La única manera de representar un parto ha sido, hasta ahora a través de dibujos o con animaciones hechas por ordenador. Ahora en cambio, y por primera vez, se ha podido ver cómo es un parto por dentro y al detalle, gracias al uso de una resonancia magnética.
Un grupo de especialistas y una parturienta se desplazaron al aparato en cuestión para tomar instantáneas de calidad del proceso del parto en lo que ha sido un proyecto de cerca de dos años de duración.
Para empezar se tuvo que utilizar un aparato de resonancia magnética abierto, para que la mujer tuviera espacio para parir y para que los profesionales pudieran atenderla. Además se tuvo que trabajar para controlar que el campo magnético que se emite en la prueba no inferfiriera con los sistemas de monitorización del bebé.
Incluso se lograron solventar los problemas del movimiento, puesto que en una resonancia habitual el paciente debe permanecer quieto mientras se realiza la prueba y en este caso era algo imposible, lógicamente.
Para la prueba se eligió a una mujer embarazada que no fuera primeriza, cuyos partos previos hubieran sido vaginales (y no cesárea) y que no midiese mucho (para que cupiera y estuviera cómoda), básicamente porque todas estas características minimizaban los riesgos de que el parto fuera problemático.
Lo cierto es que dieron en el clavo. La mamá dio a luz a su bebé en 45 minutos. El director del proyecto comentó incluso, bromeando, que les “hubiera gustado que el bebé tardase un poco más en salir, para poder captar una mayor cantidad de imágenes, pero el parto fue perfecto”.
El objetivo de dicha experiencia ha sido observar cómo se comporta el organismo durante el alumbramiento. Según han comentado, podría incluso servir para entender por qué, en ocasiones, es necesario realizar una cesárea.
Lo cierto es que la idea es buena, el trabajo es digno de alabar, pero hay un pequeño fallo en la planificación: la mujer da a luz tumbada. Si la intención era ver cómo es un parto fisiológico, lo ideal es ver un parto en vertical (aunque hacer una resonancia a una madre de pie, en cuclillas o a “cuatro patas” debe ser muy complicado). Ahora bien, si como dicen puede servir para entender por qué se realizan algunas cesáreas, la postura es perfecta porque parir tumbada es precisamente una de las razones de que un parto pueda empeorar, no progresar y por lo tanto acabar en cesárea.
En cualquier caso las imágenes son curiosas de ver y por eso os dejo con algunas más:
- En esta se aprecia la cabeza del bebé situada en el área pélvica de la madre:
- En esta se ve la placenta justo después de haber nacido el bebé:
- Para acabar otra imagen, en esta ocasión una vez ya ha salido la placenta:
Vía | El Mundo
En Bebés y más | El nacimiento en animación 3D, Animación en 3-D de un parto por cesárea