Es increíble ver cómo la medicina avanza día a día y se consiguen hacer en la actualidad cosas que hace unas décadas eran impensables. Cosas como intervenir a los bebés antes de nacer, operarles con éxito gracias a las impresoras 3D o, como hoy os explicamos, separar con éxito a dos bebés que nacieron unidos por la cabeza.
Para sus padres ya eran perfectos
Hace 13 meses nacieron por cesárea Anias y Jadon McDonald, dos bebés que llegaron unidos por la cabeza en una condición extremadamente rara que no fue impedimento para que sus padres los amaran desde el primer momento.
A pesar de que muchos de los bebés que nacen unidos por la cabeza fallecen pronto (cerca del 40% no llegan a nacer con vida y de los que sobreviven, la tercera parte mueren en las primeras 24 horas de vida), los hermanos McDonald salieron adelante hasta la fecha, con 13 meses de edad.
Sus padres, Nicole y Christian, que tienen otro hijo más mayor, se volcaron desde el principio con ellos y llegaron a quererles tanto, tal y como son, que siempre han considerado que son perfectos tal y como nacieron. Sin embargo, con la intención de ofrecerles una vida mejor, una vida autónoma a cada uno de ellos, decidieron llevar a cabo la separación, pese a que el miedo era más que evidente, por ser una intervención muy complicada.
La intervención ya empezó hace un tiempo
Según leemos en CNN, aunque la operación se llevó a cabo hace dos días, todo empezó hace unos meses cuando les hicieron un injerto de piel en la cabeza para que hubiera más piel disponible. De este modo, al separarlos, habría margen para recubrir la cabecita de cada uno de los bebés.
Para preparar la intervención, buscaron a un cirujano especialista en estos casos, el Dr. James Goodrich, que optó por ensayar previamente la intervención con un modelo de sus cabezas realizado en 3D.
Una operación complicada para Anias
A pesar de eso, a pesar de que habían preparado el momento previamente para tratar de controlar todos los escenarios posibles, en el momento de la operación empezaron a surgir complicaciones, sobre todo en el caso de Anias. Dicen sus padres que Jadon es el gemelo más travieso, el más extravertido, mientras que Anias es el "guerrero silencioso", el que cuando te mira parece que te estudie el alma, y ha sido el que lo ha pasado peor.
Al parecer, con cada avance su tensión arterial y su ritmo cardíaco se veían afectados, y el cirujano llegó a plantearse la posibilidad de detener el proceso al darse cuenta de que compartían más tejido cerebral del que creían.
Sin embargo, encontraron la manera de seguir adelante. La operación empezó a las siete de la tarde del jueves, y a las siete de la mañana Jadon salía del quirófano. Anias tuvo que permanecer aún un buen rato más, ya que no salió del mismo hasta la una del mediodía. Aunque hicieron todo lo posible por conseguir el mejor resultado posible, los médicos son cautos todavía en el pronóstico del pequeño.
Deseando lo mejor para los dos
Está claro que los padres lo han pasado muy mal. Tenían dos bebés relativamente felices, con el grave inconveniente de que estaban unidos el uno al otro por la cabeza; al separarlos, en una peligrosa operación, los dos se ponían en riesgo. Ahora ya son dos bebés independientes el uno del otro, pero ha sido una alegría llena aún de incertidumbre. La alegría de saber que por fin están separados, con el miedo de que algo saliera mal.
Esperemos que la separación, que por ahora ha sido exitosa, acabe siéndolo definitivamente con el paso de las semanas y los meses, cuando se pueda confirmar que los dos están bien.
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