El acuerdo anunciado entre el gobierno y sindicatos sobre la reforma de las pensiones tiene un apartado que interesará especialmente a las madres que nos leen. Aunque se aumenta el número de años que se deberán cotizar a la Seguridad Social se ha querido proteger a las madres y a los becarios, que serían los más afectados por estos cambios, y se ha decidido que quienes dejen el trabajo para cuidar de sus hijos cotizarán para una futura pensión.
Cuando nacen los hijos son muchas las mujeres que deciden dejar el trabajo para poder atenderlos personalmente durante los primeros años de sus vidas. Esto, aunque favorece a los niños, suponía un problema para las madres, ya que suelen ser quienes optan por quedarse en casa, pues habían perdido años de cotización por esta causa y ahora, con las reformas, se verían más perjudicadas.
Ahora, dejar el trabajo para cuidar de un hijo, supondrá una cotización de nueve meses a la Seguridad Social y, si hay varios hijos, habrá un máximo de dos años de cotización posible, aunque la medida solamente se aplicará a quienes puedan demostrar que dejaron su trabajo para cuidar de los niños, por lo que me estoy temiendo que se acabó eso de tener paro mientras te quedas en casa con tus hijos, algo que por despido o por no renovación, ayudaba a que muchas mamás pudieran cuidar de sus hijos sin graves trastornos económicos.
La verdad, la medida de contabilizar el cuidado de los hijos para el cómputo de cotización me parece un mal parche para la desprotección de la familia y la falta de reconocimiento de las madres que trabajan en casa cuidando a sus niños a tiempo completo.
Via | El Economista