La vida nos pone en ocasiones ante decisiones que cambiarán para siempre el rumbo de nuestra existencia y las personas que seremos a partir de ese momento. Es lo que les ha sucedido a Abbey y Robert, una pareja de Oklahoma, en ese momento padres de dos niñas, cuando recibieron la fatal noticia en la semana 19 de embarazo.
La niña que venía en camino estaba afectada por una malformación congénita incompatible con la vida: anencefalia, un defecto grave caracterizado por la ausencia parcial o total del cerebro, cráneo y cuero cabelludo. A pesar de ello, sabiendo que viviría unas pocas horas, decidieron seguir adelante con el embarazo y dar a luz a su hija para luego poder donar sus órganos.
Un motivo para nacer y morir
Cuando reciben un diagnóstico de anencefalia, debido a la gravedad de la malformación y a las mínimas posibilidades de sobrevivir, el 95 por ciento de las parejas deciden abortar. Pero sus padres encontraron una mínima esperanza para seguir adelante. Se sintieron reconfortados sabiendo que, al menos, la fugaz vida de su hija tendría un sentido. Una forma de sanar su profundo dolor.
Annie nació el 26 de junio de 2013 y vivió sólo 14 horas y 58 minutos. Menos de 15 horas en las que la niña fue arropada por sus padres y sus dos hermanas mayores, Dylan y Harper, ahora de cinco y siete años.
"Tengo la suerte de tener un marido increíblemente bueno y solidario y dos hijas sanas para abrazar cuando no podía parar de llorar. Los médicos me dijeron que Annie no sufriría ningún dolor", explica la autora de la web goodhousekeeping, donde relata su experiencia.
Finalmente, sus órganos no fueron viables para trasplante debido a los niveles bajos de oxígeno, sin embargo pudieron ser utilizados para la investigación, y sí pudieron donar válvulas cardíacas para ser transplantadas en otros bebés con malformaciones.
Un año después del nacimiento de Annie, la pareja fue a realizarse una nueva ecografía. Estaban esperando a su tercera hija, Iva, que acaba de cumplir dos años.
Ácido fólico, una vitamina esencial
El tubo neural es la parte del embrión a partir de la cual se forman el cerebro y la médula espinal y se comienza a terminar de formar durante el primer mes de embarazo. Si hubiese algún tipo de anomalía durante el proceso de formación (por ejemplo, si no se cerrase por completo) se pueden producir defectos en el cerebro y en la médula espinal.
Existen dos anomalías que se dan con mayor frecuencia siempre que existe algún tipo de defecto en el tubo neural: espina bífida y la anencefalia (o espina dorsal abierta). Esta última se da en aproximadamente uno de cada mil nacimientos, la mayoría de los cuales acaba en aborto involuntario.
Las causas pueden ser multifactoriales, pero está comprobado que el ácido fólico es una vitamina que tomada durante el periodo preconcepcional y en los primeros meses de embarazo ayuda a disminuir el riesgo de defectos del tubo neuronal en el recién nacido. Además de la innegable importancia del ácido fólico hay otros consejos a tener en cuenta que podrían ayudar a prevenir los defectos del nacimiento en el bebé.
Foto portada | Instagram @abbeyahern
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