Sea quien sea quien lo haya decidido, el destete es un momento muy especial tanto para la madre como para el bebé. No es fácil, pues suele generar ansiedad, preocupación y sentimiento de culpa, por eso te contamos todo lo que debes saber sobre el destete para evitar estos sentimientos.
El destete es un proceso que hay que sobrellevar con respeto hacia las necesidades del niño, haciéndolo poco a poco, con naturalidad y consensuando. Si el niño es mayorcito, podemos explicárselo haciéndolo partícipe de la decisión, pero cuando el niño es un bebé es más difícil que lo entienda, por tanto debemos saber cómo hacerlo para evitar que lo sienta como un rechazo.
Quién decide el destete
En ocasiones es la madre quien por diversas circunstancias decide destetar. Entre las razones más habituales, y todas perfectamente respetables, están el no querer seguir con la lactancia materna, razones médicas y, en la mayoría de los casos, por la vuelta al trabajo. Aunque la reincorporación laboral no tiene por qué significar el fin de la lactancia si quieres seguir dando. La baja maternal en España es de apenas 16 semanas por lo que puedes extraerte y almacenar la leche materna para seguir ofreciéndosela a tu bebé por más tiempo.
Algunas madres deciden también dejarlo ante un nuevo embarazo, pero también es posible seguir amamantando en estos casos e incluso al nacer el nuevo bebé si es lo que eliges.
Cuando el destete no es inducido por la madre, es el hijo quien decide. Es el “destete natural o espontáneo” que sucederá tarde o temprano. Según nos comentaba la antropóloga Kathy Dettwyler en una entrevista para Bebés y más "La edad natural del destete va de los 2 años y medio a los 7 años".
En este caso, el niño es quien marca el ritmo. Algunos días hará más tomas, otros días menos, y en algunos casos el destete será más radical. Cada niño tiene necesidades diferentes y hará el destete a su manera. La madre puede sentirse frustrada porque su niño no quiera más el pecho, pero es importante no forzarle.
Recordemos que la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y luego complementada con alimentación sólida hasta, como mínimo, los dos años. Si el bebé da signos de querer destetarse antes de los dos años y quieres seguir haciéndolo, no todo está perdido. Te damos algunos consejos sencillos consejos que puedes poner en práctica para evitarlo.
Cómo hacer el destete
Como sabéis, el pecho no sólo es alimento, sino que conlleva mucho más: consuelo, cariño, mimos, contacto... por eso es tan importante que el destete sea progresivo, para que el niño no sienta que mamá no lo quiere más.
La clave está en ir sustituyendo las tomas de forma paulatina por otros alimentos. No debe hacerse de forma brusca, sino hacerlo poco a poco, como un proceso durante semanas.
La madre, en principio no debe ofrecer el pecho, aunque se puede ser flexible si se considera que el niño necesita consuelo en un momento dado. Tampoco debe negárselo si el niño lo pide.
¿Cómo ir eliminando las tomas? Anticiparse a las situaciones es fundamental para evitar que el niño pida teta. Cuando sea el momento de comer, ofrécele otros alimentos o leche de fórmula si aún no come alimentos sólidos.
Por su parte, cuando no es hambre sino contacto lo que reclama, utiliza otros recursos como mimos o juegos que distraigan al bebé. Por ejemplo, si siempre toma la teta después del baño, reemplaza el momento por una sesión de masajes para entretenerle y evitar que la pida.
De esta forma, seguís manteniendo un momento especial de vínculo, pero sin dar el pecho. La idea es que el niño no lo viva como una pérdida, sino como que gana experiencias nuevas y positivas.
Puedes ir haciéndolo así, sustituyendo poco a poco con las tomas del día. Las últimas tomas que se sustituyen son las de la noche, ya que son las que más relajan al bebé a la hora de dormir, sobretodo si practicáis el colecho.
Al hacerlo progresivo, el pecho de la madre se irá adaptando a producir menos leche. Si no es así, se recomienda extraer leche para evitar problemas como ingurgitación mamaria, mastitis u otro tipo de molestias. Se recomienda no extraer demasiada, sólo lo necesario para calmar la molestia, pues a mayor estimulación, más leche se producirá.
Se puede volver atrás: la relactación
En ocasiones, se cree que la decisión de dejar de dar el pecho ha sido demasiado apresurada y se decide retomar la lactancia materna. No es cierto que en esos casos no haya vuelta atrás. Se puede intentar la relactación o relactancia.
Para ello, se necesita que el bebé se vuelva a coger al pecho y volver a producir leche. Cuando más tiempo haya pasado, más difícil puede resultar, pero se puede intentar con muchas ganas y paciencia. Se recomienda tumbarse con el bebé con el torso desnudo para que vuelva a descubrir el calor, el olor y la sensación del contacto con la piel de la madre.
También es aconsejable dormir con el niño y dejarle libre disposición al pecho, ya que las tomas nocturnas aumentan la producción de prolactina, estimular el pezón y poner el niño al pecho con frecuencia para volver a producir leche, así como eliminar tetinas, pezoneras y biberones que pueden hacer que el niño se niegue a coger el pecho.
Si necesitas ayuda...
Siempre viene bien una ayuda extra con información de calidad para sobrellevar el destete lo mejor posible. Hay libros estupendos sobre el tema como por ejemplo "Destetar sin lágrimas", un libro para dejar la lactancia sin sufrir, de Pilar Martinez y Un regalo para toda la vida de Carlos González.
También puedes recurrir a grupos de apoyo y a organizaciones de lactancia. Compartir la experiencia con otras madres que hayan pasado por la misma situación será muy positivo para lograr un destete sin agobios.
Fotos | desireefawn y allspice1 en Flickr CC En Bebés y más | El destete (I): aclarando el concepto, El destete (IV): cómo hacerlo