"Mi hijo es hiperactivo": cuando buscamos solución médica a nuestra incapacidad

"Mi hijo es hiperactivo": cuando buscamos solución médica a nuestra incapacidad
10 comentarios

Muchas veces me pregunto cómo es posible el aumento de las cifras de diagnósticos de niños con problemas de hiperactividad y otros trastornos de conducta.

Muchos y complejos factores contribuyen a este incremento, pero sin duda uno es responsabilidad de los padres que dicen “Mi hijo es hiperactivo” y buscan una solución médica a la conducta de sus hijos, cuando verdaderamente no estamos ante un problema que necesite tratamiento médico.

Realmente no es rara la semana que escuche de niños (incluso, ¡de bebés!, en alguna ocasión), “Es que es hiperactivo” o “Creo que tiene hiperactividad”, afirmaciones frecuentemente acompañadas por “No puedo con él”, “No para ni un momento”, “Me está volviendo loco”...

No significa que todos esos padres vayan a llevar a sus hijos al médico, ni que todos los que vayan sean diagnosticados como tal, pero algunos sí lo harán más adelante.

La hiperactividad y trastorno de déficit de atención (TDAH) es el trastorno neurológico infantil más común. Las variables para estimar las tasas de prevalencia tienen que ver con los criterios de diagnóstico, pero también con la población que acude al médico para ser evaluada.

Según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, una gran variedad de trastornos pueden confundirse con el TDAH, hasta en cerca de dos terceras partes de los niños remitidos a consulta porque se piensa que son hiperactivos.

La hiperactividad se confunde con otros trastornos

Pero, ¿con qué confundimos los padres esa supuesta hiperactividad, mucha de la cual acabará con tratamientos innecesarios?

Entre esa variedad de trastornos destaca que entre un 20% y un 30% de los niños tengan trastornos afectivos y de ansiedad. Los trastornos afectivos se gestan en el lugar de donde ha de llegarnos el afecto, principalmente nuestra casa, nuestra familia, nuestros padres.

Resulta preocupante, no ya que los comportamientos habituales de niños pequeños quieran confundirse con síntomas de una enfermedad, sino que tan a menudo haya otros problemas “de fondo” que se gestan en el seno familiar y que derivan de una falta de afectividad o de dedicación.

Esas carencias, como el pez que se muerde la cola, hacen que se intensifiquen los comportamientos que se confundencon TDAH, haciendo creer que no tenemos ninguna responsabilidad en ello como padres, que es culpa de los niños, que hay un problema médico que necesita ser tratado.

Por lo tanto, antes de decir tan a la ligera que “Mi hijo es hiperactivo” deberíamos plantearnos estas dos cuestiones: ¿No se trata de un comportamiento “normal”? ¿No tengo, como padre, alguna responsabilidad en este comportamiento?

¿Mi hijo no se comporta “normalmente”?

Si la hiperactividad se caracterizara por la aparición de puntos verdes en la cara seguramente no estaríamos reflexionando sobre este tema.

Pero los síntomas del TDAH no son muy diferentes de cualquier niño “normal”, y quienes tenemos hijos de más de dos años nos damos cuenta enseguida: son niños de fáciles rabietas, buscan constantemente la atención, no parecen tener noción de peligro, cuentan con una curiosidad insaciable y excesiva actividad motora, se muestran impulsivos, desobedientes o desafiantes.

Por ello a la hora de distinguir entre un niño con el trastorno y otro sin él, es importante tener en cuenta la cantidad e intensidad de los síntomas y su permanencia en el tiempo y en diferentes situaciones.

Querer englobar a todos los niños en la misma supesta “normalidad” no es posible, y si el hijo de mi vecino es un ejemplo de tranquilidad y es capaz de aguantar toda la comida sin levantarse de la mesa, no puedo pretender que mi hijo también lo sea porque “es lo que toca”. Cada niño es un mundo, tanto en su comportamiento como en su evolución.

En saber apreciar y entender su diversidad, en acompañarlos en su crecimiento ayudándoles a desarrollarse como personas sin intentar cambiarles sino intentado que evolucionen y maduren sanamente, ahí radica la labor que deberíamos adjudicarnos como padres.

El hecho de clasificar a nuestro hijo con un término médico para intentar “organizarnos” o introducirlo en un orden “normal” no creo que sea beneficioso, pues el pequeño se acostumbra a oirlo y se encasilla él mismo, reproduciendo las palabras de sus padres.

Si ya es raro escuchar a los padres afirmando que sus hijos son hiperactivos cuando los ves jugando junto a tu hija y no aprecias nada fuera de lo común, más raro y triste me resuta que un niño de tres años te diga “Es que soy hiperactivo”. Pero todavía es peor que un niño se diagnostique y se medique innecesariamente.

También hay niños hiperactivos reales. Por supuesto, los verdaderos casos de hiperactividad necesitan un diagnóstico certero y tratamiento, aunque no siempre los criterios de diagnóstico estén consensuados, y se siga investigando sin descanso en la mejora del tratamiento y en adecuar la medicación a cada caso particular y buscar soluciones alternativas para emplear los fármacos sólo en los casos graves.

Pero aquí hablamos de niños que tal vez hace unos años o con la implicación paterna nunca se hubieran llamado “hiperactivos” ni medicados como tal.

¿Tenemos los padres algo que ver en la supuesta hiperactividad?

Si no les dedicamos el tiempo que nuestros hijos requieren, si contribuimos al desapego familiar, si no les prestamos atención, probablemente estaremos facilitando que el comportamiento de nuestros hijos sea “anormal”.

Pero no son hiperactivos, sino que se sienten solos, sin vigilancia, y están reclamando nuestra atención. Se trata de la acentuación de un comportamiento habitual en la mayoría de los niños (el ser “movidos”, el tener rabietas…), pero no de una verdadera hiperactividad.

Las causas de la hiperactividad “verdadera” son complejas y desconocidas en gran medida, aunque se sabe que en ellas intervienen factores biológicos y psicosociales que propician irregularidades en la producción y función de los neurotransmisores. Se requiere un estudio pormenorizado e individual de cada caso para hacer el diagnóstico correcto y tratarlo debidamente.

La falta de tiempo, de paciencia y la relegación de responsabilidades educativas debida a otras obligaciones hace que muchas veces el comportamiento de un niño que hace décadas era simplemente revoltoso, movido, inquieto, hoy quiera ser diagnosticado y tratado para evitarse “el problema”. Delegar nuestras responsabilidades como padres en otros.

No se trata de un fenómeno aislado, porque a la tendencia de “echar las culpas al otro” se suma una medicalización generalizada de nuestra vida, de la sociedad, que muchas veces ve enfermedad donde no la hay.

En definitiva, se trata de una búsqueda de solución médica a nuestra incapacidad como padres, a nuestro agotamiento y falta de recursos. Pero antes de mandar a nuestro hijo a la consulta deberíamos reflexionar sobre todo esto y preguntarnos “¿Realmente mi hijo es hiperactivo?”.

Más información | Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad
En Bebés y más |Cómo saber si tu hijo es hiperactivo, Necesario realizar a tiempo una detección precoz de la hiperactividad y el déficit de atención, La mitad de los niños hiperactivos seguirán siéndolo de adultos

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Comentarios cerrados
    • Hola! Sofiaymiguel, en primer lugar gracias por dejarnos tu comentario, me es muy grato saber la experiencia directa de una madre con un hijo diagnosticado de hiperactividad y saber q lo lleva con esa comprensión y acompañamiento.

      Creo q ha habido un malentendido, si repasa el artículo precisamente digo q la falta de tiempo y desatención podría provocar un comportamiento más revoltoso de lo habitual, pero eso no es hiperactividad. Como digo, en la hiperactividad "verdadera" influyen muchos factores, y aún desconocidos en buena parte.

      Pero resumo lo q quería explicar con una cita del mismo post, sé q a veces escribo mucho y se nos saltan los párrafos:

      "La falta de tiempo, de paciencia y la relegación de responsabilidades educativas debida a otras obligaciones hace que muchas veces el comportamiento de un niño que hace décadas era simplemente revoltoso, movido, inquieto, hoy quiera ser diagnosticado y tratado para evitarse “el problema”.

      Eso es lo q he llamado "hiperactivos a la ligera", una falsa hiperactividad, los padres q dicen sin pensarlo demasiado q sus hijos son hiperactivos cuando en realidad no es así, hasta q un diagnóstico médico diga lo contrario.

      Espero haberme explicado un poco mejor, pues en ningún caso quería decir q la hiperactividad sea debida a esos factores de falta de atención.

      Por otro lado, felicidades por intentar q la pequeña siga adelante en su vida diaria sin medicación, creo q es importante y sólo debería darse a los diagnósticos más graves.

      Un saludo!

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    • Avatar de eva_paris Respondiendo a Eva Paris

      Gracias, ahora si que se entiende perfecto. Siento no haber entendido tus palabras al leer por primera vez el post. Seguimos con Sofía sin medicación y va muchísimo mejor. También a veces es un tema de madurez. Un abrazo,

    • Me ha gustado mucho, sobre todo el tema del abuso de la medicacion

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    • Avatar de esther71 Respondiendo a esther71

      Muchas gracias, Esther.

      Saludos!

    • No estoy muy de acuerdo. No creo que se pueda generalizar que el hecho de que existan más niños con problemas de hiperactividad o relacionados con el comportamiento sean debidos a una falta de atención y tiempo de dedicación por parte de los padres.

      En mi caso tengo una hija de 6 años (cumple 7 este año) que recientemente han diagnosticado con un TDAH sin repercusión.

      Os puedo decir que siempre le he dedicado todo mi tiempo. Es mi primera hija y sin duda ha sido la más afortunada porque siempre tuve más disponibilidad de tiempo y afecto para ella. De hecho me preguntaba si el hecho de dedicarle tanta atención habría podido sobreestimularla, y nunca lo consideré como un problema que fuese tan movida de pequeñita. Ahora si que encuentro que puede resultarle un problema porque tiene que ir asumiendo nuevas responsabilidades con la edad y claro... le cuesta.

      Por ejemplo no puede estar sentada quieta escuchando en clase, o comiendo en casa o en el cole... y le puede afectar a su aprendizaje y sus relaciones.

      Son niños que necesitan estar más encima de ellos y además mucho cariño y marcarles unas pautas para que vayan adaptándose a lo que todos consideramos que debe ser "su comportamiento". Por el momento me niego a darle ningún tipo de tratamiento y todos estamos ayudando en casa y ofreciéndole como siempre todo nuestro apoyo y nuestro amor.

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    • Avatar de sofiaymiguel Respondiendo a sofiaymiguel

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    • Avatar de sofiaymiguel Respondiendo a sofiaymiguel

      me encantaria saber como supieron que tu hija era hiperactiva...sabes mi hijo es igual.. le cuesta quedarse quieto en la mesa... tiene un temblor en la pierna..no para... no puede parar de hablar... mi esposo dice que es de conducta pero yo lo dudo... a demas juega miy inquieto... como si no pudiese seguir las reglas... me preocupo mucho... tiene 5 anos y medio

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    • Avatar de andreasimona Respondiendo a andreasimona

      Todos los niños deben ser movidos en principio para mí nunca ha sido un problema. Hay que intentar establecerles normas básicas de conducta poco a poco y sin forzar. Por ejemplo en la mesa, "estate quieto cariño" si consigues hoy comer sin levantarte te doy un premio (en mi caso son caras sonrientes, si consigue 5 le damos una recompensa, por ejemplo pegatinas o lapices de colores). Yo dejé transcurrir el tiempo hasta este año (con seis)pero porque le ha empezado a afectar a su vida normal (en el cole y con su relación con sus compis). A veces creo que o no damos importancia o le damos demasiado, no tenemos término medio. Desde luego es un tema a tratar, pero no te obsesiones, es mi consejo, debes ser supercariñosa con él, e intentar no perder los nervios (aunque con estos niños a veces resulta muy difícil no hacerlo). Ya verás como todo se va solucionando. Pide hora a tu pediatra y el te guiará. Nosotros fuimos a un psicólogo y a un neurólogo y es el que nos hizo el diagnóstico. Ahora sólo nos queda seguir sus consejos, tener paciencia y dedicarle todo nuestro tiempo y amor. Y la verdad es que en eso estamos. Poco a poco iremos notando la diferencia estoy segura. Ánimo y no desesperes, son niños muy inteligentes desde mi punto de vista por encima de lo normal y muy cariñosos, y eso es para sentirse muy orgullosa. Un beso,

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    • Avatar de sofiaymiguel Respondiendo a sofiaymiguel

      Gracias de nuevo por dejarnos tu experiencia, creo q lo spadres q se encuentran con dudas lo agradecerán, y es muy importante recalcar lo del acompañamiento, la comprensión y la paciencia.

      Un saludo.

    • Avatar de sofiaymiguel Respondiendo a sofiaymiguel

      Hola Sofia y miguel, bueno, creo que es complejo, entran en juego muchos aspectos del entorno del niño, persona. Como por ej. el que en su entorno haya orden, que las decisiones se tomen con sentido común y que haya capacidad para hacerle entender, en la medida de lo posible, el porque de lo que se hace, y que es lo conveniente. Sobretodo que los padres tengan claro porque hacen una cosa y no otra. Casi todos lo niños aprenden jugando, algunos necesitan mas el juego que otros, algunas personas son mas tranquilas, mas calmas, otras menos, otras mas ansiosas, otras mas rapidas. A veces lo que se pretendes es que se hiciera un standar de niños. Pero me parece que todo no es igual, y seríamos muy ingenuos si pretendieramos que todos sean muy parecidos. Tambien seríamos muy ingenuos si no quisiesemos aceptar el mal que hay en el mundo, si no quisiesemos aceptar que hay libre eleccion para hacer las cosas de una forma u otra. Lo que dice Eva Paris, en gran medida me parece asertado. Un maestro no puede dedicarse a todos los alumnos como quisiera, hay muchos, mas de los que puede controlar, y entonces se ve obligado a presionar a los padres para que lo envíen educado de un modo que le permita impartir la enseñanza que se ha propuesto sin tener que cambiar mucho el programa para adaptarlo a la realidad. Pero tampoco es algo fijo, sin discución, que el sistema educativo sea el ideal, que la sociedad vaya por un camino ideal, que no se deba cuestionar. A mi hijo le dieron anfetaminas, y yo ni lo sabía. Su madre lo decició sin consultarme. Tampoco creo que debiesemos partir de que eso es lo ideal. Creo que es complejo, entran en juego muchos asuntos que se relacionan. Saludos

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