Abortos de repetición o recurrentes: qué son, por qué se producen y qué puedes hacer
Los abortos de repetición son pérdidas gestacionales recurrentes que afectan al cinco por ciento de las mujeres en edad fértil, siendo una de las causas de infertilidad.
Los motivos por los cuales se producen los abortos de repetición pueden ser muy variados, por lo que es importante realizar las pruebas médicas pertinentes que determinen qué es lo que está ocurriendo y qué tratamiento seguir para evitarlo. Te lo contamos con todo detalle en este artículo.
¿A qué llamamos abortos recurrentes?
La Sociedad Española de Fertilidad cataloga los abortos recurrentes como la pérdida de tres o más gestaciones consecutivas antes de las 20 semanas, con un feto menor de 500 gramos de peso. Sin embargo, no existe un consenso claro sobre su definición y algunos expertos señalan que las pérdidas no tendrían por qué ser "consecutivas" para hablar de abortos de repetición.
Sin embargo, para el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y la Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva, bastaría con dos o más embarazos fallidos consecutivos confirmados por ultrasonido para hablar de abortos recurrentes.
El aborto espontáneo supone un duro golpe emocional para la mujer, pero en el caso de los abortos recurrentes el dolor se acrecienta aún más si cabe, pues las esperanzas y la ilusión se renuevan una y otra vez con cada nuevo embarazo, pero también lo hacen la tristeza, la rabia y el miedo con cada nueva pérdida.
Según los expertos, cuando la mujer ya ha sufrido un aborto espontáneo las probabilidades de volver a pasar por lo mismo se sitúan en torno al 15 por ciento, porcentaje que aumenta hasta el 25 ó 30 por ciento si ya se han tenido dos o más abortos previos, o incluso hasta el 60 por ciento en los casos de mujeres mayores de 40 años.
¿Por qué se producen los abortos de repetición?
En torno al 40-50 por ciento de las veces no se encuentra una causa que justifique los abortos de repetición, pero en otras ocasiones sí parece haberla y según los estudios podría deberse a lo siguiente:
Anomalías genéticas
Las anomalías genéticas y cromosómicas son las responsables del 50 por ciento de las pérdidas gestacionales, siendo también la causa más común de abortos recurrentes.
Los factores que están detrás de este tipo de anomalías son:
La edad materna suele ser el factor más habitual, ya que cuantos más años tenga la madre peor será la cantidad y calidad de sus ovocitos.
Alteraciones cromosómicas de alguno de los dos progenitores, o alteraciones en la calidad de los espermatozoides del hombre.
Los abortos producidos por causas genéticas suelen ocurrir de manera temprana, en la semana siete u ocho de gestación, a veces incluso antes de que la mujer haya confirmado su embarazo.
Si las pruebas médicas revelan que esta es la causa de los abortos recurrentes, los expertos aconsejan recurrir a técnicas de fertilidad con diagnostico genético preimplantacional, o si la situación lo requiere optar por la donación de óvulos o semen.
Alteraciones anatómicas del útero
Según algunos expertos, hasta un 15 por ciento de los abortos recurrentes se producirían por malformaciones del útero, principalmente por útero septo que es aquella anomalía por la cual la cavidad uterina está dividida en dos partes por un tabique central.
También los miomas, pólipos, fibromas y adherencias en el tejido cicatricial podrían provocar pérdidas gestacionales repetitivas, al variar la morfología del útero e interferir en la implantación o crecimiento del feto.
Otro factor uterino que podría provocar abortos recurrentes es la insuficiencia cervical, que se produce cuando el cuello del útero es incapaz de sorportar el embarazo, abriéndose de forma prematura y provocando la pérdida.
Si se revela que alguna de estas es causa de aborto, los médicos podrían aconsejar recurrir a la cirugía o al cerclaje, en caso de insuficiencia cervical, para corregir el problema.
Trombofilias
Los problemas de trombofilia, ya sean hereditarios (los más frecuentes son la mutación del Factor V de Leiden y de la protrombina) o adquiridos (el más frecuente es el síndrome antifosfolípido), se producen entre el tres y el cuatro por ciento de las ocasiones, provocando alteraciones en la coagulación de la sangre materna que impiden la formación de la placenta o el desarrollo del feto.
En el caso de diagnosticarse alguna trombofilia que pueda estar dificultando llevar la gestación a término, el tratamiento médico suele ser el ácido acetilsalicílico y las inyecciones de heparina de bajo peso molecular.
Causas inmunológicas (no relacionadas con el síndrome antifosfolípido)
Los problemas inmunológicos surgen debido a alteraciones en el sistema inmunológico de la madre que provocan una respuesta anómala durante el embarazo atacando al feto al considerar que se trata de un cuerpo extraño. Esto se produce por efecto de unas células llamadas Natural Killer (NK), un tipo de linfocito responsable de la defensa inmunológica de nuestro organismo.
El tratamiento médico en el caso de determinar que las NK sean las responsables de los fallos de implantación embrionaria o de los abortos de repetición, dependerá de las características de la paciente y la patología asociada.
Causas endocrinas
Según la Sociedad Española de Fertilidad hay escasa evidencia científica que relacione las patologías endocrinas a los abortos de repetición, puesto que:
La diabetes mellitus y los trastornos tiroideos clínicamente controlados, no suponen un factor de riesgo.
La relación entre el síndrope de ovarios poliquísticos (SOP) y los abortos de repetición es casual.
La incapacidad del ovario para producir progesterona (hormona muy importante para el mantenimiento del embarazo) y los altos niveles de prolactina no son causa de abortos de repetición.
Sin embargo, la causa endocrina más probable en la actualidad sería la resistencia a la insulina, la cual se ha asociado a una mayor tasa de aborto en mujeres con SOP insulinorresistentes sometidas a inducción de la ovulación, en comparación con las no insulinorresistentes.
¿Cuándo iniciar un estudio?
Los expertos coinciden en afirmar que lo ideal sería iniciar un estudio cuando se han producido dos abortos, pues la probabilidad de volver a abortar es similar tras tres abortos (24-30 por ciento frente a 30-33 por ciento).
El estudio debe ser llevado a cabo por profesionales especializados, y aunque existen multitud de pruebas que deberán realizarse para averiguar la causa de los abortos recurrentes, las más habituales suelen ser:
Cariotipos del hombre y la mujer, para averiguar si existe alguna alteración estructural en uno de los cromosomas que predispone al aborto.
Pruebas de imagen en la mujer, tales como histerosalpingografías, ecografías o histeroscopias. Con ello se pretende ver la anatomía del útero y descartar la presencia de malformaciones, miomas o úteros de baja receptividad.
Pruebas en el hombre tales como FISH o pruebas de fragmentación del ADN espermático.
Análisis hormonales de la mujer, para determinar el nivel de prolactina, progesterona y funcionamiento de la glándula tiroides.
Estudio de trombofilias y enfermedades autoinmunes.
Una vez determinada la causa, y según el tipo y gravedad de la misma, puede ser necesario ponerse en manos de un equipo multidisciplinar (endocrino, ginecólogo, hematólogo, andrólogo, psicólogo...) que será quien recomiende el mejor tratamiento a seguir en cada caso.
Fotos | iStock, Pixabay
Vía | Sociedad Española de Fertilidad, Reproducción Asistida, IVI Valencia
En Bebés y Más | Aborto espontáneo, Infertilidad