El embarazo psicológico es un fenómeno poco habitual que afecta a mujeres con un deseo exagerado de ser madres. El sueño desmedido por convertirse en madre puede volverse una obsesión y desencadenar en ellas síntomas propios de un embarazo normal, como cambios en los pechos, aumento del volumen de la barriga, e incluso náuseas y dolores de espalda.
También llamado embarazo utópico, imaginario, Síndrome de Rapunzel o pseudociesis, se da cuando la mujer cree estar embarazada pero en realidad no lo está. Es una respuesta orgánica, pues las hormonas se ponen un funcionamiento como si fuera un embarazo normal, ante un estado irreal.
Es uno de los llamados trastornos somatomorfos ("soma"=cuerpo en griego), en los que el cuerpo expresa con diferentes manifestaciones los problemas, preocupaciones y obsesiones de la mente.
Posibles causas del embarazo psicológico
Aquellas mujeres más proclives a desarrollar un embarazo psicológico son mujeres con problemas de esterilidad, infertilidad o con problemas para llevar a cabo una gestación.
También las mujeres con menopausia precoz, o quienes creen que el embarazo será una forma de mejorar las relaciones con la pareja.
Su incontrolable deseo de ser madres las lleva a pensar cada vez más en el embarazo, tanto que se acaban creyendo que realmente están embarazadas. A veces, peregrinando por diferentes médicos en busca del diagnóstico deseado.
También puede darse el embarazo psicológico en mujeres con un miedo excesivo a quedar embarazadas, especialmente en chicas jóvenes que recién empiezan a tener relaciones sexuales.
Síntomas del embarazo psicológico
Los síntomas del embarazo psicológico son similares a los síntomas de un embarazo normal.
- Falta de ovulación y por tanto, falta de menstruación: el cerebro desencadena la disminución de las hormonas que estimulan la ovulación femenina.
- Aumento del tamaño de la barriga: provocado por la distensión de los músculos abdominales y la posición que adopta la mujer. La diferencia con el embarazo real es que no hay inversión de ombligo.
- Cambios en los pechos: mayor turgencia, secreción de calostro y leche, pigmentación y aumento de la areola mamaria.
- Sensación subjetiva de movimientos del bebé en el vientre.
- Ablandamiento del cuello uterino
- Aumento de peso
- Náuseas, acidez y molestias típicas del embarazo
Cómo tratar el embarazo psicológico
Lo primero que hay que hacer es confirmar el embarazo mediante pruebas de embarazo caseras, las cuales suelen dar negativas, y en su caso realizar una prueba de laboratorio.
Se cree que en algunos casos puede haber un aumento de los niveles de gonadotropina, la hormona del embarazo, por tanto en ese caso las pruebas de embarazo de sangre y orina pueden dar positivas. La forma más fiable de hacerle ver a la mujer que no hay realmente embarazo es mediante la realización de una ecografía.
El embarazo psicológico es claramente un trastorno psicológico. Está provocado por una condición psicosomática que puede esconder un cuadro depresivo de base. Por tanto, el ginecólogo debe comprender a la paciente e inducirla hacia otro tipo de ayuda profesional, como un psicólogo.
La ayuda profesional y la comprensión de su entorno, así como ponerse en contacto con otras personas que hayan pasado por lo mismo, le ayudarán a la mujer a comprender el origen del trastorno y superar el embarazo psicológico.