El bebé, desde que nace hasta el año, va dando pequeños pasos que avanzan hacia la adquisición del lenguaje, en varias fases. Iremos viendo detalladamente las características de cada una de ellas para terminar dando pautas para poder detectar retrasos en esta área.
Primer semestre
Desde su nacimiento, como hemos visto en temas precedentes, el bebé se esta preparando para hablar. Comienzan con la base de la comunicación, transmitir mensajes sin palabras. Lo hace llorando o gritando, para decirnos que tiene hambre, frio o necesidad de contacto físico, sus necesidades más importantes e imperiosas. Cuando los padres responden a su llamada de manera positiva están alentando la comunicación y dando la base para que el pequeño siga avanzando.
Al comienzo iremos siendo capaces de interpretar lo que cada llamada significa aunque no existan palabras pronunciadas. No importa, desde el nacimiento hasta los tres meses todo su aparato bucal está ejercitándose y haciendo ensayos para poder hablar algún día. Y está aprendiendo, al escucharnos, las palabras y la estructura de nuestro idioma.
Hacia los cuatro meses el niño empieza a saber negarse. El “no” es un descubrimiento importantísimo, que revela la capacidad de decidir y de saber reconocer sus sentimientos o necesidades. También podemos percibir que el bebé ya identifica el tono del discurso, distinguiendo si hacemos una pregunta o una declaración. Atiende cuando escucha música y se gira para vernos cuando hablamos. Nos miran con ansia, queriendo absorver las palabras y poniendo en ello una enorme carga emocional.
Y empieza a balbucear. Es una experiencia maravillosa para él y para vosotros. Comienzan con sílabas simples formadas por una consonante y una vocal, generalmente “b”, “p” y “m” seguidas de la “a” o una “e” abierta. Balbucean a solas y balbucean con nosotros, no paran de jugar con los sonidos, complaciéndose de nuestra alegría y disfrutando del juego también sin necesidad de interlocutor. Papá y mamá ya tienen nombre.
Segundo semestre
Hacia los 7 meses y hasta el año es cuando empezamos a poder entender sus primeros intentos de palabras. Comienzan demostrándonos que reconocen perfectamente las palabras más habituales de su mundo: “agua”, “pañal” o “abuela”. Nos hablan ya con largas frases de sílabas balbuceantes “gagagaga, guta, matati, upup…” sería todo un ejemplo de un pequeño discurso infantil. Parece que ellos todavía no son capaces de decir palabras, pero no es así. Muchas veces, tras esos sonidos inconexos, se esconden la intención de pronunciar una palabra que ya conocen, han interiorizado, pero no saben modular correctamente. Sin embargo, si estamos atentos, pronto reconoceremos que determinadas series de sonidos los usan para referirse siempre al mismo objeto: son las palabras de su lenguaje de aprendizaje, palabras que si guardamos en la memoria luego se convierten en un tesoro.
Me acuerdo bien de los “guiguis”, los “chatchat”, los “muumuuunnn”, los “uhuh”! “ , nuestros canguros, conejos, gatos y perros. O los divertidos “nenes” que además de a los otros bebés se referian tambien a los “cerditos”.
Si vuestro bebé usa siempre la misma palabra inventada para referirse a algo, sea una persona, un objeto o una necesidad, es importante tenerlo en cuenta y recordarlo para mejorar vuestra comunicación y animarlo a seguir esforzándose.
A los 12 meses los niños empiezan a ser capaces de hablar con una o dos palabras reconocibles. Parece increíble que un bebé chiquitito, que llegó al mundo un año antes, sea capaz en un periódo tan breve de tiempo de entender la esencia de la comunicación con el mundo. Desde aquellos primeros lloros a una demostración de avance en conocimientos linguisticos y capacidad de discurso ha dado un salto enorme. Nuestro bebé empieza a hablar y todo será diferente a partir de entonces.
¿Cómo detectar retraso en el desarrollo del lenguaje en los bebés?
Los papás se preguntan como reconocer las señales que nos pueden alertar de un retardo en el desarrollo. Como hemos visto existen algunas fases típicas en las que encuadrar lo que hacen los niños en cada edad. A pesar de que cada niño es diferente estas pautas son bastante generales y pueden servir de orientación.
Si un bebé no responde a los sonidos ni se asusta ante los ruidos fuertes ya debemos estar alerta en el caso del recién nacido. Hacia los tres meses es preocupante si el niño no se gira hacia la fuente del sonido y especialmente hacia la voz de su madre. Hacia los 8 meses se debe uno alertar si el niño no balbucea, no imita sonidos ni usa la voz para llamar nuestra atención.
Cuando unos padres tienen alguna preocupación sobre el desarrollo de las fases de adquisición del lenguaje de su bebé es indispensable consultar con el pediatra pues identificar a tiempo los potenciales problemas ayuda no sólo a lograr una rápida intervención, sino también a prevenir dificultades sociales como serían las relaciones con los demás y las habilidades académicas.
En Bebés y más | Sus primeras palabras antes de las palabras, ¿Cómo comunicarnos mejor con el bebé?