Dentro de las pruebas prenatales de seguimiento del embarazo encontramos una ecografía especial que no se realiza por rutina. Es la ecografía doppler, la cual mediante color y sonido, permite observar el flujo de los vasos sanguíneos.
Suele realizarse hacia el final del embarazo, en el último trimestre, para medir y evaluar el flujo de sangre que recibe el bebé a través del cordón umbilical.
La ecografía doppler permite ver en detalle el funcionamiento del corazón del bebé, así como analizar las válvulas cardíacas y las paredes del corazón. Por tanto, se utiliza como método para detectar de forma precoz cualquier malformación o anomalía cardiaca que pudiera tener el bebé.
En casos de sospecha de retraso de crecimiento fetal la ecografía doppler también es muy útil. Sirve para controlar las arterias umbilicales y el flujo de sangre que le llega al bebé, y por ende los nutrientes y el oxígeno que recibe a través de la placenta.
También es especialmente útil en caso de hipertensión de la madre, diabetes, problemas en la placenta o el cordón umbilical o sufrimiento fetal.
Foto | jula julz en Flickr CC En Bebés y más | Las ecografías en el embarazo