El periodo de adaptación de Aran: ¿te lo dejo contento o llorando?

El periodo de adaptación de Aran: ¿te lo dejo contento o llorando?
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El tiempo pasa volando y mi pequeño Aran, el que nació pesando dos kilitos pelados ahora hace 3 años y medio ha empezado estos días el colegio. Cuando fuimos con Jon, de ahora seis años, al colegio por primera vez, pensamos que lo llevaría mal, que lloraría mucho, que no aceptaría la separación y nos demostró cuán equivocados estábamos al llorar sólo el primer día al salir.

Ahora que íbamos con Aran, que tiene un carácter más extrovertido, pensábamos que no lloraría, que iría genial, y también él nos demostró lo equivocados que estábamos al llorar los primeros días a la hora de entrar en el colegio. Esto hizo que tuviéramos que esforzarnos (ahora os diré cómo) para conseguir que se quedara contento, esfuerzos que han querido limitar un poco en el colegio, pero que me ha llevado a preguntarme: “¿Te lo dejo contento o llorando?

Tres días de adaptación

El periodo de adaptación ha consistido en ir tres días durante una hora y media. El primer día entró bien, contento, como la mayoría. Salió a la hora y media llorando porque en un momento nos necesitó y, viendo que no estábamos, nos llamó sin éxito.

El segundo día también entró bien y salió también bien, haciéndonos pensar que la adaptación estaba siendo un éxito. Sin embargo, el tercer día dijo que “esto de ir al cole ya no me hace tanta gracia” y al querer dejarlo empezó a llorar. No era un llorar con todo el cuerpo, de ese tipo rabieta, sino un llorar compungido, de ese de “lloro sin moverme”, lágrimas que brotaban de pena, quieto él, en la misma posición que lo había dejado, mirando a la pared, y no pude dejarlo así. No quise dejarlo así.

Muchos padres se fueron. Muchos dejaron a los niños “ahí te las apañes”, pero yo no fui capaz de hacerle eso a mi hijo (padre blando, suele ser la definición), así que nos quedamos en el aula el profesor, unos nueve niños contando con mi hijo y yo. Lloraban tres o cuatro de manera más o menos desconsolada y él hacía intentos no demasiado fructuosos de calmarles con juegos. Yo hacía lo mismo con el mío, cogiendo juguetes e inventando historias.

Pronto empezaron a acercarse niños para escuchar mi historia y por un momento me sentí mal. El profesor había decidido que escribir en la pizarra los nombres de los niños era un buen modo de calmarlos y ellos, al parecer, decidieron que lo que hacía ese papá con los juguetes parecía más interesante.

Estuve unos minutos más hasta que pude dejar a mi hijo más tranquilo y finalmente me despedí con un “en un rato estamos aquí contigo otra vez”. Lloró un poco al irme, pero se quedó mejor que muchos niños que aún lloraban.

Tras el fin de semana, vuelta a la carga

Entonces llegó el fin de semana, que cortó un poco la historia, y después llegó el lunes. Entré de nuevo con él en clase y aparecieron de nuevo las lágrimas, esas que te parten el corazón, esas que te hacen irte a casa pensando “¿Qué sentido tiene que un niño vaya llorando al lugar donde se supone que tiene que crecer como persona?”, esas que te hacen decir que “el colegio tendría que empezar a los ocho años”.

Ese día se acercó la TEI (Técnico en Educación Infantil) y me echó una mano, calmando a Aran, quedando en que harían un dibujo y abrazándole. Luego al mediodía nos indicó que había pasado la mañana muy bien.

El martes sucedió algo parecido, pero enseguida encontré en un parking con coches a mi aliado. Logré que le interesara el tema y se quedó jugando con los coches, pudiéndome ir antes de la clase.

Entonces llegó el miércoles, había que inventar algo nuevo porque no era plan de tirar de coches y juguetes todos los días y entré de nuevo con él en la clase (como Pedro por su casa y sin que muchos padres más lo hicieran) esta vez con el aviso previo de “me parece que te están esperando”. Le dije que me parecía, antes de entrar, que los niños estaban ya buscándole. Entonces entré con él, casi como Torrente al entrar al bar cargado de billetes diciendo “¡Que empiece la fiesta, que Torrente ha llegado!”, anunciando a los niños con emoción que Aran había llegado, que ya estaba aquí y que ya podían jugar con él.

Los niños me miraban con cara de “de qué habla este flipao…”, pero yo seguí y Aran sonreía, se sentía especial, importante y dispuesto a jugar con los niños. Algunos se acercaron y empezaron a jugar con él. Fue cosa de uno o dos minutos, me despedí de él, le hice gesto de OK al profesor y entonces me pidió que “mañana lo dejas en la puerta y ya está, ¿vale?”.

“¿Te lo dejo contento o llorando?”

Me chocó un poco el comentario porque yo había conseguido, varios días, que mi hijo se quedara contento y que, de rebote, se quedara jugando con otros niños que dejaban de llorar al sumarse a nuestra fiesta particular. Entonces me pregunté que qué problema había en que entrara, si con ello le dejaba al niño tranquilo.

Si yo fuera profesor y los padres consiguieran, en cinco minutos, dejarme a todos los niños tranquilos, les besaría los pies. Aunque por otra parte entiendo que hace ya una semana que Aran va al cole, que cada día va mejor y que de igual modo que los niños se están adaptando al espacio y al profesor, él también se está adaptando a ellos y ya los conoce mejor.

Ayer jueves le hice caso, me despedí en la puerta. No hizo falta que entrara porque ya iba más tranquilo. De hecho, el miércoles por la tarde me dijo que “yo ya no lloro, porque ya no me da miedo el cole”. Me alegré por él. Mal lo habría pasado si siguiera llorando y yo no pudiera entrar, pero por suerte no fue así.

En cualquier caso, tengo que dar las gracias al profesor por haberme permitido la licencia de “colarme” cada día en la clase con mi hijo y trabajar la despedida. Ahora él va contento y yo estoy mucho más tranquilo. Otro profesor (o profesora) no me habría dejado entrar ni el primer día, así que, aunque es triste decirlo así, soy un privilegiado por haber hecho una adaptación de una semana, entrando unos minutos cada mañana con mi hijo.

Digo triste, porque repito, si yo fuera profesor (a veces ganas me dan de estudiar la carrera para ejercer), en mi clase serían bienvenidos los padres y madres hasta que quisieran irse. Cada niño tiene su ritmo, tienen sólo tres años de vida (vamos, que hace tres años ni siquiera existían) y no podemos pretender que crezcan en dos días de golpe y vean el colegio como algo positivo cuando ellos preferirían tener mucha más libertad, libertad que seguramente necesitan más que muchas de las cosas que en el colegio pueden aprender.

En Bebés y más | ¿Preparados? Empezamos el cole “de mayores”, Síndrome postvacacional: niños apáticos al volver al colegio, Cinco consejos para ayudar a los niños en la adaptación a la guardería

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    • interesante

      Te entiendo perfectamente....y me alegro que todo haya ido bien. No ha sido nuestro caso, que sólo fuimos dos días. El primero entré sin pedir permiso y el segundo me dijo la maestra que ya no podía entrar más...todo lo contento que iba él y todo lo triste que subió hacia la clase (ni te digo cómo salió). En fin, que le dije a la maestra que teníamos que hablar pero no me llamó y yo no pude dar con ella sin niños (no me voy a poner a discutir con ella en el pasillo ni con los peques delante). Pero habíamos decidido que hasta tener esa conversación, no volvíamos al cole.

      Al final, ayer pude reunirme con la jefa de estudios (que por cierto, ella es de infantil) y le hablé justamente de todo lo que tú comentas: ¿Por qué vamos a dejar a los niños llorando o sufriendo si con la presencia de los padres se podría solucionar?

      La respuesta fue algo así como que si entramos luego necesitan una segunda adaptación (que no, mujer, que no has entendido nada, que se trata de estar con ellos e ir dejándolos solos progresivamente y según las necesidades de cada niño); que aunque estemos nosotros con los niños, lo pasan mal igualmente, que qué me asegura a mi que por estar allí él está bien (nooooo, ya sé que no va a estar como una rosa porque el sitio es nuevo, pero con mamá al lado, es más facil coger confianza); que con mamá no se comportan igual y lloriquean más por tonterías (pues mira que el día que estuve con él no hubo ni un intento de llanto) que entonces podría llegar a tener a 20 mamás en el aula y eso es inconcebible porque no se sentiría cómoda (pues sí, 20 mamás/papás en el aula es lo que se hace en muchos países en los periodos de adaptación y en algunos colegios españoles, por cierto, que encontré un proyecto de un cole de granada muy interesante); que ellas no dejan sufrir a los niños, que si lloran demasiado o están muy apartados durante un tiempo razonable pues nos llaman (sí, pero el daño está hecho y se podria haber evitado, que es importante entrar con buen pie al cole!) y por último, que todas las reacciones como dormir mal o llorar en el momento de la separación, son muy normales porque es una situación que les asusta (¿ves que me estás dando la razón, que se asustan y se estresan y se puede evitar?) Ah! Y que no me podía prestar a su juego (el del niño) de decirme que no quería ir al cole...pues mira, justamente a ese "juego" sí que me presto, porque se nota cuando es de "mentirilla o mimosería", cuando de enfado y cuando de miedo!

      Mi percepción de la situación es que a muchos padres les "duele" que sus hijos se queden llorando pero piensan que es inevitable, no conocen otros modelos de adaptacion, y otros muchos creen que es un llanto-chantaje, si es que eso existe. No se ponen en el lugar de los niños, que se enfrentan a una situación nueva sin la persona que les da más seguridad a su lado. Y por parte de muchos profesores, que no digo que sean todos, se sienten tan incómodos con los padres que ni valoran la posibilidad de tenerlos en clase como aliados...es que, como siempre se ha hecho así y nunca ha pasado nada! Y aquí yo vuelvo a poner tu pregunta: ¿de verdad prefieres que te deje al niño llorando si te lo puedo dejar contento?

      Creo que tenemos que aprender a trabajar en equipo y no vernos como enemigos, porque al fin y al cabo, tanto padres como profesores tenemos un fin común: los niños y su bienestar.

      Saludos y enhorabuena por haber conseguido una buena adaptación!

      P.D. Nosotros, aunque al final me ofreció la posibilidad de entrar unos minutos dos o tres días, ya hemos decidido que este año no hay cole. Primero porque yo sé que con el paso atrás que dimos el día que entró solo ahora le iba a costar más coger confianza (con unos minutos un par de días creo que ni se suelta de mi pierna por voluntad propia) y segundo porque desde que no hablamos del cole se le ve más feliz y vuelve a dormir del tirón. Será que no es su momento y ya el año que viene volveremos a probar.

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    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia

      Una pena Silvia que no recapaciten sobre esto. Queda aún mucho camino por recorrer en términos de educación.

      Ayer hablaba sobre los castigos con médicos, pediatras y enfermeras, ofreciendo mi visión, y todos callaban por respeto, o sea, porque todos pensaban diferente a mí o porque ellos sí castigan o han castigado a sus hijos para educarles. Me sentí un poco solo, pero al menos mostré cuál era mi opinión.

      Miento, una compañera sí dijo algo "¿no los has castigado nunca?, pues ya puedes empezar a hacerlo, no vaya estar el niño todo el día haciendo lo que quiera"... que lo dijo en tono de humor, pero bajo la premisa que dice que "toda broma lleva entre líneas una verdad".

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    • ¿Y no se dan cuenta de que esa libertad que tienen tus hijos y ese respeto que les muestras hacen percisamente que sean personitas más equilibradas? El que está siempre reprimido y le dicen que NO a todo, en cuanto lo "sueltan" un poco se desboca...simplemente porque no está acostumbrado. Como el que nunca ve el Sol y cuando viene de vacaciones se achicharra porque lo quiere aprovechar al máximo.

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    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia

      No Silvia, no se dan cuenta. Te doy toda la razón, pero para dártela (dármela) hay que ver la lógica en educar sin castigos, y la gente no ve esa lógica porque creen que los niños son como los perros, animales que deben domesticarse para que no sean salvajes.

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    • Los perros no deben domesticarse para que no sean salvajes, son mansos y domésticos por su propia naturaleza. Otra cosa es el adiestramiento, pero es para que sepan obedecer más órdenes, no porque estén salvajes.

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    • Avatar de galaelvisyuyi Respondiendo a galaelvisyuyi

      Cambia perro por animal salvaje.

    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia

      Qué desesperante cuando alguien trata de razonar sin usar la lógica (no lo digo por tí, sino por la jefa de estudios). Has tomado una decisión muy valiente, ahora seguro que muchos se echan las manos a la cabeza por tener al niño sin escolarizar. Pero como no es obligatorio hasta los seis años, la decisión es tuya. Lo malo es que el año que viene no haya plazas en ese colegio (es malo si es un colegio que te gusta mucho, si no, da igual). Pero es un mal menor.Si no hay plazas en ese, habrá en otro.

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    • Avatar de 20588 Respondiendo a 20588
      interesante

      Pues sí, es desesperante, pero da igual, lo he intentado tanto por mi hijo como por los demás niños a los que les cuesta más...ojalá sirviera de reflexión!

      Por la plaza no hay problema, sólo hay dos coles en el pueblo, públicos los dos y muy parecidos aunque el otro es algo más estricto con temas como el uniforme, pero si no es uno, pues será el otro! Es que tampoco es que tenga mucho para elegir...es lo que tienen las islas menores.

      Los amigos más cercanos no nos entienden y ya pasamos olímpicamente de dar explicaciones. La familia, aunque nos queda lejos, nos apoya al 100% y eso se agradece. Y lo más importante es que nosotros 3 (papá, mamá e hijo) estamos totalmente de acuerdo :))

    • interesante

      Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Me parece una pena que los profesores no quieran contar con la ayuda de los padres a la hora de superar una etapa tan traumática para los niños como es la integración en el colegio, que incluye la separación de sus padres en un entorno totalmente nuevo (y aterrador).

      El colegio recuerda un poco a un hospital: todos tienen claro su papel, todo funciona bien, pero nadie te cuenta absolutamente nada.

      A mi por suerte no me ha tocado luchar con lloros y negativas, Nikita desde el primer día se ha quedado tranquila y sin problemas, y eso que solo tiene 2 años y 9 meses (cumple los 3 en diciembre, es de los más pequeños de la clase).

    • Lo que es lamentable del asunto es que esta sociedad nos haga escolarizar a los niños tan pequeños cuando es más que sabido que a los tres años no están preparados mentalmente para estar tanto tiempo separados de sus padres y cuidadores habituales. En Finlandia por ejemplo, país con los mejores resultados académicos del mundo no empiezan la escolarización hasta los 7 años, evidentemente propiciado por ayudas y un plan verdadero de conciliación de la vida familiar y laboral.

      Otra cosa que me alarma es el secretismo y la barrera que ponen los colegios y guarderías con el que trabajan. Algunos no te dejan ni entrar al recinto y sólo interactuan contigo mediante notas o la reunión de padres de una vez al año. ¿Porqué? Y más hoy en día dónde hay una corriente cada vez mayor (espero) de padres y madres que quieren implicarse de verdad en la educación de su hijo, no sólo aparcarlos durante horas.

      Cada día estoy más convencida de que el modelo académico español convencional (y prácticamente todo el occidental) está equivocado y desfasado. Cada día me planteo más en serio algún modelo alternativo.

    • Ya me tocará...pero es normal que ningún niño hasta que se adapte no quiera ir al cole. En casa lo tiene todo, amor. Al dejarlo en un sitio nuevo, desconocido, se encuentra desorientado. Somos animales de costumbre. Pero muy bueno de tu parte haberle mostrado a tu hijo como que en la escuela todos le estaban esperando, que no pasaba nada. Me alegro que todo haya ido bien con el paso del tiempo, es cuestión de tiempo y adaptarse.

    • igual de empatico que es armando con sus hijos y seguro con sus personas queridas lo es con el profesor. y en vez de criticarle, le das las gracias por q te ha dejado entrar. no se en q tono te dijo q al dia siguiente lo dejaras en la puerta, pero en su descargo (del profesor) decir que choca tu interes por tu hijo al interés de él con el conjunto entero de la clase, otro niño le puede sentar mal q no esté su padre... Tb aflora la teoria de la perdida de autoridad del profesor (el 99% d los profesores piensan que ellos son la autoridad ante los niños), y cuando ven otra persona que consigue lo que ellos deberian haber hecho, salta su ego.

      en fin, situación dificil donde es casi imposible compaginar las necesidades emocionales de la familia y el niño con esta m... d sociedad... por no hablar de los q lo tienen q hacer a los 4 meses.

    • Armando, me has tocado la fibra sensible. Hoy estoy que trino. Martín se ha adaptado al cole más o menos bien, el primer día nosotros fuimos también los últimos padres en irnos y él llorando muchísimo, la profesora sujetándole, muy fuerte. Segundo y tercero también y ya desde el cuarto contento. La siguiente semana cual no sería mi sorpresa cuando al llegar a la puerta del cole, nos anuncian que no podemos pasar los padres, que ya los niños yo solos. Yo estaba alucinada: ¿Que suban las escaleras solos, que tuerzan ellos por el pasillo correcto y lleguen hasta sus clases? Sin embargo, para mi asombro, Martín subió tan feliz, me dijo adiós con la manita y siguió a la avalancha de niños como si lo hubiera hecho siempre.

      Pero hoy ha sido un día especial, hemos ido al médico y hemos llegado una hora tarde, de manera que he entrado por otra puerta diferente, a sabiendas de que la de peques ya estaría cerrada. Pensando en acompañarle, cruzar tres palabras con la profe para explicarle el retraso y conseguir ponerle el baby que con el lío del médico no quería ponérselo.

      Ilusa de mí. Cuando pregunto a los conserjes qué camino tomar, me dicen que no puedo pasar, que se llevan ellos al niño y que escriba una nota. Perpleja contesto que cómo no voy a poder pasar. Me insisten en que no, no se puede. Martín empieza a ponerse nervioso, no conoce a esas personas ni quiere irse con ellos, ni reconoce este como su cole. Y empieza a llorar a saco. Y yo me veo a mí misma escribiendo la puñetera nota, diciéndole a mi niño que no podía pasar y permitiendo que se lo lleve el conserje a la fuerza... Buf, es que se me parte el alma de recordarlo.

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Jo, qué duro... no sabes cuánto odio esos momentos en que transforman un colegio en una cárcel llena de secretismos, como si allí dentro hicieran experimentos con los niños o algo así.

    • Me ha encantado lo de anunciar con emoción que Aran ya había llegado y que ya podían jugar todos los niños con él. Tomo nota para cuando nos toque a nosotros. Menos mal que mi hijo nació en enero, porque así tendrá más de tres años y medio cuando empiece el cole. Espero que ese día tarde mucho en llegar.

    • Yo pensé que mi hijo lloraría todos los días como en la guardería que ibe un par de días y unas dos horas solamente y al finas deje de llevarlo, pero para mi sorpresa en el colegio, entra solo muy contento sale igual y dice que quiere ir todos los días al cole nuevo.Yo me he llevado una gran sorpresa por su reacción y estamos muy contentos porque sabemos que se queda feliz

    • Enhorabuena a los dos!! De pensar el día que nos toque a mi hija y a mí, ME MUERO...

    • Y ya llegó el troll-conductista!! Jaja. (es broma).

      1.- Dentro de unos meses estaré en la misma situación, pero con mi peque de 6 meses (se me parte el corazón). No queda otra, sin abuelos ni familia y los dos padres teniendo que trabajar porque un sueldo no da ni par pañales. A veces me dan ganas de dedicarme sólo a cuidar de mi peque, pero sería debajo de un puente.

      2.- Algo se ha avanzado en el tema (aun queda pro seguir avanzando). Antes ni siquiera había periodo de adaptación, los niños iban al cole y tenían que aguantar 6 horrorosas horas sin sus padres.. Yo todavía recuerdo mis primeros días en el cole como alumno con terror, llantos y mucho dolor.

      3.- brevemente: ¿qué os parecería que la guardería a la que vais a llevar a vuestros hijos organizara quedadas en el mes de agosto en el parque más cercano? La idea es la siguiente: cuando vas al cole por primera vez hay dos cosas que te aterran: las caras desconocidas y el ambiente desconocido. Dividamos el problema!! Si vas al parque que ya conoces desde hace 1-2 años (y que está relacionado con buenos recuerdos y en el que el niño ya se siente cómodo), sólo tendrá que hacer frente al otro terror: las caras desconocidas. De esta forma los niños se van conociendo en un ambiente no amenzante.

    • Está muy bien lo que hiciste, es muy difícil el período de adaptación especialmente para niños que no han ido a guardería(lo que pasa también en mi caso). En el jardín de mi hija además son muchísimos, 30 niños en la sala. ¡Imaginate el shock que fue para mi hija entrar en un lugar con 30 niños, música fuerte y gritos!!! Yo estuve con ella y la verdad yo también me quería ir jeje!! Pero bueno, después de esa primera impresión los días siguientes fueron más calmos y ahora se levanta los fines de semana queriendo ir al jardín. (Acá empezamos el jardín a fines de febrero y no se ha angustiado más desde las primeras 2 semanas) Saludos Armando!

    • Me he sentido identificadísima. El mío todavía no ha cumplido los tres años y apenas habla, así que es más frustrante. Yo también fui una «privilegiada» porque me dejaron entrar en la clase; estuve casi una hora con él hasta que me fui. Pero él sigue llorando y se tira al suelo en peso muerto antes de entrar, porque luego sale contento. Lo está llevando su padre porque parece que llora un pelín menos. Supongo que los maestros tienen que atenerse a las normas, de hecho, a los pocos días a todos los padres nos llegó un folio con interlineado sencillo aprovechado hasta el máximo con las normas del colegio: no entrar en clase con ellos y cosas así. Es verdad que los primeros días es un un caos, pero el ambiente no ayuda. Así que me alegro de que su seño sí me dejara entrar con él. También es cierto que vi a otras mamis un poco histéricas de más que se estaban poniendo bordes con la seño de la otra clase. Y esa seño hizo bien, a mi parecer, en no dejarle participar, porque si su criatura ve esa actitud contra el docente, es obvio que no va a querer estar en clase jamás de los jamases. Además, he comprobado que da igual que haya ido a la guardería, porque es un gran cambio y, siendo él un niño tímido, está teniendo pesadillas de noche... ¡Ayyy!

    • Yo lo he pasado fatal con este tema. En el cole de Noelia no hacía ningún día de adaptación: primer día 3 horas, segundo día y resto las 4 horas. Yo como hice con mi hijo mayor de 6 años pedí un proceso de adaptación y en su día me lo concedieron pues está contemplado en la ley, pues esta vez me lo han negado, no rotundamente que entrarían en ilegalidad pero si dando rodeos y mintiendo. Me reuní con la directora de infantil y me dijo que había hablado con la inspectora y le había dicho que no se podía dar adaptación. La historia es larga pero me lleve mi llorera por defender a mi hija y es que estoy sensible ya que tengo otro bebe de 5 meses y ya sabeis como se queda una con tanta hormona por ahí danzando. Al final la única que me facilitó las cosas fue Noelia. Lloró un día aunque hice como tu Armando intentando quedarme el máximo tiempo en la clase, pero es que aquí no se andan con chiquitas y me despacharon y yo gritando que me iría cuando pudiera que lo estaba intentando o es que no me veía. A las 2 horas fui a buscarla (2 días) y Noelia me preguntó porque no salía a la vez que su tato. "Porque no se si estás contenta o triste". No mama no estoy triste estoy muy contenta.

    • Enhorabuena Armando, eres mi ídolo. Yo llevo un par de semanas en las que me marcho del cole con la cabeza gacha, queriendo integrar dentro de mí el mensaje de "no pasa nada, esto es así". No puedo, claro. No me entra en la cabeza que mi hija se tenga que quedar llorando, ni que lo único que yo pueda hacer es desaparecer lo antes posible para 'facilitar' las cosas. Le pasó más o menos como al tuyo, bien hasta el tercer día y de mal en peor a partir del quinto. Le propuse a la tutora quedarme un rato con ella pero me dijo con toda la buena voluntad del mundo que es mucho peor para la niña que yo me quede allí. ¿No habrá por ahí un estudio científico (que es como ahora nos escuchamos) sobre la importancia de los padres en la transición? Con lo fácil que sería... Aunque estos días me he encontrado con algo que para mí es aún peor (o más de lo mismo?): la queja de muchos padres por la existencia del periodo de adaptación. Demasiado largo, e incompatible con el trabajo. ¿En qué estaremos pensando? Un abrazo, Lidia

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    • Avatar de lidigar Respondiendo a lidigar

      Ánimo yo estoy igual que tú. Me siento fatal y sé que después se le pasa pero no me parece justo que tenga que pasar por eso. Además, cuando me disponía a llorar, ya fuera de la clase, para desahogarme me viene una madre diciendo que si no pasa nada, que si están muy bien... Se quedó un poco cortada cuando le dije que yo no quería llevarle. Todo esto me parece una mierda y mañana otra vez... No sé si aguantaré. Un saludo

    • Avatar de lidigar Respondiendo a lidigar

      Pues haberlos, los hay, a lo mejor no en concreto sobre el cole, pero sí sobre la importancia de evitar sufrimientos innecesarios a estas edades.

      Yo lo que encontré no es un estudio científico pero sí un trabajo hecho por maestros de un cole de Granada en el que hacen una adaptación junto con los padres y analizan los resultados. Si te sirve de algo, te paso el link

      http://www.cepgranada.org/~jmedina/articulos/n6_07/n6_07_115.pdf

      Un saludito!

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    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia

      Gracias Silvia! Lo acabo de leer y me parece muy interesante! Estos días, tras la impotencia, he empezado a plantearme posibilidades (medio plazo) como la de entrar en el Consejo Escolar para que se tengan en cuenta otras opciones. Que otros hayan llevado a cabo antes estas experiencias, como la del documento, me parece muy alentador. Si pudo hacerse partiendo de la iniciativa del profe quizá pueda hacerse en un futuro partiendo de la de los padres... Un beso!

    • Armando, en plan egoista me das mucha envidia, efectivamente has sido un privilegiado, además de convertirte en padre más guay del cole, el ídolo de tu hijo y de todos sus amigos. Pero por otra parte no entiendo que de verdad no entiendas por qué no dejan pasar a todos los padres, para lo que también hay razones y el cole está igual de convencido de sus normas pensando en todos los niños que tú de las tuyas pensando en el tuyo (y son las normas que nos han dado a todos, y que equivocadas o no son las normas del cole que has elegido: por seguridad e intimidad de los menores en clase, aulas pequeñas para albergar a todos los padres...).

      Está claro que desde tu punto de vista individual y el del bienestar exclusivo de tu hijo evidentemente no estás de acuerdo y son menos importantes. Si algo parece que se puede mejorar claro que hay que luchar por cambiarlo para TODOS, y se adapte el sistema para que quepan todos los padres que lo deseen, que no les saquen fotos, etc.

      Pero la apología que haces de "impongo mi postura al cole porque YO estoy convencido de que tengo razón y las normas que las cumplan los demás... y yo hago lo que me parece, que además lo hago mejor que el profesor (eso dices) y además luego lo contaré en el blog (agradeciendo o poniendo a caer de un burro según me dejen hacer o no)..." pues que quieres que te diga, aparte de muy guay, es un pelín egoista e indisciplinado, pero bueno, eso son características que van asociadas a los privilegiados.

      También me sorprende que estés tan convencido de que haces lo correcto, porque a mi como madres haga lo que haga me surgen dudas, y en este caso me surgirían las dudas de si el mensaje que estoy mandando a mi hijo de las normas son para los demás y tu haz lo que te venga en gana, es irrelevante frente al otro de "hijo, yo por que no derrames una lágrima me pongo el mundo por montera, tu padre siempre estará ahí". No se, igual tienes razón, y cada uno ha de hacer lo que le plazca pensando sólo en su hijo y en el efecto a corto plazo de que llore y el supuesto a largo plazo de que sufrirá un trauma irrecuperable...

      También te digo que si yo veo a un grupo de extraños (tu te conocer a ti mismo y te pareces a ti mismo un tipo genial, pero los demás sólo ven a un extraño) en la clase de mi hija, lo que me viene a la cabeza es decirle que fuera de ahí, que yo he dejado a mi hija en el cole con sus amigos y con el profesor y no con uno o varios extraños, porque no se si son sensatos, o tienen antecedentes penales o simplemente unos cafres o algo mucho peor, que van a perjudicar la adaptación de mi hijo. Eso sin contar con que igual hay padres que les parecen estupendas las normas del cole y por eso llevan a sus hijos a ese cole precisamente y no a otro y se encuentran con que se ha metido un tipo en clase de sus hijos, así por el morro.

      En fin, que en cualquier caso me uno a las felicitaciones porque ni tu hijo ni tu hayáis derramado lágrima alguna, en haber conseguido imponer lo que crees mejor, en no tener niungún remordimiento por no pensar en los demás y en la ausencia del menor atisbo de que no te has equivocado.

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    • Avatar de xaphania Respondiendo a xaphania
      interesante

      Hola xaphania, vamos por partes, que así te puedo ir dando la réplica. Esto sucedió hace unos años ya, y se ha rescatado porque estamos en plena fase de adaptación en los colegios. Te lo digo porque fue a más. Acabamos por saltarnos las normas aún más, al no llevar a mi hijo al cole más que cuando él quería ir, para que veas el alcance de lo que sucedió: https://www.bebesymas.com/educacion-infantil/mi-hijo-aran-decide-cada-dia-si-quiere-ir-al-colegio-o-no

      Y ahora te voy citando para responderte, porque si no me pierdo.

      "Armando, en plan egoista me das mucha envidia, efectivamente has sido un privilegiado, además de convertirte en padre más guay del cole, el ídolo de tu hijo y de todos sus amigos."

      Pues no sé. Ninguna intención de ser el más guay de ningún sitio, ni el ídolo de nadie. Lo que hice fue por y para mi hijo, no para colgarme ninguna medalla ni obtener ningún reconocimiento ;)

      "Pero por otra parte no entiendo que de verdad no entiendas por qué no dejan pasar a todos los padres, para lo que también hay razones y el cole está igual de convencido de sus normas pensando en todos los niños que tú de las tuyas pensando en el tuyo (y son las normas que nos han dado a todos, y que equivocadas o no son las normas del cole que has elegido: por seguridad e intimidad de los menores en clase, aulas pequeñas para albergar a todos los padres...)."

      Ya... no sé. Es un tema de sensaciones y sentimientos. Cuando una norma no tiene en cuenta el bienestar de los niños, pues me parece una norma injusta. Y si además se parte de la base de que al colegio se tiene que ir contento para aprender a gusto, y que el periodo de adaptación es super delicado (y no lo digo yo, hay evidencia al respecto), pues se suma un todo que hace que la norma me parezca injusta y absurda.

      "Está claro que desde tu punto de vista individual y el del bienestar exclusivo de tu hijo evidentemente no estás de acuerdo y son menos importantes. Si algo parece que se puede mejorar claro que hay que luchar por cambiarlo para TODOS, y se adapte el sistema para que quepan todos los padres que lo deseen, que no les saquen fotos, etc."

      Claro, pero ya sabes, las cosas de palacio van despacio, y los cambios no suceden de un día para otro. En ese momento mi hijo lloraba... no tenía demasiado sentido pedir reuniones con directores y responsables yo solo. Para cambiar una norma para TODOS, tienen que estar de acuerdo TODOS.

      "Pero la apología que haces de "impongo mi postura al cole porque YO estoy convencido de que tengo razón y las normas que las cumplan los demás... y yo hago lo que me parece, que además lo hago mejor que el profesor (eso dices) y además luego lo contaré en el blog (agradeciendo o poniendo a caer de un burro según me dejen hacer o no)..." pues que quieres que te diga, aparte de muy guay, es un pelín egoista e indisciplinado, pero bueno, eso son características que van asociadas a los privilegiados."

      Pues no sé cómo se valora, pero si la correcta adaptación de un niño de 3 años está en juego, lo lógico y normal es que el docente actúe. Y si no actúa, que los padres hagan algo. Quizás podría haber hecho otra cosa, o hacerla mejor. No digo que no, pero no me parece normal tener niños llorando porque sí, cuando podría solucionarse de muchas maneras.

      "También me sorprende que estés tan convencido de que haces lo correcto, porque a mi como madres haga lo que haga me surgen dudas, y en este caso me surgirían las dudas de si el mensaje que estoy mandando a mi hijo de las normas son para los demás y tu haz lo que te venga en gana, es irrelevante frente al otro de "hijo, yo por que no derrames una lágrima me pongo el mundo por montera, tu padre siempre estará ahí". No se, igual tienes razón, y cada uno ha de hacer lo que le plazca pensando sólo en su hijo y en el efecto a corto plazo de que llore y el supuesto a largo plazo de que sufrirá un trauma irrecuperable..."

      Como digo, hay evidencia detrás. Un montón de literatura que habla del vínculo, del apego seguro y del apego inseguro, que da fuerza a las escuelas que hoy en día hace adaptaciones de más de 8-10 días, con los padres involucrados cada día, para que la separación sea poco o nada traumática. Con estos conocimientos, plantarte en un colegio que hace una adaptación estándar para todos es bastante duro, porque te das cuenta de que no piensan en los alumnos, en realidad. Si haces un periodo de adaptación es para favorecer la adaptación, no para que, lloren o no, tires para adelante.

      "También te digo que si yo veo a un grupo de extraños (tu te conocer a ti mismo y te pareces a ti mismo un tipo genial, pero los demás sólo ven a un extraño) en la clase de mi hija, lo que me viene a la cabeza es decirle que fuera de ahí, que yo he dejado a mi hija en el cole con sus amigos y con el profesor y no con uno o varios extraños, porque no se si son sensatos, o tienen antecedentes penales o simplemente unos cafres o algo mucho peor, que van a perjudicar la adaptación de mi hijo. Eso sin contar con que igual hay padres que les parecen estupendas las normas del cole y por eso llevan a sus hijos a ese cole precisamente y no a otro y se encuentran con que se ha metido un tipo en clase de sus hijos, así por el morro.

      En fin, que en cualquier caso me uno a las felicitaciones porque ni tu hijo ni tu hayáis derramado lágrima alguna, en haber conseguido imponer lo que crees mejor, en no tener niungún remordimiento por no pensar en los demás y en la ausencia del menor atisbo de que no te has equivocado."

      Como digo, sí las derramó, sí. Unas cuantas, y por eso tuvimos que optar por lo que comento en la otra entrada. Hice lo que creí correcto para que mi hijo fuera contento al colegio, siempre pensando en su correcta adaptación y no, jamás antepondré lo que puedan pensar los demás al malestar o bienestar de mi hijo, siempre con cordura. Un niño de 3 años no entiende la norma de ahora tú te quedas, ahora tú te vas, ahora es la hora de ir al cole, hoy sí, hoy no, porque no sabe el día en el que vive, ni la hora, ni comprende por qué va al colegio. En ese caso las normas son para los padres.

      Si habláramos de un niño de 5-6 años, actuaría muy diferente, siempre pensando en educar a mi hijo, y siempre intentando mostrarle lo que está bien y lo que está mal. Pero como digo, entre que vaya al cole todos los días sufriendo, por cumplir unas normas, a que vaya más o menos contento, por hacer nosotros la adaptación personalizada que el colegio debería ofrecer, pues escojo lo segundo. Sin duda ni remordimientos.

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    • Yo me he visto en la misma situación que Armando y lo que creo es que el problema es no escuchar a los niños, sobre todo en los colegios, no puede ser que exista una enseñanza generalizada hay que individualizar más, ya que cada niño es un mundo diferente a otros, con capacidades distintas , situaciones familiares distintas también y es por ello que el cambio lo tenemos que hacer entre todos, comenzando por pedir que hayan menos niños por aula.

      Sé que el trabajo impide que muchas familias puedan ayudar a los niños en una adaptación, pero el hecho de que tú no puedas ayudar no debe de condenar a otros niños. Hay que pensar que si otros niños entran alegres porque sus padres le acompañan y se sienten seguros tu hijo se contagia de ese positivismo y seguro que le costará menos . Y esto lo digo porque lo he podido comprobar.

    • Hola Armando, leo todos tus artículos, te seguía en facebook pero recientemente me lo quite y te sigo en tu página y por aquí.
      Me he leído todos tus artículos (varias veces cada uno )sobre adaptación escolar.
      Hoy sólo puedo llorar, mi hija que a finales de octubre cumplirá tres años , sólo tiene un día de "proceso de adaptación", estábamos esperando a que saliera la maestra, ha cogido a la niña en brazos y la han entrado a clase, mi hija , como cosa normal ante tal comportamiento se ha puesto a llorar. No nos dejan acompañarla en clase y tampoco recogerla antes el lunes ya que tiene horario normal. Hemos hablado con la maestra expresándole educadamente lo que nos ha parecido esta actuación por su parte.
      Estamos desesperados porque esto no me lo esperaba del colegio, y menos aún la indiferencia de todos los padres.
      En fin ..... falta mucho por hacer, falta humanidad, sensibilidad, comprensión y empatía hacia nuestros pequeños.
      No sabemos que hacer

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    • Avatar de paula178 Respondiendo a paula178
      interesante

      Hola Paula,

      lo lamentable es, una vez más, que seamos los padres los que tengamos que valorar qué hacer para ayudar a nuestros hijos a que tengan una adaptación correcta al centro en el que se van a quedar durante muchos, muchos años.

      La verdad es que no sé qué decirte... porque yo sí sé lo que podrían hacer los profesores para ayudar en la adaptación de los niños, pero es muy difícil ayudar a un niño desde fuera, porque de puertas para adentro perdemos el control absolutamente.

      Sé de padres que han puesto quejas, de padres que han optado por llevar a los niños solo por la mañana, o solo por la tarde, de padres que han hecho como hicimos nosotros, llevarlos solo si el niño decía que quería ir, y de padres que directamente han decidido sacar al niño del colegio y probar un año después.

      Esto depende, lógicamente, de cada familia, porque no todas las soluciones son viables según sea vuestra situación laboral y familiar, pero yo por ahora insistiría con el centro, pidiéndoles ayuda para que tu hija se quede lo más contenta posible, y no lo más asustada posible, que es como, al parecer, se ha quedado en el día de adaptación (o día de "no adaptación").

      El periodo de adaptación debería ser un periodo flexible, individual para cada niño, en el que se realizara una separación gradual de los niños y sus padres a medida que va cogiendo confianza con la nueva figura de autoridad (el profesional docente), el lugar, el espacio e incluso el tiempo... Muchos centros lo hacen así, y en unos 10 días consiguen que la mayoría de niños se queden contentos cada mañana en el colegio, porque no lo viven como una separación, sino como una elección: "como allí estaré bien y mi profe es agradable y me cuida, puedo quedarme sin problema", que es todo lo contrario a "allí tengo miedo, me arrancan de los brazos de mis padres y me paso la mañana deseando que vuelvan".

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    • Hola Armando!!
      En primer lugar agradezco tu respuesta, es un alivio ver que no somos los únicos que pensamos así .
      La verdad que después de un fin de semana frenético intentando buscar soluciones, gracias a una chica que contacté por internet, me enteré de un colegio rural que hay cerca de mi pueblo, a poco más de 5 kilómetros, y allí que fuimos lunes para ver que tal.
      Pues fue alucinante, son 33 niños en todo el cole y el proceso de adaptación lo hacemos como queremos. Ya el primer día , después de una hora mi hija fue capaz de integrarse y quedarse allí sin mí, y el segundo día sólo ha necesitado 10 minutos. Se levanta contenta , quiere ir al cole, se divierte..... Todo un acierto.

      Lo que más me alegra es haber sabido escucharla, y la alegría que tiene esta semana nada tiene que ver con la tristeza del viernes de la "no adaptación".

      Un millón de gracias , Armando, por tu respuesta y por tus artículos que tanto ayudan a personas que nadamos a contracorriente porque a veces es muy duro.

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    • Avatar de paula178 Respondiendo a paula178

      Ay, gracias por contarlo. Me encanta que hayáis encontrado un lugar tan respetuoso con los niños!! Seguro que será mucho más feliz y que, en consecuencia, aprenderá mucho más :D

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    • Gracias a ti Armando! ! Ahora es muy feliz y va muy contenta al cole.
      Ojalá todos los adultos nos pusiéramos en más ocasiones las gafas infantiles y así poder sentir lo que sienten ellos, sé que es difícil por el tipo de sociedad en el que vivimos, pero si todos miramos hacia otro lado las cosas no cambiarán.
      Y como dice una canción de macaco " y es que gota sobre gota somos ola que hacen mares"
      Un abrazo

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