Cinco aprendizajes y sorpresas que recibí al viajar sola con mi hija por primera vez
A muchas personas nos encanta viajar, pues además de visitar y conocer lugares diferentes, también nos permite desconectar de la rutina y en ocasiones, también nos sirve de inspiración para retomar nuestro ritmo lleno de motivación.
Cuando tenemos hijos, viajar es una de las cosas que cambian mucho, pero como lo he comentado en otras ocasiones, es algo que no debemos perdernos. Ahora, una cosa es viajar en familia con niños y otra muy distinta es viajar sola con ellos.
Por eso, en una pequeña reflexión, te comparto mi experiencia, así como los aprendizajes y sorpresas que recibí al viajar sola con mi hija por primera vez.
Descubrí que no es tan complicado como suena
Todos sabemos que tener hijos es un cambio grande en nuestras vidas, que resulta en una serie de cambios drásticos. Algunas cosas nuevas llegan a nuestras vidas, mientras que otras que ya realizábamos pueden complicarse un poco más. Una de ellas, definitivamente es viajar.
Sin embargo, al viajar sola con mi hija por primera vez, descubrí que en realidad no era tan complicado o difícil como sonaba. En mi mente había imaginado muchos escenarios que me hacían cuestionarme si realmente podríamos ser capaces de realizar y disfrutar un viaje siendo solamente ella y yo. Al final, todo resultó bien y en realidad, es más sencillo de lo que parece (aunque seguramente es diferente cuando viajas con más de un niño).
Perdí muchos miedos
Similar al aprendizaje anterior, viajar sola con mi hija me hizo perder muchos miedos. Una de los principales temores que tenía era la seguridad de ambas durante el viaje. Usualmente, solemos viajar en familia, acompañadas por otro adulto, pero en esta ocasión la única responsable era yo, y eso me ponía algo nerviosa.
Por ello, como destino para este primer viaje a solas, elegí visitar a una amiga, quien nos recibió en su casa y definitivamente nos facilitó mucho las cosas en cuanto al hospedaje y traslados. Saber que llegaba a un lugar en el que ya conocía a alguien, me ayudó a sentirme más segura.
Si tienes miedo de viajar por primera vez a solas con tus hijos, recomiendo hacer algo similar, para saber que cuentas con alguien en esta primera experiencia y no estén completamente solos o solas en un lugar nuevo o desconocido.
Desconectar nos ayuda a conectar aún más
En Bebés y más siempre hablamos de conectar con nuestros hijos, y de buscar espacios para estar con ellos a pesar de las aceleradas rutinas que podamos tener en el día a día. Y aunque seguro la mayoría de nosotros somos capaces de encontrar estos espacios para hacerlo, viajar solo con ellos nos facilita aún más lograrlo.
Al estar no solamente fuera de la rutina, sino de los lugares habituales y de las personas que regularmente vemos, tenemos tendencia a estar más unidos, así como más oportunidades de pasar tiempo a solas, mientras conocemos un lugar nuevo con ellos.
Volví a ver el mundo a través de sus ojos
Una de las cosas más bonitas que deja el viajar con hijos, es que nosotros también aprendemos de ellos, pues somos capaces de ver el mundo a través de sus ojos. Si vamos a un lugar nuevo, descubrimos nuevas experiencias juntos, y si les llevamos a un lugar que nosotros ya conocíamos, nos ayudan a abrir más nuestros ojos y a observar detalles o cosas que anteriormente no habíamos notado.
Creamos nuevos recuerdos que son solo nuestros
Y finalmente, el aprendizaje que más nos gustó a ambas: crear recuerdos increíbles que son solo nuestros. Viajar en familia o en grupo es algo divertido, pero cuando compartes un viaje a solas con tu hijo o hijos, aunque sea a una distancia corta o por pocos días, tienes la preciosa oportunidad de compartir y crear nuevos recuerdos que sin duda quedarán para siempre en la memoria de ambos.
Fotos | iStock, Pixabay
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