Aunque la vida del clan Kardashian está llena de excentricidades y que este es precisamente el motivo por el cual su reality show tiene tanto éxito, a veces nos deja entrever algunos conflictos con los que en cierto momento cualquier familia normal se pueda sentir identificada.
Una de ellas es la forma como Kim ejerce la crianza como madre divorciada con cuatro hijos (dos niñas y dos niños). Aunque la situación (empezando por la económica), dista mucho de la nuestra, existen circunstancias que nos pueden hacer reflexionar sobre la forma en la que una madre encara los problemas que se presentan por esta situación.
Una de ellas es la ausencia de una figura masculina constante. Según afirmó en un reciente capítulo de su programa, "su hogar y su familia están muy dominados por las mujeres" y por eso tomó una decisión radical: "Recientemente contraté a un 'niñero'. Realmente quería tener un hombre cerca que los recogiera (a sus hijos) y los llevara a hacer deportes, aunque tenía mucho miedo de decirle eso a su padre".
En el capítulo aclara que Kanye (el padre de sus hijos), se lo tomó muy bien, que es muy amable con la persona que contrató y que incluso ha notado que esto le ha llevado a pasar más tiempo con sus hijos.
La interacción entre padres e hijos suele ser distinta a la de las madres
Todos somos distintos y aunque madres y padres lleguemos a acuerdos diariamente, eso implica que cada uno tiene una manera de criar.
Uno de los factores que determinan esa diferencia es la percepción del riesgo. Un estudio llevado a cabo por los psicólogos del Child Study Center de la Universidad de Yale observaron a un grupo compuesto por 71 mamás y 41 papás interactuando con sus hijos.
Los datos mostraron que los padres segregaban más oxitocina (la hormona del vínculo) cuando realizaban juegos que implicaban más actividad, movimiento y algo de riesgo, mientras que en las mamás sucedía cuando mantenían contacto físico: "Se observa que el el padre facilita de una forma más óptima la conducta exploratoria del bebé, un estilo que se ha asociado con el juego padre-hijo en mayor medida que con el juego madre-hijo".
Aunque en este caso se trata de tener una figura masculina en casa de una forma más constante, puede que esta sea una forma de suplir de alguna forma esos beneficios que suponen para los niños este tipo de interacción.
¿Un cuidador de sexo masculino puede equiparar el papel del padre?
Desde el sentido común está claro que los niños aprenden de todas las personas con las que interactúan a diario, y que aunque no tengan una figura paterna estable (en el caso de las madres solteras, por ejemplo), esa relación con personas de ambos sexos es beneficiosa para ellos.
Existen otros postulados como el de este estudio realizado por The Family Watch, que defiende que la figura paterna es indispensable para la crianza de hombres equilibrados y afirma que quienes crecen sin ella tienen más tendencia al machismo y la violencia, entre otros problemas.
Aunque nunca un cuidador podría suplir el papel de un padre y al margen de la evidente preferencia que tenemos padres y madres por elegir a mujeres cuando necesitamos que alguien cuide a nuestros hijos, tal vez esta no sea una mala idea de cara a los beneficios que tiene para los niños el compartir y jugar con personas de sexo masculino. ¿Qué opináis vosotros?