del cepillado y la importancia de una buena higiene bucodental. Cuando crecen, se les puede enseñar el uso de la seda dental (o aplicarla con suavidad nosotros si vemos que es necesario en alguna ocasión).
Respecto a los enjuagues bucales, como vimos hace poco, la Asociación Española de Pediatría desaconseja su uso hasta los seis años de edad, ya que antes es complicado lograr que los niños no se traguen parte del colutorio, con el riesgo de fluorosis que ello conlleva.
En conclusión, la técnica del cepillado de dientes para niños no difiere mucho de la de los adultos. Es importante que les ayudemos a limpiar sus dientes y que conozcan una buena higiene bucodental de base, estableciendo hábitos tempranos para continuar con una boca más sana el resto de su vida.
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