Sabemos que la educación musical mejora la capacidad cerebral de los niños. Sabemos que la música se utiliza incluso como terapia para ayudar a los niños con discapacidad a mejorar. Lo sabemos nosotros y lo saben los países que se preocupan por la educación de sus menores, en que la mayoría de niños crecen sabiendo tocar uno o más instrumentos.
Los que no lo saben, o no se quieren enterar, son las personas que dejamos que nos gobiernen, que no hacen más que meter mano en los proyectos de educación de nuestros hijos cometiendo atrocidades tan grandes como que con la LOMCE la asignatura de música queda casi en el olvido.
Y es que las asignaturas serán redistribuidas de manera que habrá asignaturas troncales que se impartirán en todos los cursos de primaria, que son Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales, Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas y Primera Lengua Extranjera, habrá asignaturas específicas que también se impartirán en todos los cursos de primaria, que son Educación Física y Religión, o Valores Sociales y Cívicos, a elección de los padres, madres o tutores legales y habrá al menos una asignatura más que deberá escoger cada comunidad autónoma o incluso cada centro docente, de entre las siguientes: Educación Artística (música y/o plástica), Segunda Lengua Extranjera, Religión, sólo si los padres, madres o tutores legales no la han escogido en la elección indicada en las asignaturas específicas y Valores Sociales y Cívicos, de nuevo, sólo si no se ha escogido antes.
Dicho de otro modo, la asignatura de Música queda a elección de las comunidades autónomas y los centros y de ese modo tanto puede impartirse como no, al quedar relegada a opcional.
¿Es la música opcional?
Lo bueno que tiene la música es que es difícilmente explicable. Todos sabemos que la música es otro lenguaje, una suma de notas y tonos que crean una armonía, una suma de instrumentos que se juntan para crear un compendio de sonidos que juntos pueden crear algo mucho más grande.
La música puede emocionar, puede hacernos llorar, puede ayudarnos a relajarnos, a excitarnos, a acelerarnos. Hay gente que la usa para correr, como estimulante. Hay gente que la usa para concentrarse, cuando quiere hacer algo que requiere su atención. Hay quien la usa para dormir. Hay..., y así podría estar horas.
Y luego está tocar un instrumento. No sé si tocáis algún instrumento, yo sí. Toco la guitarra y la batería. Hasta tuve un grupo de música en mis tiempos mozos. Ahora no lo hago mucho, pero coger la guitarra y cantar unas canciones tiene un efecto revitalizante que sólo puedo comparar con salir a correr o con irme un día a la montaña... después de todo ello, la mente está como nueva, te sientes de nuevo vivo y libre.
Pero no, el gobierno no quiere que nuestros hijos puedan saber nada de eso que amansa a las fieras, nada de eso que son instrumentos, nada de eso que se llama cultura. Lamentable, de verdad, no sé si reír o llorar.
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