Robar es apoderarse de algo ajeno sin el permiso de la otra persona. Se trata de una conducta inapropiada que a todos nos repulsa, pero que ocurre con relativa frecuencia en la infancia.
No en vano, se estima que casi todos los niños roban algo ocasionalmente en sus primeros años de vida, ante el absoluto desconcierto y preocupación de sus padres, que no saben cómo actuar.
Si es el caso de tu peque, te contamos cuáles son los motivos que se esconden detrás de esta conducta frecuente en la infancia y cómo debemos actuar para corregirla.
¿Por qué roban los niños?
Si has pillado a tu hijo robando cosas o has descubierto en su mochila algo que no es suyo, probablemente te preocupes. Es lógico. Robar es una conducta reprochable, y nadie quiere que su hijo lo haga.
Sin embargo, la práctica totalidad de los niños robará algo en algún momento de su infancia, pero aunque se trate de un comportamiento frecuente en la niñez, este debe ser corregido.
A continuación analizamos las causas por las que los niños roban, según su edad:
Niños de tres a seis años
En la edad preescolar, a la mayoría de los niños les cuesta comprender que no tienen ningún derecho sobre las cosas que pertenecen a otros, y que por tanto, robar es una conducta que debe evitarse.
Como ya hemos visto en otras ocasiones, los niños de esta edad viven una etapa egocéntrica en la que no logran descentrarse de su propia visión exclusivista. Esto puede llevarles, entre otras cosas, a apoderarse de las pertenencias de los demás sin permiso, simplemente porque en ese momento desean que sean suyas.
Niños a partir de seis años
A partir de seis años, los niños ya comienzan a desarrollar el pensamiento abstracto, son capaces de distinguir entre el bien y el mal, razonar y sacar sus propias conclusiones.
Sin embargo, hasta los ocho o nueve años no tienen todavía muy claro el valor de las cosas, de ahí que puedan llegar a intercambiar propiedades con otros niños sin ser conscientes de si el otro ha salido perdiendo o ganando con el intercambio.
Las causas que podrían estar detrás de un niño que roba en esta edad son variadas:
- Imitación, ya sea porque es un comportamiento que ven en casa o entre sus amigos.
- Impulso: cuando ve algo que le gusta y no es capaz de controlar el impulso de guardárselo.
- Para impresionar a otros. Ocurre por ejemplo en el caso de niños con baja autoestima, complejo de inferioridad o niños que no tienen amigos y creen que con este comportamiento captarán la atención de los demás.
- Por la presión del grupo o como una forma de encajar entre el grupo de iguales.
- Porque quieren algo y no tienen dinero para comprarlo.
- En algunos casos, robar podría ser indicativo de otro tipo de problemas emocionales o afectivos, así como de una clara ausencia de límites.
¿Qué hacer si mi hijo ha robado algo?
Si descubres que tu hijo ha robado, lo primero que debes hacer es mantener la calma y enfocar el tema de forma respetuosa y positiva para que el niño entienda que su comportamiento no ha sido adecuado.
Te damos las claves que podrían ayudarte:
No te quedes en la superficie
Para empezar es importante no quedarse en la superficie; es decir, no dar vueltas y vueltas a la actuación impropia el niño. Ya sabemos que robar está mal, pero lo que nos interesa es tratar de averiguar la causa por la que nuestro hijo ha robado, para corregir su conducta en base a ese motivo.
Y es que, como comentábamos más arriba, no es lo mismo que un niño de tres años le haya robado a otro un juguete que ha captado su atención, a que haya robado un niño de nueve años debido a una apuesta entre amigos o una necesidad de llamar la atención de sus padres.
Explícale que robar está mal
Es labor de los padres educar a nuestros hijos desde pequeños en su desarrollo moral y ético. Esto significa que, entre otras cosas, debemos enseñarles la importancia de respetar a los demás y sus pertenencias, y a ser honrados y empáticos con quienes nos rodean.
Así, es necesario hacerles entender que robar es un acto impropio que conlleva a su vez varios comportamientos dañinos:
Por un lado, las cosas no se consiguen robando, sino que requieren de esfuerzo y dedicación. Por otro lado, cuando alguien roba está ignorando los sentimientos de otra persona, sin importarle el sufrimiento que pueda acarrear la sustracción de sus pertenencias.
Los castigos no solucionan el problema
Recuerda que el castigo no es la forma educativa de solucionar los problemas y corregir los comportamientos de los niños. Nuestros hijos deben aprender a valorar las consecuencias de sus actos de una forma educativa, mediante nuestro acompañamiento, ejemplo y guía.
Comunicación positiva
Existen una serie de enemigos de la comunicación que debemos evitar a toda costa si queremos comunicarnos y educar a nuestros hijos de manera positiva.
Estos "enemigos" son los gritos, los sermones, las etiquetas ("ladrón", "mala persona"...), el chantaje emocional ("no me esperaba esto de ti", "me has defraudado"...), los sermones (los niños comprenden mejor los mensajes claros, directos y breves) o los augurios de futuro ("mi hijo será un ladrón toda su vida"...).
Ayúdale a reparar su error
Los errores que comenten los niños son una maravillosa forma de aprender, pues les ayudan a entender que todo acto tiene unas consecuencias en los demás, y que una vez estallan esas consecuencias, ellos, como parte responsable, deben ayudar a reparar.
De este modo, les animaremos por comenzar pidiendo perdón al niño afectado, y después les ayudaremos a solucionar el problema, pasando por supuesto por devolver el objeto robado.
¿Cómo podemos prevenir este tipo de conductas?
Una vez más volvemos a insistir en la importancia de nuestro ejemplo, pues los padres somos el espejo en el que nuestros hijos se miran y todo lo que hacemos les deja lecciones de vida, tanto positivas como negativas.
Así, si nuestros hijos nos ven traer cosas de la oficina para usarlas en casa o nos escuchan jactarnos del error que ha cometido la cajera del supermercado al darnos las vueltas, no estaremos educándoles en la importancia de ser honrados con los demás.
Pero además de cuidar el ejemplo que damos a los hijos, es recomendable:
- Hablar sobre la importancia de respetar la propiedad ajena.
- Educarles en empatía, respeto y preocupación hacia los demás.
- Enseñarles a valorar y agradecer lo que tienen, y no tanto en centrarse en aquello que no tienen.
- Enseñarles que las cosas se consiguen con esfuerzo, responsabilidad y ahorro.
- Procurar siempre un clima positivo, de escucha y de confianza para que nuestros hijos se sientan libres de acudir a nosotros cuando lo necesiten.
Cuando consultar con el especialista
Según los expertos, si se da alguna de estas situaciones es recomendable consultar con un experto que nos ayude a solucionar el problema:
- Si quien roba es un niño mayor que no se siente mal por hacerlo.
- Si se trata de un comportamiento que se repite con frecuencia.
- Si además de robar, el niño presenta otros problemas de conducta.
- Si creemos que este comportamiento pueda ser una llamada de atención por parte del niño o que denote otro tipo de problemas emocionales.
- Cuando este comportamiento surge en medio de una situación familiar complicada, como un divorcio, la pérdida de un ser querido, un conflicto importante...
Foto | Anete Lusina en Pexels