Entre los objetos que suele comprarse a los bebés que comienzan a mantenerse erguidos está el andador o tacatá. Se trata de un objeto que sigue siendo habitual en muchos hogares pero su uso está claramente desaconsejado por muchos motivos, pues es inútil y peligroso, no ofreciendo realmente ventaja alguna para lograr la bipedestación.
En Canadá han sido prohibidos y otros países también desaconsejan su uso. En España la Asociación Española de Pediatría ha sido muy contundente también: el mejor andador es el que no se compra. Así de claro lo dicen.
Las razones son bastante comprensibles. El andador no favorece el desarrollo muscular del niño, ni ayuda a que desee caminar o a que camine antes o con más seguridad, lo coloca en una posición en la que puede acceder a objetos peligrosos y disuade el gateo.
El niño aprende a andar levantándose solo, agarrándose y dando pasitos. Le priva de muchas experiencias sensoriales naturales en su desarrollo y entorpece el fortalecimiento normal de su musculatura y equilibrio.
Además, usar el andador es una fuente de peligros seria, pues aumenta la posibilidad de accidentes, tanto si el niño encuenta un escalón como si alcanza mucha velocidad y se golpea. Si en la casa hay escaleras el riesgo aumenta.
Por tanto, parece que el andador es uno de los objetos de los que las familias deberían prescindir, pues se considera inútil y peligroso.
En Bebés y más | Andador, ¿si o no?, Críticas sobre el andador, En Francia también desaconsejan los andadores